Sangriento fin de semana en Irak
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Bagdad. - Por lo menos 46 iraquíes y 8 soldados de la coalición murieron ayer en enfrentamientos entre las tropas invasoras y los partidarios del jefe chiíta radical Moqtada Al-Sadr en Irak, y dos influyentes senadores estadounidenses expusieron sus dudas de que pueda hacerse el traspaso de soberanía a los iraquíes el 30 de junio.
Después de los crueles enfrentamientos de Nayaf (centro de Irak) ayer, y luego en Ciudad Sadr en los suburbios chiítas de Bagdad anoche, partidarios del joven líder chiíta se apoderaron de la sede de la gobernación en Basora, la ciudad portuaria al sur de Irak.
Al mismo tiempo, hoy la coalición afirmó haber cerrado la autopista que une Bagdad a Amman debido a actividades militares en la zona de la ciudad de Faluya, al lado de la carretera donde cuatro estadounidenses fueron muertos la semana pasada y los cadáveres de dos de ellos mutilados.
Según los residentes de esta ciudad rebelde situada 50 km al oeste de Bagdad, varias personas fueron muertas o heridas hoy durante enfrentamientos entre soldados estadounidenses y miembros de la guerrilla. "Recibimos en nuestro establecimientos 22 muertos y 75 heridos el domingo", después de los enfrentamientos de Sadr, afirmó Mohamed Jodeir Yosseff, responsable administrativo del hospital Al-Sawadeir de Bagdad.
En Sadr, siete soldados estadounidenses perdieron la vida en una batalla con milicianos de Moqtada Sadr que trataban de controlar edificios públicos y de la policía en este barrio chiíta.
Otros enfrentamientos tuvieron lugar en la ciudad santa chiíta de Nayaf, donde una jornada de protesta organizada por los partidarios de Sadr degeneró en enfrentamientos con la guarnición bajo mando español.
El balance de estos enfrentamientos es de 20 muertos y de más de 200 heridos de lado iraquí, según fuentes hospitalarias.
La coalición indicó también que un soldado salvadoreño de la guarnición de Nayaf fue muerto y que otros 13 soldados, 12 salvadoreños y un estadounidense, fueron heridos.
Los de este fin de semana son los enfrentamientos más mortíferos desde la caída del régimen de Saddam Hussein el 9 de abril de 2003. Los incidentes se desataron tras la detención, el sábado, del jefe de la oficina de Moqtada Sadr en Nayaf, Mustafá Yaacoubi, implicado según la coalición, en el homicidio del jefe chiíta liberal Abdel Majid Al-Joi, el 23 de abril en Nayaf.
Los enfrentamientos fueron seguidos de la ocupación de edificios públicos. Los partidarios de Sadr habían rodeado la sede de la gobernación en Nayaf, luego la sede de las fuerzas iraquíes de defensa civil (ICDC, auxiliar del ejército) custodiada por soldados salvadoreños. También invadieron los edificios oficiales de Kufa, donde su jefe se encuentra en una mezquita.
La violencia se propagó a varias ciudades. En Amara (sur), cuatro iraquíes fueron muertos y ocho resultaron heridos en enfrentamientos entre los partidarios de Sadr y las fuerzas británicas.
Moqtada Sadr llamó a sus partidarios a "aterrorizar a sus enemigos" pues, según su opinión, las manifestaciones se han hecho "inútiles", después de los enfrentamientos.
"Les pido que no manifiesten más, pues se ha hecho inútil, a partir del momento que a vuestro enemigo le gusta aterrorizar, hacer callar las opiniones y despreciar a los pueblos", declaró en un comunicado desde Kufa.
Contradiciéndole, el gran ayatolá Alí Sistani, figura emblemática de los chiítas, lanzó un llamado a la calma "y a dejar que el problema se resuelva mediante la negociación", afirmó una fuente cercana al dirigente de Nayaf.
"Alí Sistani también pidió a los manifestantes que no repliquen a las fuerzas de ocupación en caso de agresión", subrayó.
Estas acciones violentas, emprendidas por una parte de esta comunidad bajo el doble efecto de la frustración política y del deterioro de sus condiciones de vida, fueron condenadas por el actual presidente del Consejo del Gobierno transitorio iraquí, Massu Barzani.
Los hechos tuvieron lugar cuando el emisario especial de la ONU para Irak, Lajdar Brahimi, llegó a Bagdad con la misión de "cooperar con los partidos en presencia para ayudarlos a preparar el proceso de transferencia" del poder previsto para fines de junio, indicó su gabinete en un comunicado.
Sin embargo, esta fecha fue cuestionada por dos influyentes senadores estadounidenses, el republicano Richard Lugar y el demócrata Joseph Biden.
"Pienso que es esencial garantizar la seguridad" de aquí al 30 de junio, precisó Lugar, estimando que la policía iraquí no estaba lista para asumir totalmente la tarea.
Biden, principal responsable demócrata de la comisión, sugirió que un poder interino bajo auspicio de la ONU tome el relevo el 30 de junio. Es importante que "algo se decida de aquí a esa fecha, sino vamos hacia la guerra civil", declaró a Fox News.
Las tropas estadounidenses, que han cercado la ciudad rebelde de Faluya, impondrán un toque de queda como parte de la gran operación lanzada en busca de los insurgentes que el pasado miércoles mataron y vejaron a cuatro guardaespaldas de EE.UU.
La operación de Faluya es la más agresiva y ambiciosa lanzada por las tropas de ocupación desde el inicio de la posguerra, cuya violencia se desató precisamente en esta ciudad pocas semanas después de la caída de Hussein.
"Se procederá a buscar a los sospechosos casa por casa", añade la nota del Ejército estadounidense, que ha destacado unos 20.000 soldados en los alrededores de la ciudad, y enviado helicópteros y carros de combate. "Nuestro objetivo es claro, queremos capturar a los hombres que buscamos. No queremos ir y disparar a todas partes", afirmó el teniente James Vanzant. (EFE/AFP).