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En el arranque del partido quedó clara la obligación de Chicago ante su público, que desafió al clima para alentar en una verdadera final, al igual que el estoico centenar de rafaelinos.
Por la derecha, con las proyecciones de González, y sus centros, y por la izquierda con Mandra, los de Mataderos buscaron a Tilger pero nunca lo encontraron. Y la buena actuación de Medrán neutralizó los tiros desde afuera y hasta alguna llegada a la boca del arco de Martínez.
Atlético esperó con una defensa bien parada, pero con Césaro sobreexigido en la marca y por un terreno pesado, que no lo favoreció y que lo obligó faltas que serían decisivas en el desarrollo del partido.
Sobre los 16 minutos, Forestello recibió de espaldas, aguantó bien y asistió con precisión a Villa, que desvió su tiro solo frente al arquero. Y a los 28, cuando González ya se había corrido para reemplazar a San Esteban en el fondo, Di Lorenzo encontró los espacios para desbordar y asistir. Villa definió otra vez mal, pero Forestello atropelló para convertir el primero y darle esperanzas a Atlético.
En la segunda etapa la historia comenzó como había terminado la primera parte, con los locales presionando por el empate. Chicago lo tuvo de afuera con un tiro de Mandra que Semino salvó sobre la línea, y a los 6 minutos Baldassi expulsó a Césaro porque interpretó que bajó desde atrás a Mandra. Si esa decisión del árbitro fue polémica, también lo fueron las de faltas anteriores del "5" de Atlético, que ya le auguraban poco tiempo en el terreno, por la amarilla en el inicio del partido.
Sin su eje central y con la ausencia de Del Bono -reemplazado por Lobos- Rafaela se quedó sin chances de retener la pelota cuando la recuperaba. Eso facilitó la tarea de Elvio Martínez y más tarde de Carranza, que manejaron la embestida sostenida y sin claridad del equipo local.
Sin embargo a los 32 minutos, Martínez recibió un rebote corto de la defensa rafaelina, tiró a rastrón como lo indica el manual de finales apretadas en terreno barroso, y encontró un desvío que descolocó a Medrán para que la pelota entre besando la base del palo derecho del arquero.
El empate avivó los ánimos de las caldeadas tribunas locales e inauguró el período más emotivo del partido. A los 34 minutos Soto se fue expulsado por cortar a Villa, que se iba al gol; a los 35, entró Gandín y tres minutos más tarde el "Chipi" recibió desde la derecha, dejó a su marcador en el suelo con una media vuelta, y cuando dos hombres de Chicago y su arquero lo apretaban, la picó por arriba de De Olivera como si el partido no fuera más que un juego de barrio.
Parecía que Atlético lo lograba, pero a los 41, Baldassi cobró en la puerta del área una de esas faltas dudosas que según el reglamento de rigor se cobran favor de los locales cuando hay mucho en juego y la tribuna reclama. Y otra vez la fortuna jugó para los de Mataderos, porque el remate de González pasó por debajo de la barrera y encontró otro desvío -esta vez la punta del botín de Tilger- para sellar la igualdad.
No hubo tiempo para más. El empate castigó a un Chicago que quiso y no pudo para achicar distancias con Chacarita, y que no alejó a Atlético del abismo que lo amenaza y exige -especulaciones mediante- sacar por lo menos 9 de los 12 puntos que le quedan por disputar.
Osvaldo Piazza se fue expulsado y cuestionó algunas decisiones de Baldassi. "Siempre estuvimos en ventaja y podríamos haberlo ganado", fue la amarga reflexión del técnico de Atlético, al terminar el encuentro de ayer en Mataderos. Piazza confesó que salió a ganar porque "a ninguno le servía el empate", y se lamentó de no haber encontrado antes el equipo para salir de la zona del descenso.
Consultado si no había tirado atrás el equipo durante la primera ventaja que tuvo, Piazza dijo que "hasta marcar el segundo estábamos metidos atrás y con un hombre menos, quizás demasiado. Pero siempre tuvimos respuestas y creamos situaciones de gol con un fútbol en el que creemos y en una cancha en la que no se podía mucho".
"Lo intentamos y no le robamos nada a nadie", se defendió el conductor de la Crema, quien en cambio señaló más adelante que Chicago "tiraba centros y no tuvo ideas".
Piazza apuntó que "es cierto que el empate no sirve a ninguno de los dos. La sensación es decir: cuánto tiempo pasó sin que uno no encuentre el fútbol o la coherencia. La estamos teniendo fuera de casa, con rivales que realmente pelean con nosotros, pero a uno le queda el reproche de no haber encontrado antes el equipo para salir de esta situación".
Respecto del empate de Chicago sobre el final, Piazza sostuvo que "siempre queda el sabor amargo de haber aguantado un poquito más, pero ya está. Nosotros veníamos para ganar y ninguno de los dos tenía vida empatando. Pero si Estudiantes le ganó a Talleres, River no pudo con Chacarita, y bueno... nosotros con Estudiantes queremos pelearla, aunque sabemos que tenemos poca vida".
Respecto de la actuación de Baldassi, Piazza fue irónico al apuntar que "menos mal que me expulsó, si hubiera estado dentro de la cancha después de lo que pasó, no sé...".
Piazza, que fue expulsado por protestar al línea antes del segundo empate de Chicago, no quiso abrir juicio sobre la falta de la que sobrevino la igualdad. Pero en cambio dijo que "lo de Césaro me parece también exagerado, por la amonestación a los 5 minutos. No digo que no se pueda amonestar, pero me pareció prematuro, y después llegamos a lo que llegamos...", concluyó.
Ignacio Hintermeister