Opinión: OPIN-05 Debates sobre un "Cristo" atribuido a Miguel Angel


Un "Cristo en la Cruz" atribuido a Miguel Angel, hasta el momento nunca expuesto, se presentó en Florencia ante el público y abrió el debate de los expertos sobre las características de esta obra de alto nivel estilístico.

El Museo Horne será hasta el 4 de septiembre el depositario de esa pieza, que pertenece a un anticuario italiano y que los especialistas en arte del Renacimiento consideran una obra juvenil de Miguel Angel (1475-1564).

El profesor Giancarlo Gentilini ha sido quien formulado la atribución en un libro recién publicado, que incluye textos de varios expertos, participantes en un debate sobre las peculiaridades de la pieza y su probable pertenencia al genial escultor, arquitecto y pintor del Renacimiento.

El Cristo crucificado está tallado en madera de tilo y mide 41,3 centímetros de alto por 39,7 de ancho, dimensiones que sugieren que fue esculpido para una sala privada como elemento para la meditación y el rezo.

Una de las características del Cristo que hace pensar que sea obra de Miguel Angel es la gran precisión de los trazos de su anatomía, derivada del hecho ya conocido de que Miguel Angel tuvo oportunidad de hacer estudios de cadáveres para reflejar una anatomía humana lo más realista posible en sus obras.

La cabeza se apoya suavemente en el brazo derecho, ligeramente avanzada respecto a las figuras de la época y abrió el camino a otros artistas posteriores, que hicieron suya esa aportación.

Los entendidos consideran que la pieza pudo haber sido esculpida por Miguel Angel hacia 1495 y se basan en las similitudes que tiene el cuerpo del Cristo con el torso del niño de "La Madonna della Scala", o bien con algunas figuras de "La Bataglia dei Centauri", tallas creadas por el artista en 1492.

Para confirmar la atribución, los estudiosos también recurren a la comparación de la pieza con la imagen de Cristo en el regazo de la Virgen en "La Pietá" (1947-99), que se encuentra en la Basílica de San Pedro en Vaticano.

La obra del Museo Horne se aleja del dramatismo que caracterizaba la imagen del Salvador crucificado en esa época y muestra un cuerpo que sugiere "la idea, lo divino, sin describir o exaltar la musculatura", según el estudio de Gentilini.

De la investigación llevada a cabo por los expertos se deduce que el clima de trascendencia que predicaba el "hombre fuerte" de Florencia en esos años, el religioso Girolamo Savonarola, pudo haber inspirado este Cristo de Miguel Angel, ya que aquél proclamaba la figura del crucificado como eje de la vida de los humanos.

En el debate intervienen también profesores de medicina anatómica de la Universidad de Florencia, quienes han asegurado que el modelo del cuerpo de Cristo podría haber sido el cadáver de dos días de un hombre cercano a los treinta años.

En las salas restauradas de la casa renacentista que alberga la Fundación Horne en Florencia (norte) también se expondrán dos "Cristos" de Giuliano de Sangallo (1490) y Baccio de Montelupo (1495), para que los visitantes comparen el estilo con el atribuido a Miguel Angel.

Buonarroti cultivó la pintura, la escultura y la arquitectura y su nombre está unido al de algunas de las más grandes obras de la Historia del Arte, desde los frescos del "Juicio Final" de la Capilla Sixtina a la cúpula del Vaticano o esculturas como "La Pietá", "Moisés" y "David".

No es la primera vez que se atribuye a Miguel Angel una obra siglos después de haberla realizado: este mismo año se apuntaron como suyos unos dibujos que estaban en los fondos del Museo del Prado en Madrid, que podrían haber servido como bocetos para el fresco del "Juicio final".

Asimismo, en 1975 fueron descubiertos en un hueco disimulado bajo el ábside de la Capilla Medicea de Florencia unos dibujos en la pared, en el lugar en que el artista se ocultó durante más de un mes, en 1530, para protegerse de la entrada de las tropas imperiales de Carlos V en la ciudad. (EFE).