Pantallas & Escenarios: PAN-02 Un personaje que daba para más
Por Laura Osti


Juan Duarte es uno de esos personajes de la historia, en este caso la historia argentina, que sin haber protagonizado grandes hechos ni ser figuras trascendentes, alimentan el imaginario popular por representar ciertos rasgos, si se quiere, costumbristas o característicos de una etapa.

Algunos sectores académicos de la historia proponen, últimamente, prestar atención a estos personajes secundarios, cuyas biografías (aunque no sean rigurosas), aportan información valiosa sobre los entretelones de determinados grandes hechos o de toda una época.

Uno de esos personajes, en nuestra historia, es sin dudas el hermano de Eva Perón, Juan Duarte, quien compartió, de algún modo, el poder con Perón y Evita en la década del '40. Era nada menos que el secretario privado del General. Y dicen que llevaba una vida muy inclinada a los excesos. Era soltero y muy mujeriego, favorecido por su buena presencia y muy claras dotes de seductor.

Desde el riñón del poder, en una época muy significativa de nuestro pasado, se dice que Juan Duarte manejaba la agenda del Presidente, pero además, urdía sus propios "negocios", no todos muy limpios, y se movía como pez en el agua en el mundo de la farándula. Tuvo muchos romances con actrices de cine y de teatro y llevaba una vida disipada. Y terminó mal. Luego de la muerte de Eva, cayó en desgracia y aparentemente se suicidó.

En este personaje pone el ojo la película íAy, Juancito!, de Héctor Olivera, con una buena reconstrucción de época, que cuida mucho los detalles de vestuario y la caracterización de los personajes, además de la escenografía, las locaciones y la banda sonora.

El guión fue escrito por el propio Olivera junto con José Pablo Feinmann y trata de mostrar, precisamente, a los grandes líderes del justicialismo en situaciones más bien de entrecasa, pretendiendo ofrecer una mirada humanizada e intimista, para dar carnadura a estos mitos populares.

Sin embargo, no sale muy airoso ya que, aun cuando se detiene en ese tipo de situaciones y la Historia grande queda como telón de fondo, no puede con ciertos esquemas que están muy arraigados en la conciencia colectiva y que de algún modo preescriben el texto con fuertes condicionamientos, incluso, con algún maniqueísmo.

Se salva, seguramente por méritos propios, Jorge Marrale que con economía de recursos construye un Perón absolutamente creíble y sin dudas cargó con el desafío mayor. Bien por Marrale.

Adrián Navarro, en su debut cinematográfico, explota mucho su parecido físico con Juancito, y si bien va creciendo a medida que avanza el filme, cae demasiado a menudo en la maqueta.

Laura Novoa, en el papel de Evita, logra una muy interesante caracterización. En tanto que Inés Estévez y Leticia Brédice hacen muy bien lo suyo dando vida a dos de las amantes más famosas del protagonista; aunque aquí aparecen con nombres cambiados, quizás para prevenir conflictos, ya que aparentemente el guión se ha permitido polémicas libertades en el tratamiento de estos personajes.

El elenco se completa con Norma Aleandro en el papel de Doña Juana, la madre de Juancito y Evita; Alejandra Majluf, como la actriz Niní Marshall y Alejandro Awada como Héctor Cámpora, entre otros.

íAy, Juancito!


Idem Argentina/2004. Dirección: Héctor Olivera. Intérpretes: Adrián Navarro, Inés Estévez, Leticia Brédice, Laura Novoa, Jorge Marrale, Norma Aleandro, Alejandro Awada y otros. Guión: Héctor Olivera y José Pablo Feinmann. Fotografía: Willi Behnisch. Música: Osvaldo Montes. Dirección de vestuario: Horace Lannes. Presentada por Aries Cinematográfica Argentina. Duración: 115 minutos. Calificación: sólo apta para mayores de 16 años.

Calificación: Regular.