Pantallas & Escenarios: PAN-02 Sobre los pequeños héroes de la vida cotidiana
Por Juan Carlos Arch


Una vieja galería del Once porteño, apenas pero bien vista en el transcurso del filme, es el continente de esta fauna argentina y particularmente judía, con invitados coreanos, europeos y latinoamericanos, que Daniel Burman pone en escena en el mejor de sus cuatro filmes. Es que en esta película lo que prevalece es el primer plano, y aquellos que se cierran sobre las acciones concretas. El relato avanza así, a puro rostro, gestos y el caminar de toda esa gente por el estrecho mundo de sus actividades cotidianas.

Tanto es así que si bien el filme mucho le debe a varias actuaciones estupendas (Daniel Hendler y Adriana Aizemberg en primer lugar), el montaje de Alejandro Brodershon es aquí un protagonista excluyente, al armar esa sinfonía de situaciones y contarla a través de la máscara de cada uno. Allí se muestran matices inusuales en el cine argentino, a veces tan propenso al pintoresquismo, a los arquetipos y a ciertas caricaturas. El anclaje humano de estos personajes es no sólo notable sino también conmovedor y certero.

La película es narrada por Ariel, un joven que vive con su madre y tiene allí un negocio que todavía lleva el nombre de su padre Elías, un señor que un buen día se fue a la guerra enarbolando su ser judío. El muchacho lleva esa carencia de padre con muchos conflictos y planea irse a Europa, a tentar otra suerte. Para ayudarlo con los papeles y otras yerbas está su abuela que más tarde nos dará más de una sorpresa. También tiene una amante, lógicamente habitante de ese pequeño centro comercial.

Burman comienza su filme casi sin títulos, y lo divide en breves capítulos relacionados con la experiencia que este muchacho va teniendo con cada personaje de esta galería, que a la vez son todos presentados al comienzo. De esta manera el espectador puede convivir también en este rutinario y querible mundo de seres grises y marcados por una vida que ya les quitó toda ambición. Pero el que la tiene es Ariel, un poco extraviado entre todos ellos, pero todavía con la convicción intacta de buscarse a sí mismo.

Esta pintura es también una pincelada veraz sobre la Argentina actual y tiene el agregado de una posible llegada a nivel popular. Aunque todo es complejo, Burman muestra este mundo con una catarata de viñetas de segura llegada a un espectador, que inevitablemente se sentirá reflejado más de una vez. Es una película sin estridencias, cálida y con un tono tan amable y directo como una charla de café. Y esto llega hasta el mismísimo final, cuando van pasando los últimos títulos y la abuelita canora nos arroja la última pregunta.

"El abrazo partido"


(Idem, argentina, 2004); Dirección: Daniel Burman; guión: Marcelo Birmajer y D. Burman; fotografía: Ramiro Civita; música: César Lerner; montaje: Alejandro Brodershon; arte: María Eugenia Suerio; vestuario: Roberta Pesci. Intérpretes: Daniel Hendler, Sergio Boris, Adriana Aizemberg, Jorge D'Elía, Rosita Londner, Diego Korol, Silvina Bosco, Melina Petriella, Isaac Fain, Atilio Pozzobon y Norman Erlich; duración: 100m. Presentada por Distribution Company en Cinemark.

Calificación: Muy Buena.