Titulares de Tapa: TAPA-01

Cerca de 90 mil armas están en manos de civiles

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La cifra abarca a la provincia y se duplicó en sólo tres años. Se trata del universo total de tenencia de armas, según datos aportados por el Renar. El organismo técnico desaconseja su uso como medida de prevención o defensa personal.


En la provincia de Santa Fe, 88.782 armas de fuego están en manos de civiles, según datos oficiales que maneja el Registro Nacional de Armas (Renar) a diciembre de 2003.

La tenencia de armas se duplicó en tres años en nuestra provincia. Si se compara ese número con el registrado en el 2000, donde el universo total de armas en manos de civiles (sea usuario individual o colectivo) era de 42.350, el incremento fue de un 109 por ciento. Vale mencionar que esa cifra se vio engrosada durante las diferentes campañas de regulación lanzadas desde el Renar, una de las cuales tuvo un alto impacto en el año 2001.

En tanto, el número de portaciones suma 670 en toda la provincia, de acuerdo a los registros del año 2003.

En este punto hay que aclarar que tenencia no es lo mismo que portación. Lo primero implica tener -tal como su palabra lo dice- un arma de fuego (sea en el hogar, en una casa de tiro, etc.) y también poder trasladarla, por ejemplo, hacia lugares de uso como los centros de práctica de tiro o cotos de caza, pero siempre llevando el cargador separado del arma.

En cambio, la portación es una autorización extremadamente restringida para los civiles, ya que permite portar un arma preparada para su pronto uso, siempre y cuando se acredite un riesgo "cierto, grave e inminente para la vida", según la fuente del Renar consultada. Por ejemplo, se otorga este permiso para el caso de un testigo judicial amenazado de muerte o a un fiscal que por su función puede estar corriendo riesgo constante. También lo pueden obtener usuarios colectivos como trasportadoras de caudales o agencias de seguridad.

Cantidad de usuarios


Siempre de acuerdo a las cifras suministradas por el organismo -dependiente del Ministerio de Defensa de la Nación, cuya función básica es de carácter registral-, en la provincia existe un total de 60.540 legítimos usuarios de armas.

El número es menor que la cantidad de tenencias, y esto se explica porque una misma persona puede tener dos o más armas en su poder.

Poseer un arma no es tan fácil


Para tener un arma de fuego, hay que cumplir determinados requisitos de capacidad psicofísica y de idoneidad que muchas veces desalientan su compra.

Primero, se debe obtener la credencial de legítimo usuario. Aparte de abonar el canon correspondiente, la persona tiene que certificar su identidad, su domicilio real, la inexistencia de antecedentes penales desfavorables expedido por autoridad competente, medios de vida lícitos (como empleado, autónomo, etc), estado de salud psicofísica (mediante certificado expedido por un profesional habilitado) e idoneidad en el manejo de armas de fuego.

Esto último se obtiene en los tiros federales, polígonos e instructores de tiro habilitados por el Renar.

Recién con esa credencial de legítimo usuario el interesado puede ir a una armería a comprar un arma, y no al revés. Cuando se realiza la compra, se le otorga la factura pero aún no le dan el arma, porque debe completar el trámite de tenencia.

El mismo lo puede iniciar la armería o el propio interesado en el Renar (o en el Repar) donde se entrega la factura para que el organismo chequee la existencia de la armería, del arma, etc. Con esa tarjeta de tenencia en la mano (es de color rojo) la persona puede ir al comercio a retirar el arma.

Vale aclarar que la tenencia funciona al igual que una tarjeta verde del auto, es decir, se emite un certificado por cada arma a modo de título de propiedad. Por lo tanto si una persona tiene diez armas debe contar con igual número de tenencias.

Ser legítimo usuario no implica necesariamente poseer un arma. Por ejemplo los vigiladores deben contar con esa certificación para usarla pero la propiedad del arma la tiene la empresa para la cual trabaja.

Pero eso no es todo. Para poder usar un arma para caza o práctica de tiro la persona debe tramitar otra tarjeta, denominada de Control de Consumo de Munición, único instrumento que autoriza la adquisición de balas.

Cada una de las certificaciones mencionadas con anterioridad tiene un canon que va desde los $ 10 a los $ 30, por lo que además de complicado el trámite conlleva un costo.

Muchas consultas pero pocas ventas


Portar un arma no es una tarea sencilla. Mucho menos económica.

Lionel Rego es propietario de la armería El Rafa y desde hace 18 años trabaja en el rubro.

En el último tiempo notó un incremento en las consultas pero no en las ventas: "De 10 personas que preguntan sólo una compra", sintetizó a modo de estadística.

Atribuye esto a que adquirir un arma es una tarea tediosa y lenta. "Si se trata de la primera arma que adquiere, el trámite de registro demora entre 30 y 60 días, y la gente no quiere esperar, quiere el arma ya".

