Opinión: OPIN-02 Gobierno y estrategias
Por Teresa Pandolfo


Hacía mucho tiempo que en la provincia, el justicialismo no tenía una oposición tan fuerte como la que se observa en la actualidad. Particularmente proviene del Partido Socialista. El radicalismo con su segmentación interna no alcanza a estructurar una posición como partido y con el ARI ocurre algo parecido, no sale de la pirotecnia.

Pero el socialismo viene administrando Rosario desde hace varios mandatos; tiene, entonces, experiencia de gobierno y sobre todo la firme decisión de obtener el sillón del Brigadier López en la primera de cambio. Además, es el partido que con más claridad le plantea a Obeid sus diferencias en cuanto a los proyectos que remite a la Legislatura, y el que permanentemente le marca la cancha. Tómese como dato que Hermes Binner es quizás al único dirigente político a quien le contesta directamente el gobernador Obeid, cuando el primero aborda alguna temática que tiene que ver con el desempeño del gobierno.

Pero el margen operativo de Obeid no sólo está celosamente marcado por la oposición. También la vinculación con el gobierno nacional no le posibilita un escenario cómodo. El gobernador no comparte la idea de transversalidad del presidente y ha mantenido su alianza con Carlos Reutemann. Obeid refiere una y otra vez, que su relación con el presidente es muy buena y seguramente así lo sea en el plano personal. Al cierre de la semana, trascendió que ambos se reunirán en miércoles en horas de la tarde. Pero es en las segundas líneas de la administración nacional donde las cosas no resultan sencillas para la provincia.

Obeid participó en San Vicente de la reunión con Eduardo Duhalde y otros dirigentes tradicionales del justicialismo no enrolados en la transversalidad. El encuentro se produjo horas después de que el presidente de la Nación recibiera a Hermes Binner y a los intendentes de Rosario y de Córdoba, éste último enfrentado con José Manuel de la Sota. Binner y Miguel Lifschitz fueron cautos a la hora de las declaraciones luego de dos horas de reunión en la Casa Rosada. Hablaron de la "construcción de un espacio" sin aportar más precisiones. Se sabe que el ex intendente de Rosario no acepta un cargo a nivel nacional o la embajada de Chile, porque su partido está en desacuerdo con ello. Por su parte, al actual jefe municipal de la ciudad del sur no le interesa cambiar de partido.

Por un lado y por otro, el margen político de Jorge Obeid dependerá de la relación interna que obtenga de su partido y de las que establezca con la ciudadanía a partir de llevar adelante un buen gobierno, equilibrado para todas las zonas y no dominado por el poder económico de Rosario. El volumen de las inversiones privadas en dólares, que se prevén para éste y próximos años, ha convertido a este poder también en político.

La ciudad del sur es demandante permanente de atención en obras y servicio. El gobierno provincial se enfrenta con la necesidad de mantener los apoyos locales en terreno adversario, pero la provincia es más que Rosario, cuya dinámica le permite resolver por sí misma sus problemas. No ocurre lo mismo con otras zonas de la provincia que sí requieren la gestión de promoción por parte del Estado para revertir su situación en cualquiera de los campos que son sensibles a sus habitantes.

Gestión de gobierno


Por eso, más allá de los acuerdos en el primer nivel que Eduardo Duhalde logre con Kirchner, a los que luego nos referiremos, resulta importante que el gobierno de Obeid muestre una gestión de mayor operatividad que la demostrada hasta ahora por sus ministros y el oficialismo en la Legislatura. Que sea palpable una mejora de los servicios que brinda el Estado.

El propio discurso del gobernador ante la Asamblea Legislativa del 1° de mayo, no tuvo el carácter esperado en cuanto a acciones que estratégicamente ubiquen en otro plano a Santa Fe. El rol del Magic debió presentarse de otra manera; salvo que el gobierno haya decidido no tomar en cuenta las condiciones comparativamente mejores para la producción que se están dando en esta época.

Asimismo, sin dejar de desconocer el enorme esfuerzo que significa la reparación económica para las familias damnificadas por la catástrofe, sólo se escuchó para nuestra zona la mención de que se había obtenido el financiamiento para el estudio de prefactibilidad económica de reconversión del puerto de Santa Fe.

Iniciativas como la posibilidad de que la provincia genere energía -vía una asociación con Córdoba o por inversión privada-, fue otra de las ideas anunciadas pero entre otros hechos de menor significación estratégica. Sin embargo, de lograrse sería importantísimo y no por la crisis de fluido actual, sino por su impacto en los costos del recurso. Con esto queremos señalar que la provincia sigue careciendo de un plan que capitalice el crecimiento de algunos sectores y proyecte su futuro.

Es indudable que dadas las actuales condiciones, será el plano de las realizaciones concretas y no el de las iniciativas de carácter político-institucional, las que le aportarán a Obeid su base de alianza con la sociedad santafesina.

El mensaje de reemplazo de ley de Lemas no encuentra acuerdo interno en el peronismo -seguramente sólo se obtenga una modificación pero no su cambio por otro sistema electoral- y la iniciativa vinculada con la Constitución provincial encuentra escollos fuertes sobre todo por el mantenimiento de la mayoría para el partido del gobierno en la Cámara de Diputados. La oposición en este punto está firme y antes quiere la derogación del sistema de Lemas.

Gobernabilidad


Frente a la intención presidencial de avanzar en un esquema de alianzas transversal, la dirigencia justicialista en San Vicente expuso la otra cara. En cada ocasión se mostró quién estaba en cada ubicación. La presencia del vicepresidente Daniel Scioli en la Legislatura, el sábado pasado, tuvo esa lectura política al igual que la mención, fuera del texto escrito del mensaje del 1° de mayo, que hizo de la respuesta del jefe de Gabinete al Congreso, respecto de los fondos enviados a Santa Fe para atender la emergencia. El gobernador remarcó, con ese gesto, la veracidad de los dichos de Carlos Reutemann; un gesto político no menor e indicador.

La reunión en San Vicente no gustó al presidente, quien con ironía la descalificó. Luego, fue el propio Duhalde quien bajó los decibeles y evitó entrar en un plano de confrontación, terreno que el ex presidente busca con insistencia evitar.

Las fuentes consultadas indican que en esta semana, Duhalde y Kirchner tendrán una cumbre en la que el primero, en aras de la gobernabilidad que demanda el país antes hechos como la crisis energética, pedirá al jefe de Estado actitudes concretas hacia los gobernadores y otras figuras con peso en el justicialismo. Duhalde no quiere confrontar pero reclamará la apertura del gobierno y un trato de respeto institucional para aquellos que no comparten algunas de las ideas y actitudes presidenciales.

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