Señores directores: La muerte enseña que la vida existe, no sólo es sueño como la definía Calderón de la Barca. Un acto terrorista no tiene explicación ni argumento, tampoco razón o moral, los mueve el crimen de la mano del salvajismo. Los terroristas sin comprensión ni piedad ni educación, destruyen familias y voluntades y el derecho de ser de cada uno. En la escuela del odio a la que pertenecen esas almas pequeñas, esos seres enrollados muestran ser ghettos espirituales, marginados, decadentes, se disputan un escenario donde cada uno quiere ser protagonista o socio de la locura macabra. El tema es exterminar sin más, no alcanzan a comprender que matar un líder no es matar su pensamiento y si muere un filósofo ignoran que no mueren sus ideas.
De repente todo se ve transformado en un infierno, como en el que corrían los personajes del Dante. Viejos y nuevos terroristas comparten el mismo método brutal, tal vez por diferentes motivos, pero el mismo odio, mostrando ser enemigos implacables, invisibles, sin fronteras ni ejércitos.
"Los seres humanos contra los seres humanos". Hay países con una enorme trayectoria de intolerancia, atropellos, interrupciones. íNo los dejan ser! El desprecio de las leyes es un presagio de la decadencia de un gobierno. Robespierre, Rasputin, Maquiavelo, Stalin, Mussolini, seres que a pesar de que el cielo fue siempre azul, han vivido en tinieblas en su vida pecaminosa.
Matar con ahorro de tiempo y costo, matar rápido, decía Himmler y sus sexópatas del poder. Los neonazis piensan sólo en la aniquilación. Treinta mil desaparecidos con Videla y Bignone, un dolor que no se olvida. La verdad es que situaciones de injusticia, violencia y caos y sus lógicas heridas como consecuencia siguen afligiendo en todos los continentes, aunque muchos aún muestran esa fe que clama al cielo.
El hombre es un ser razonable que se destruye a sí mismo, en estado de libertad. Hay demasiados creyéndose sabios o poderosos y rodeados de falsos apóstoles y hay otros dispuestos "a descansar en paz", porque en su poca sensatez acarician "la leyenda" del terrorista suicida que se va al cielo. Malraux, el genial escritor, sorprendió diciendo: "Yo defendería la ley, aunque no fuera más que para protegerme a mí mismo". Cuando tu mundo se quiebre recuerda los suspiros de aquel Espartaco nunca vencido. La voluntad es la condición necesaria para avanzar, el hombre debe tratar de que vuelvan sus sueños y proyectos (el tiempo es invención o no es nada). Si todo fuera previsible, no habría tiempo real, no habría futuro, no habría más que una sola condición filosófica: el suicidio.
La sabiduría sirve para convivir mejor con los que nos rodean, para ser serenos y atender razones, para hablar con el lenguaje de la esperanza. En un futuro confiable y cercano el hombre arriesgará, sufrirá y se verá obligado a elegir paradójicamente entre la maravilla "del bien y el bien". Cuando pierdas toda fe convoca a los ángeles... El mundo mejora si cada uno quiere reconstruir. Hay que inventar una materia de piedad, aunque más no sea por amor a la humanidad.
Clary Miroznik Germán, ciudad.