En el trato cotidiano con los clientes percibe que "están muy ofuscados y asustados porque asaltaron a algún vecino o familiar y por las imágenes que diariamente ven en la televisión".

Esto les lleva a consultar por un arma para tener en su casa, en la mesita de luz y así conseguir una protección extra. "Pero no se vuelcan masivamente a la compra, recurren al arma en el último de los casos"

Quienes se acercan a preguntar con mayor frecuencia son los ancianos y hombres de clase media. Según Rego, buscan un revólver calibre 32, "un arma civil, sencilla, de calibre menor", explicó. El precio aproximado es de 190 pesos, más el registro que sale 70 pesos.

De todos modos, esto no es lo que más se vende en este comercio. La preferida es una pistola de marca nacional específica para los aficionados a la práctica de tiro que tiene un costo entre 800 y 900 pesos. Obviamente, "esta no es para quien la quiere tener en la mesita de luz".

El comerciante opinó que entre la gente "hay una sensación de mayor inseguridad, tienen más miedo. Pero creo que es por lo que muestra la televisión todo el tiempo porque la violencia no es de ahora y los robos existieron siempre. Sólo que ahora se volcaron más hacia la zona céntrica de la ciudad y ya no hay un sector más protegido que otro".

CADA VEZ MÁS ENCERRADOS


En coincidencia con la opinión anterior, otro comercio dedicado al rubro concluyó en que el alto nivel de inseguridad que se percibe es el motor de la gran cantidad de consultas sobre armas: pero, también en este caso, son pocas las compras que llegan a concretarse.

"Es imposible que se lleven el arma ya", aseguró el encargado del negocio, al que concurre gente que ya tiene alguna idea sobre el tema y otros que no conocen nada de armas. Pero todos tienen una preocupación común: el temor a sufrir un hecho de violencia.

La mayor demanda es de un arma corta para defensa personal. "La gente dice que está cansada de que le caminen por los techos y cada vez tiene que estar más encerrada mientras los delincuentes siguen sueltos".

Desaconsejan su uso


Desde el Renar desaconsejan "totalmente" el uso de armas de fuego para defensa personal o para morigerar la sensación de inseguridad. "A la hora de usar un arma a una persona de bien se le van a presentar conflictos de valores, lo que no le sucede a un delincuente. Además, tiene que saber que corre peligro su propia vida", argumentó una fuente del organismo.

Muchos quieren aprender a disparar en el polígono


Durante el año pasado y los primeros meses de 2004, en el Tiro Federal Argentino de Santa Fe se observó un incremento de la cantidad de socios o visitantes que adquirieron un arma y decidieron aprender a usarla en el polígono.

Eso es lo que muestran las estadísticas de esta institución ubicada en Urquiza 750, que como la mayoría de las que existen en el país fueron fundadas a finales del siglo XIX por inmigrantes europeos, muy adeptos a la práctica del tiro deportivo.

"Hemos notado que hay un grupo de gente que compró un arma nueva y quiere venir para aprender a usarla", relató a El Litoral Claudio Fournel, secretario del Tiro Federal, quien agregó que el dato curioso es que de esas personas, un buen porcentaje "son comerciantes de barrios o propietarios de farmacias". Para poder utilizar las instalaciones del Tiro hay dos opciones: hacerse socio o pagar por día. La institución provee de municiones para aquellos que quieran comprarla allí y también pone a disposición instructores.

"Todas las personas que vienen a tirar quedan registradas en un libro", señaló. Y esto es lo que permite llevar una estadística precisa de la cantidad de tiradores. Por ejemplo, durante el 2003 hubo más de 570 visitas al polígono, mientras que al mes de marzo de este año la entidad tiene un total de 270 socios, una cifra que no se repetía "desde 1998".

AGENTES


Fournel explicó que de aquellos nuevos practicantes que van al tiro, la mayoría adquiere un arma de puño (pistolas o revólveres), y aclaró que tener un arma "implica muchas cosas. Nosotros siempre decimos que es preferible usarla aquí que en otras circunstancias".

Para practicar en el Tiro, el socio o el visitante debe presentarse con la credencial de legítimo usuario y documentos personales, y no se exige otro tipo de certificado de aptitud psicofísica en el momento. Tampoco se permite el uso de armas automáticas, es decir aquellas que disparan en ráfagas, por obvias cuestiones de seguridad.

Esa es una de las condiciones que exige el Renar, que en definitiva es el órgano que tiene el poder de policía sobre los Tiros Federales, aunque no tiene injerencia sobre estas asociaciones civiles sin fines de lucro en materia de funcionamiento interno.

Como servicio a la comunidad, el Tiro presta las instalaciones a las fuerzas de seguridad como la policía y Prefectura. En este punto, es llamativo la caída de la cantidad de agentes que fueron a practicar el año pasado: sólo unos 2.600 contra más de los 3.700 que se registraron en el año 2000.