Hoy volverán a operar a la niña mordida por un perro
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Desde el sábado a la tarde, cuando un ejemplar de Bull Terrier atacó y dejó mal herida a la niña Pamela Romero en una casaquinta de San José del Rincón, sus padres no se separan de su lado. Juan Romero y Valeria Aranda, quienes aguardan novedades apostados durante las 24 horas del día junto a la unidad de terapia intensiva del hospital de niños Dr. Orlando Alassia, dijeron que esta tarde, la pequeña será sometida a una nueva intervención quirúrgica y pidieron una oración para que esa operación resulte exitosa.
No obstante, el padre de Pamela, quiso llevar tranquilidad a sus familiares, muchos de los cuales residen en San Javier haciéndoles saber que, si bien el estado de la nena no ha evolucionado en las últimas horas, lo que los médicos le dicen ahora permite alentar esperanzas de recuperación.
Juan Romero se mostró profundamente agradecido al personal del nosocomio por la atención que dispensa a su hija y también quiso agradecer públicamente al hombre que con su decidida intervención evitó el sábado que el perro terminara con la vida de su hija, una criatura de apenas cinco años de edad.
Ayer, el estremecedor relato ofrecido por el anónimo vecino fue publicado por este diario. El hombre recordó que al escuchar los gritos que provenían de la quinta de la familia Barceló trepó al techo de su casa y desde allí tuvo oportunidad de observar la terrible escena, el perro acometía una y otra vez contra la indefensa criatura con feroces dentelladas, así que sin pensarlo dos veces cruzó la calle a la carrera, saltó por sobre el tapial y, como pudo, apartó al enfurecido animal rescatando de ese modo a la pequeña víctima, también a las otras criaturas con las que había estado jugando en el patio.
Nuestro entrevistado refirió entonces que tan graves fueron las heridas que la niña mostraba en el rostro que en un primer momento, "ni la propia abuela la pudo reconocer". Ese dato aterrador sería ratificado hoy por el padre de Pamela cuando entre sollozos aseguró que, en su lugar de internación, sólo pudo reconocer a su hija por tres lunares que como él, la nena tiene en el pecho.
Pero Juan Romero hizo otra lectura acerca de quienes -entre periodistas y abogados- lo acosaron insistentemente con propuestas indiscretas y con versiones que distorsionaron los hechos, algo que no hizo más que llenar de alarma a sus familiares que viven en sitios lejanos y desesperan por llegar cuanto antes a Santa Fe. "A ellos quiero pedirles que no vengan porque no es el momento y sí, que recen mucho para que Pamela salga de este estado cuanto antes. Eso es lo mejor que pueden hacer por ella en estos momentos".
Acerca de cómo ocurrieron los hechos, o más precisamente cuál fue el disparador que de un momento al otro convirtió a la fiel mascota de los Barceló en una fiera asesina, aportó lo suyo el médico veterinario Héctor Franicevich. El profesional que atendió al Bull Terrier desde cachorro dijo: "El perro vio una actitud agresiva. Los chiquitos se disputaban una bicicleta. Tironeaban, y en momento dado la nena -que estaba de visita-, cayó sobre el chico de la casa. Entonces, el perro debe haber interpretado esa caída como una agresión contra su dueño".
Franicevich agregó que el perro que ahora tenía un año y nueve meses era: "El perro más bueno del mundo. No lo va a creer, pero era así. Yo he llegado a vacunarlo, solo, de noche y cuando la casa estaba vacía -agregó-. A veces, en las visitas iba con mi hijo, un bebé, y jamás me alarmó que el perro se acercara a él para lamerle la cara. Sin embargo, los perros, son perros -reflexionó-, y todos son confiables, hasta que dejan de serlo. De modo que nunca está de más tomar precauciones como atarlos o encerrarlos toda vez que sea necesario. Si se hubiera actuado así nadie estaría lamentándose ahora. Ocurre -dijo-, que a veces existe un exceso de confianza".
Los Bull Terrier reúnen características un tanto contradictorias. Cualquier manual los define como lo hizo el Dr. Franicevich: "Amistoso, cariñoso y por demás leal a la familia", pero al mismo tiempo tiene reputación de ser "el gladiador de la raza canina". Consultado sobre este punto el veterinario arribó a una conclusión digna de ser tenida en cuenta. Cualquiera sea la raza -dijo- "Nadie debería tener lo que no puede dominar"
Consultado acerca de las versiones que indican que el can atacó a vecinos del barrio Los Espinillos, dijo que eso no fue así, pero admitió que el perro atacó y mató, o dejó mal heridos, a otros perros, como se informó en la edición de ayer. "Era agresivo con sus congéneres, lo que llevó a su dueño a adoptar medidas para evitar otros episodios similares".
Respecto del sacrificio del animal, algo que hizo el Dr. Barceló apenas tuvo noticia del ataque sufrido por la nena, dijo Franicevich que esa "fue su decisión y no la comparto, pero habría que haber estado en su lugar cuando un centenar de personas le pedía a gritos la cabeza del animal".
Esta mañana el dueño del Bull Terrier -Marcos Barceló-, permanecía en el hospital Alassia a la espera de novedades junto a los padres de la niña, tal como lo hizo desde el momento en que, con motivo de este grave suceso declaró en la comisaría 14, dependencia de la URI que instruye sumario por "lesiones graves culposas".
Hay dos variedades de Bull Terrier: la blanca y la de color. Ambas se presentan por separado desde el 1936. La raza se remonta a 1835 y es casi seguro que se estableció mediante el cruce entre un Bulldog y un Terrier Inglés Blanco (raza extinta actualmente). Contrario a la impresión de los que no le conocen, el Bull Terrier es un perro amistoso y cariñoso, leal por demás a su familia. Pero también es considerado el gladiador de la raza canina, lleno de fuego y de valor.
José Luis Pagés