Titulares de Tapa: TAPA-01

El delito condiciona a taxistas y remiseros

Por lo menos un asalto por día tiene como víctima a choferes de transporte de pasajeros. Ya no hay códigos para el delito, dicen taxistas y remiseros. FOTO: . 
La inseguridad resiente el servicio y preocupa a los usuarios. Hay más móviles policiales pero los choferes demandan un control mayor. La mayoría de los asaltos son a mano armada, y muchos a cargo de menores de edad.


Un promedio apenas estimativo de un asalto por día calculan los taxistas nucleados en la Sociedad de Taximetristas Unidos. Si la cifra no resulta significativa, sí lo es la forma en que los delitos se cometen: siempre a mano armada, muchas veces por menores de edad drogados o alcoholizados, y con modalidades nuevas como es el empleo de mujeres solas o con niños pequeños a modo de señuelo.

La situación repercute sobre el servicio y resiente las posibilidades de los usuarios que, desde que oscurece, no pueden acceder a determinados destinos: el miedo condiciona la actividad de unos y otros. De todos modos, conductores de taxis y remises coinciden en que, así como ya no hay códigos para el delito, no hay horas ni lugares totalmente seguros. Las calles céntricas, antes garantía de una circulación normal, pueden ser el inicio de un recorrido que termine en asalto.

La situación se complica en los barrios del norte y el oeste, ya castigados por condiciones de transitabilidad que no son las óptimas y que de por sí constituyen un condicionante para la circulación vehicular. Hay coches que no trasponen las avenidas una vez que oscurece. Una tercera categoría de autos de alquiler, los remises no habilitados, son los que se encargan muchas veces de completar, trasbordo mediante, el recorrido de los pasajeros.

Estrategias


En los últimos meses taxistas y remiseros desarrollaron distintas estrategias para disminuir los riesgos, pero también son los propios pasajeros los que toman precauciones ante una inocultable sensación de inseguridad: "a veces viajan con la plata en la mano para no demorarse en el pago, y una señora llegó a tomar un taxi por dos cuadras porque no se animaba a hacerlas caminando", relató un trabajador del volante.

En los barrios aseguran que hay mayor presencia policial y que eso funciona como disuasivo, pero igual reclaman controles más exhaustivos.

Mientras tanto, menos coches circulan por la noche, y hay empresas que no dudan en cortar el servicio, en determinadas zonas, apenas empieza a oscurecer. (Toda la información en ÁREA METROPOLITANA)