Sucesos: SUCE-01

Mujer asesinó a su padre de 50 puñaladas porque veía a Satanás

La mujer confesó el crimen cuando acudió a una farmacia con cortes en sus manos. "Es Satanás, pero ahora no puede hacer nada porque lo maté", dijo extraviada. Foto: gentileza La Capital.. 
La parricida estaba desde hace 40 años en tratamiento psiquiátrico. El hombre, de 80 años, intentó resistir el demencial ataque de la mujer. Sufrió más de medio centenar de puñaladas en el abdomen, los brazos, las manos y la cabeza.


Rosario.- Una enferma mental de 55 años fue detenida en la zona oeste de Rosario, acusada de haber matado de más de 50 puñaladas a su padre de 80, en quien veía la figura de Satanás, informaron fuentes policiales.

El hecho ocurrió en una vivienda de la calle Cuba 802 donde la policía halló muerto a Urbano Reyero con "más de medio centenar de puñaladas", informó un vocero policial.

Reyero recibió las puñaladas en el abdomen, los brazos, las manos y la cabeza, según describió el informante.

En el lugar, fue detenida como principal sospechosa del hecho Pilar Reyero, hija del anciano de 80 años asesinado y de su esposa, Francisca Alvarez, española, de 86, quien se encuentra inválida desde hace mucho tiempo postrada en una cama.

Todo comenzó a la mañana, cuando la presunta homicida llegó a una farmacia ubicada en Eva Perón 5741 y solicitó ser atendida por unos cortes en las manos que se había autoprovocado, según se supo después, al asesinar a su padre.

Perturbada


El estado de perturbación que presentaba la mujer hizo que desde la farmacia un empleado pidiera auxilio por teléfono al Comando Radioeléctrico de la policía rosarina, que poco después se presentó en el lugar y entrevistó a Pilar Reyero.

Una fuente policial contó a Télam que sorpresivamente, la mujer comenzó a rezar en voz alta y tras una serie de oraciones exclamó ante policías y empleados de la farmacia: "Es Satanás. Tiene el demonio en el cuerpo. Ahora no va a poder hacer nada. Le di varias puñaladas y me lastimé la mano".

De inmediato, el personal policial se dirigió hasta el cercano domicilio de la calle Cuba 802 desde cuyo interior se escuchaba a la inválida esposa de la víctima pidiendo auxilio.

éltimo acto


El cuerpo de Urbano Reyero se hallaba en el comedor, en medio de un gran charco de sangre "y con muchos cortes también en sus manos, lo que hace presumir que el anciano quiso defenderse del ataque", explicó uno de los investigadores.

Juan José Reyero, de 53 años, hijo también del matrimonio de ancianos, reveló a la policía que su hermana Pilar "estaba desde hace unos 40 años en tratamiento psiquiátrico", pero al parecer su caso no revestía peligro.

La investigación del crimen está a cargo de la Brigada de Homicidios y de personal de la comisaría 14, donde se halla detenida la enferma mental.

El juzgado de instrucción interviniente ahora deberá someter a la imputada a pericias psicológicas y psiquiátricas para corroborar su salud mental y determinar si puede ser declarada inimputable o si, por el contrario, comprende la criminalidad de sus actos.

Antecedente


El caso rosarino hace recordar al de las hermanas Gabriela y Silvina Vázquez, quienes a los 29 y 21 años respectivamente, el 29 de marzo de 2000 en una casa del barrio porteño de Villa Urquiza, asesinaron de más de 100 puñaladas a su padre, Juan Carlos Vázquez, de 50, en medio de un rito satánico.

El hombre murió desangrado a raíz de las heridas aplicadas con un cuchillo de cocina en el living de la casa que alquilaban desde hacía tres años en la calle Manuela Pedraza 5873 de Capital Federal.

La policía irrumpió a la vivienda cuando una de las dos hermanas aún continuaba apuñalando el cadáver de su padre.

En las primeras pericias psiquiátricas que les realizaron, las hijas de Vázquez argumentaron que mataron a su padre porque estaba poseído por el demonio.

La diferencia con el hecho ocurrido en Rosario es que ninguna de ellas presentaba antecedentes psiquiátricos y que ambas hermanas asistían a un centro alquímico llamado Transmutar donde se enseñaban ritos de "purificación".

Las hermanas fueron declaradas inimputables e internadas en el hospital neuropsiquiátrico Braulio Moyano porque los especialistas fueron concluyentes en su diagnóstico: "Ambas presentan índices médico legales de peligrosidad para sí y/o para terceros".

La mayor de las hermanas, Gabriela, ya recuperó su libertad tras cumplir un tratamiento, mientras que la menor, Silvina, aún hoy está recluida en el hospital Moyano. (Télam).