El juez federal Norberto Oyarbide declaró en rebeldía y ordenó la captura nacional e internacional de Carlos Menem, a quien ha procesado por por omisión maliciosa de una cuenta en suiza con 600 mil dólares, al tiempo que lo investiga por falsedad ideológica y lavado de dinero.
Las imágenes televisivas del ex presidente bailando una "alegre danza étnica" junto a una odalisca en la capital trasandina, permitieron que el magistrado dictaminara que quedó "patéticamente demostrado" que Menem no padece los trastornos de movilidad en los que se excusó de presentarse a las tres citaciones previas, entre el 15 de marzo y el 1 de abril último.
El exhorto de Oyarbide será elevado a Cancillería en las próximas horas. El Palacio San Martín recién el jueves remitiría a Santiago la solicitud del juez Urso, que la semana pasada también ordenó la detención del ex presidente, a quien investiga por supuestas irregularidades en el proceso de licitación de dos cárceles construidas durante su mandato.
Los pedidos de ambos magistrados serán evaluados -por separado- en Chile por el presidente de la Corte de ese país o por uno de los jueces del máximo tribunal. La diferencia entre un caso y otro es que el la causa de Urso, el ex presidente argentino no está procesado, y en cambio en el expediente de Oyarbide lo tiene como imputado y procesado.
El proceso en el vecino país podría llevar hasta un año de tramitación, durante el cual existe la posibilidad de que Menem sea detenido en territorio chileno. Sin embargo fuentes judiciales del vecino país especulan que las buenas relaciones del ex presidente y su edad le evitarían esa condición.
La estrategia de Menem de evitar su regreso al país no tiene estas dos causas como único motivo. El ex mandatario está citado para una indagatoria en otra causa, el 26 de mayo, en la que el juez federal Sergio Torres investiga presuntas irregularidades en la cesión de Parque Norte al gremio de Armando Cavallieri.
Pero la situación más comprometida para Menem está en la decisión que pueda tomar la Sala B en lo Penal Económico, que analiza la revocación del sobreseimiento en la causa por el tráfico de armas a Ecuador y Croacia.
Por su parte Carlos Menem contraatacó hoy sugiriendo que "se investiguen los bienes del presidente" Kirchner. Recordó que durante su gestión en la Rosada liquidó 730 millones de dólares en regalías petroleras a Santa Cruz, pero hoy la cuenta de la provincia en el exterior no tiene más de 530 millones de esa moneda.
El riojano dijo que la causa que lleva adelante Urso "no tiene ningún tipo de fundamento", y reiteró que la cuenta en Suiza pertenece a sus hijos y son 180 mil dólares que se fueron actualizando desde 1986.
Más adelante cuestionó nuevamente que "un ministro de Justicia no puede viajar con los jueces a Suiza", pero argumentó que "se volvieron con las manos vacías" y volvió a desafiar: "por qué no vienen a Chile y me toman declaraciones aquí".
Menem se considera un "perseguido", pero reiteró que va a "trabajar intensamente" para volver a la arena política en el país. Dijo que se quedará 6 meses más en Santiago -donde vive junto a Cecilia Bolocco y su hijo Máximo- y aseguró que "sigue enyesado".
El ex presidente dijo por otra parte desconocer que en su gobierno se hayan pagado sobresueldos, y cuestionó la "falta de seriedad" de la política energética de Kirchner.
"Fue uno sólo", minimizó Fernando de la Rúa. Lo cierto es que el ex presidente fue blanco de insultos (lo tildaron de ladrón y corrupto) a su salida de Tribunales, donde concurrió ayer para declarar ante el juez Facundo Cubas, que investiga presuntas irregularidades en contratos de comedores de escuelas y hospitales en 1977, cuando era jefe de Gobierno de la ciudad.
De la Rúa justificó los contratos en la "urgencia" del servicio a prestar y sostuvo que la causa que se le sigue "es absurda" porque no existe allí ningún delito. Al igual que Menem habló de una "persecución" contra su persona, y confió que el magistrado habrá de sobreseerlo en el plazo de 10 días que ahora tiene para decidir si lo procesa o no.