Opinión: OPIN-06 Cartas a la Dirección

Sin respuestas en la Argentina actual


Señores directores: ¿Por qué les ha sido posible al "Establishment" y a la Clase Política Argentina (corruptos y parásitos) mantener el control del poder, manipular a una parte mayoritaria de la sociedad, abortar los verdaderos procesos de cambio, anular el funcionamiento de los organismos de control de los poderes públicos o neutralizar sus eventuales acciones?

¿Por qué, a los ojos de la opinión pública, se han podido aplicar las distintas políticas (privatizaciones y concesiones de los servicios públicos) que han provocado la destrucción del tejido social; la condena al olvido a pueblos y regiones enteras o la concentración escandalosa de la riqueza, etc.?

¿Por qué esos millares de personas marginadas no pueden sacudir el dominio de esos aprendices de "Borgias", de "Mussolinis", o de "Romanovs"? ¿O por qué el proletariado argentino no ha podido reconocer que sus propios intereses no los defienden los burócratas sindicales traidores?

¿Por qué, a lo largo de nuestra historia, los distintos "Calígulas y Nerones" que han ejercido el poder, tanto comunal, provincial o nacional, no han sido castigados?

¿Por qué el enriquecimiento de cientos de políticos y funcionarios, o la protección de bancos y empresas, que ante la gente, resultaban inverosímiles, no motivaban ni a la DGI ni a la Justicia, para iniciar las investigaciones pertinentes?

El marxismo calificaría a la actual situación argentina (con sus masas de hambrientos y desocupados, sus campesinos sin tierras o con ellas hipotecadas, con la obscenidad con que la llamada clase rectora exhibe su opulencia, con la desnacionalización de fuentes de energía, de las empresas de servicios, etc.) como "una situación revolucionaria objetiva", sin embargo, la sociedad no encuentra los carriles para el cambio.

Es difícil hallar respuestas a todos estos interrogantes. La historia argentina de estas últimas seis décadas es patética. La conducta de las masas, con su naturaleza irracional, ha podido ser manipulada por el peronismo y a su turno también por el radicalismo, con los consabidos métodos del fascismo (propaganda desfachatada y cínica, control de la información, exaltación de símbolos que identifican al líder, afirmación de ideas antidemocráticas, etc.). Como dice Arthur Koestier en su obra autobiográfica, "la democracia estará siempre en inferioridad de condiciones frente a los adversarios totalitarios", y haciendo referencia a los trabajos de Levy-Bruhl, Le Bon, Freud y Jung, destaca también la naturaleza afectiva del comportamiento de las masas, lo que Ortega y Gasset describió tan claramente en su obra "Rebelión de las masas". Estos textos, parecieran ser los de cabecera, para nuestra clase política que tan hábilmente ha podido debilitar siempre a la democracia argentina y derrotar a los verdaderos demócratas, llevando a la república a lo que hoy podemos llamar republiqueta. Rolando González. LE: 6.256.125. Ciudad.