Sucesos: SUCE-01

Asalto, tiroteo y captura en las calles del centro

Gran revuelo provocaron las dos frustradas tentativas de asalto perpetradas por los delincuentes que fueron capturados en la tarde de ayer. Foto: Luis Cetraro.. 
Dos delincuentes se enfrentaron a la Policía, pero perdieron. Uno de los ladrones, en pleno centro, empezó a disparar con un Magnum 44.40. Una chica fue asaltada y gravemente herida en las calles del barrio Abasto.


Ayer a la tarde dos delincuentes armados asaltaron la céntrica Bulonería Murpat, pero allí no encontraron dinero y se fueron, contrariados y con las manos vacías. Para colmo de males los patrulleros de la Brigada Operativa Urbana fueron alertados acerca del frustrado intento y salieron tras ellos.

De tal modo, desde el lugar del hecho -San Luis y Junín- los uniformados partieron con datos precisos y apenas minutos más tarde los sorprendieron a los hampones, cuando se aprestaban a dar un segundo golpe en la firma Optilent de calle San Jerónimo 2800. Entonces uno de los ladrones se entregó mansamente, pero el otro sacó a relucir un revólver Magnum, un terrible cañón de mano con el que abrió fuego contra los policías.

Uno de los disparos dio en uno de los coches de patrulla y otro rozó a un suboficial. La reacción policial fue rápida y fulminante, tres tiros dieron en las piernas del malviviente, pero así y todo éste logró trepar a un remís y, presuntamente bajo amenazas de muerte, se hizo llevar con rumbo desconocido. No obstante, por la red de comunicaciones de la URI todas las unidades que patrullaban el casco céntrico fueron alertadas de inmediato y el vehículo buscado sería interceptado en los alrededores del Club Atlético Unión.

Después, los dichos del transportista sumados a los de aquel que ya había caído en manos de los agentes del BOU, orientaron a los perseguidores y pronto rodearían la vivienda donde aquel habría buscado refugio.

Algunos minutos más tarde, en calle 4 de Enero al 4400, los uniformados habrían de apresar a un hombre de unos 26 años, un tal "Gordo Juan", cuyas características coincidían ampliamente con las del asaltante buscado.

Algunas personas que desempeñan tareas en los locales asaltados dijeron que los hombres sorprendidos en Optilent fueron los mismos que intentaron robar en Murpat y agregaron que, al menos uno de ellos, ya había protagonizado un episodio similar en Optilent, en el mes de noviembre.

"Entonces -dijeron nuestros entrevistados-, ése estaba drogado, demasiado drogado, y nos hizo pasar un momento terrible porque amenazaba a todos y apuntaba en cualquier dirección. Ayer, antes de que llegara la Policía, esperó a ser atendido y cuando eso ocurrió sacó el arma de la cintura y la apoyó en el mostrador, sin palabras. Por fin llegó la Policía y empezó el tiroteo".

Voceros de la URI dijeron hoy que la captura de los delincuentes se vio favorecida por la implementación de los nuevos mecanismos de seguridad implementados en el radio urbano de nuestra ciudad.

Este procedimiento permitiría, según las mismas fuentes, aclarar numerosos ilícitos contra la propiedad ya que sobre el detenido -un hombre de 26 años conocido como el "Gordo Juan"- pesarían no menos de siete pedidos de captura.

Por una campera


Cecilia Castro terminó la secundaria en el 2003, entonces con parte del dinero de una beca estudiantil compró la campera que anoche quiso arrebatarle un encapuchado. Ella regresaba a su casa del barrio Abasto en compañía de su novio cuando un delincuente los apuntó con un arma de fuego, urgiéndolos a despojarse de sus ropas y calzado. El muchacho cedió, pero la chica, cuando ya se había quitado las zapatillas, quiso retener la campera. Para ella, ésa sería una ocurrencia dramática: el balazo que la alcanzó en el vientre la dejó mal herida.

Beatriz Ayala y Jesús Castro son los padres de Cecilia y de otros siete chicos, ella es la tercera y tiene 20 años de edad. Ambos aguardaban -al cierre de esta edición-, que los médicos que asisten a la hija en Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Cullen, les hicieran saber qué será de ella, porque de acuerdo a un primer diagnóstico, temen lo peor.

Beatriz Ayala narró a "El Litoral" esa dramática secuencia y agregó que Cecilia es una hija ejemplar, recordó que ella regresaba del gimnasio cuando fue asaltada e hizo notar que hechos como éste son frecuentes en un vecindario en el que quienes mandan son los delincuentes.

A su vez, con lágrimas en los ojos, Jesús Castro, describió un cuando similar y deploró que los encargados de velar por la seguridad pública no actúen con mayor severidad para erradicar la delincuencia.

Los esposos Castro pueden enorgullecerse de haber educado a sus hijos en el respeto a la ley y entienden que no son merecedores de esta suerte. Castro sostiene a su numerosa prole trabajando como zapatero en el barrio Los Troncos y, con sus magros ingresos, su esposa ha logrado parar la olla y costear un estudio para todos y cada uno de sus hijos.

El sitio donde anoche cayó Cecilia gravemente herida fue escenario de otros episodios terribles, como el asesinato de un comerciante paivense que se dirigía al Mercado Concentrador y también la violenta pueblada contra la delincuencia originada en la muerte del joven Torales.

José Luis Pagés