Política: POLI-06 Rosario volvió al eje de la política transversal nacional
Miguel Lifschitz y su antecesor, Hermes Binner, participaron de una reunión con Kirchner y los jefes municipales de Buenos Aires y Córdoba. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, volvió a hablar de "un nuevo bloque".


Rosario (C).- El presidente de la Nación, Néstor Kirchner, demostró ayer cuánto valora la construcción de consensos más allá de las fronteras de su partido, al recibir a los administradores políticos de las tres mayores ciudades argentinas en una reunión que tuvo mucho más de manifestación política que de formalidad de protocolo.

El jefe del Estado dialogó extensamente con Miguel Lifschitz (Rosario), Aníbal Ibarra (Buenos Aires) y Luis Juez (Córdoba) sobre temas generales pero varias manifestaciones encuadraron la audiencia como el intento de consolidación de un campo de propósitos convergentes.

Que la cuestión iba más allá de aspectos de gobierno pareció inequívoca y marcada en varios puntos. Primero: la presencia de Hermes Binner, el ex intendente rosarino al cual el presidente considera hace tiempo un aliado privilegiado en territorio santafesino. Segundo: el encuadramiento que dio al encuentro el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quien celebró la cita como la confluencia hacia un proyecto común desde distintos sectores. Tercero: la definición más cristalina aportada por el intendente cordobés. "Queremos construir un espacio político que vaya más allá de la coyuntura", le dijo al diario La Nación.

A tal punto la idea es consolidar el contacto que se fijó un nuevo encuentro, para fines de mayo y en Rosario, entre las figuras que se reunieron ayer.

Nuevo bloque


La palabra transversalidad, que es la más convocada para explicar el propósito de Kirchner de edificar un programa político con andamiaje suprapartidario, suele espantar a los socialistas santafesinos, porque provoca en el interior del partido una muy clara turbulencia interna. Por eso, ni Binner ni Lifschitz la pronunciarán jamás. Pero más allá del signo escogido para designarla, la reunión de ayer durante dos horas en la Casa Rosada fue claramente, como lo dijo Fernández, una contribución a la concreción de un nuevo bloque político.

En el Partido Socialista (PS), Kirchner privilegia los contactos con Binner, como lo probó su presencia ayer en la cita. Esto genera recelos al interior del PS en dirigentes que -no encumbrados nacionalmente- temen que el protagonismo del ex intendente rosarino prevalezca sobre la identidad y el peso partidario en el tramado de iniciativas políticas. Y ni Binner ni Lifschitz quieren alentar entredichos internos.

Un dirigente socialista que estuvo en la trastienda de la reunión de anoche aclaró que no desecharán participar en un espacio amplio que contenga a todos. Pero trazó diferencias: "Puede que Ibarra y juez tengan menos preocupación por lo partidario y es entendible: ellos no tienen un partido. Nosotros sí. Y nuestra construcción en Santa Fe se explica por la acción del partido. Los medios ven a Kirchner con los intendentes y leen mecánicamente que esto ya es un nuevo espacio político. Pero en realidad esto es algo que se articula a partir de las ciudades que, es verdad, tienen criterios de gestión con coincidencias. No se puede despreciar este encuentro para generar mayor eficacia en las administraciones porque hay seis millones de personas que, si existen contactos fluidos entre las ciudades donde viven y el Estado nacional, se van a favorecer. Interpretar esta reunión como un espacio de alianza tradicional, como si de aquí fuera a surgir una alianza electoral, es reduccionista", planteó.

Al salir de la reunión, que se prolongó entre las 19 y las 21, Lifschitz dijo ante los periodistas de TV que los temas tratados habían sido "seguridad, generación de empleo, la reactivación económica, el desarrollo productivo y las infraestructuras que tienen que ver con estas tres grandes ciudades del país".