El cuidado del cuerpo para mantener el peso ideal es algo que preocupa a muchas personas. No obstante, lo fundamental debería ser que se tenga en cuenta el cuidado integral de la salud, siempre siguiendo las pautas que nos ofrecen los profesionales especializados.
La denominada dieta Atkins, la "última dieta de moda" conocida mundialmente, despertó una fuerte polémica entre la comunidad científica porque aconseja -básicamente- consumir sólo proteínas y grasas y anular la ingesta de hidratos de carbono para bajar de peso.
Nosotros consultamos a las licenciadas en Nutrición Paola Resnicoff y María Sol Calleja, integrantes del Colegio de Nutricionistas de la provincia, Primera Circunscripción, quienes coincidieron en que con esta dieta se logra "un descenso rápido de peso, pero es muy peligrosa para la salud. Y, además, debe indicarse con mucho cuidado, motivo por el cual no es una dieta que pueda seguir cualquier persona".
Las profesionales explicaron que se trata de una dieta disarmónica porque no tiene en cuenta la armonía de los nutrientes, sino que se utilizan únicamente los alimentos que aportan proteínas y grasas (entre un 60 y 80% del total de la dieta), como carnes, fiambres, manteca, crema, mayonesa, aceite. Además, restringe el consumo de vegetales y no permite comer frutas ni vegetales B (que aportan caroteno, un antioxidante importante) y tampoco C.
En este sentido, recordaron que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) siguen promoviendo una alimentación equilibrada sobre la base de frutas, verduras, hidratos de carbono (panes, cereales integrales, legumbres, fideos, harinas), proteínas, con un 30 ó 35% de grasas y no con un 60 a 80%, como apunta la dieta de Atkins.
Esos organismos internacionales hacen hincapié en disminuir el consumo de azúcar, que son hidratos de carbono simples, que sólo aportan calorías vacías y ningún tipo de nutrientes. Se trata de gaseosas, golosinas, dulces, mermeladas, tortas, a diferencia de los hidratos de carbono complejos (como arvejas, legumbres, cereales integrales, fideos, copos) que aportan vitaminas y minerales, los cuales son esenciales para la salud.
La ingesta excesiva de grasas y proteínas trae notables complicaciones en nuestra salud, fundamentalmente, problemas cardíacos y accidentes cerebrovasculares, porque se tapan las arterias.
Al respecto, las profesionales explicaron que "la Asociación Americana del Corazón realizó un estudio con 35 personas que hacían esta dieta y obtuvo resultados favorables. Pero ellos manifestaron que siguen recomendando una dieta rica en frutas y verduras y que se necesitan más estudios a largo plazo para ver cuáles son los resultados, que es lo que hoy no se sabe, porque todos los estudios se realizaron en poblaciones chicas y con resultados a corto plazo".
Por este motivo -insistieron-, no podemos decir que esta dieta tiene beneficios para la salud. Por el contrario, si lo pensamos desde el punto de vista nutricional, vamos a tener carencia de vitaminas C, betacarotenos, minerales, al no poder consumir frutas y verduras; al haber un aumento de la eliminación de líquidos, se incrementará la excreción del potasio y esto puede llevar a la deshidratación. Otras consecuencias de esta dieta son el aumento de lípidos en sangre y la aparición de complicaciones cardíacas.
En otro orden, mencionaron que "la fuente principal de energía son los hidratos de carbono, pero en esta dieta -al no existir en el porcentaje necesario- el cuerpo utiliza las proteínas y las grasas para tener energía, en vez de usar la glucosa como combustible".
Por tal motivo, explicaron que "esto trae como consecuencia un resultado final de cuerpos cetónicos y la urea, que se eliminan por medio de la orina. Aquí surge una sobrecarga renal, que puede llevar a una disfunción renal, y mayor eliminación de líquidos, que puede desencadenar en una deshidratación".
Las profesionales advirtieron que se recomienda hacer esta dieta durante no más de 30 días y mediante prescripción y control médico estrictos. Además, comentaron que su realización y duración deben estar indicadas siempre por el médico especialista y/o el profesional nutricionista, porque no es una dieta para cualquier paciente y requiere de un examen exhaustivo previo.
Mencionaron que tampoco conduce al cambio de hábitos ni a una educación alimentaria por parte del paciente, ya que cuando éste llega a su peso ideal vuelve a sus hábitos alimentarios erróneos, empieza a comer de todo y sube de peso rápidamente. Por eso, lo ideal en una dieta prescripta por profesionales es corregir malos hábitos alimentarios y reducir las porciones.
Por último, insistieron: "Hoy, como profesionales, seguimos recomendando una dieta sobre la base de vegetales, frutas, cereales integrales y lácteos. Este tipo de alimentos previene distintos tipos de cáncer o aporta sustancias que previenen el envejecimiento celular".
El Dr. Miguel Morano, especialista en nutrición y endocrinología, de nuestra ciudad, cuenta con algunos pacientes a los que les ha indicado la dieta Atkins.
En diálogo con Nosotros, el profesional admitió que "muchos aspectos todavía no están demostrados en relación con esa dieta, pero no es tan mala como dicen. No la defiendo, si bien tiene cosas positivas para cierto tipo de pacientes. Además, está comprobado científicamente que se baja de peso al consumir sólo alimentos del reino animal".
Sin embargo, advirtió que "no es para cualquier persona, sino para determinados pacientes con muchos kilos de más, que comen mucho y no pueden controlar su ansiedad. Son generalmente hombres, ya que les resulta muy difícil cambiar sus hábitos alimentarios".
Aseguró que deben estar permanentemente controlados por el profesional médico que conozca la dieta y se debe indicar durante un cierto tiempo, ya que los riesgos que trae aparejados son constipación y aumento del ácido úrico, entre otros efectos colaterales. Por último, Morano recordó que una dieta ideal debe basarse en la ingesta de frutas, verduras, lácteos, carnes, pollo, pescado y cereales integrales.
La primera vez que se practicó la Dieta Atkins fue alrededor de 1830, se reformó en 1870 y volvió a difundirse en 1900, con el nombre del doctor Vanting. Posteriormente, en 1960 la tomó el Dr. Robert Atkins y la popularizó.
Se trata de una dieta controvertida, ya que el mismo Atkins -quien seguía al pie de la letra su propia doctrina- murió pesando 120 kilos y teniendo una historia clínica de infartos e hipertensión.
En este sentido, el Dr. Alberto Cormillot -reconocido nutricionista- opinó que "cuando Atkins murió estaba muy gordo y tenía las arterias totalmente tapadas. Su viuda dice que estaba hinchado por líquidos, pero no te podés poner 30 kilos de líquidos encima".
"Tampoco es factible que las arterias se le hayan tapado por un virus, como se está diciendo, sino que ocurrió porque Atkins creyó en su propia dieta. Y de la misma manera se le taparán las arterias a todas las personas que sigan una dieta rica en grasas", vaticinó.
En tanto, insistió en que "una dieta de este tipo tapa las arterias, pone en riesgo de contraer cáncer de colon y de mamas, al estar asociada a la alimentación rica en grasas, y eleva el colesterol, que trae problemas cardíacos y accidentes cerebrovasculares".
Mariana Rivera