"Celebrar la Pascua debe significar sentirnos agradecidos por el don que hemos recibido, pero también comprometidos con este mensaje de vida y de amor para que llegue a nuestros hermanos. De modo especial, nuestra mirada y nuestro corazón deben estar dirigidos a aquellos hombres, mujeres y niños, que han sufrido y sufren las consecuencias de la inundación y la pobreza, de la inseguridad y la violencia", expresó monseñor José María Arancedo en el mensaje Pascual.

Esta noche, en todas las iglesias se celebrará la Vigilia Pascual, la misa en la que se recuerda la resurrección de Cristo: se trata del momento más importante del año litúrgico. En el contexto de perdón y reflexión que imponen estas fechas, el arzobispo observó que "esta nueva realidad que nos trajo la resurrección de Jesucristo, no ha llegado aún al corazón del hombre" y pidió a los cristianos que se comprometan "con este mensaje de vida y de amor, para que llegue a nuestros hermanos".

"Santa Fe necesita ser reconstruida sobre la solidez de la fe, la fortaleza de la esperanza y la generosidad de la caridad", manifestó el prelado; y llamó a trabajar "por una nueva Santa Fe, que mire con esperanza su futuro y sepa descubrir, en el amor y la solidaridad, los lazos de una convivencia más fraterna y justa".