Domingo trágico en Paraguay: 340 víctimas

Los bomberos paraguayos reanudaron hoy las tareas de rescate en el interior del derruido hipermercado de Asunción que se incendió ayer con la esperanza de encontrar algún sobreviviente. Las tareas se realizan por grupo ante el riesgo de que se produzcan derrumbes en la estructura del edificio.. FOTO: AGENCIA AFP

Se incendió un hipermercado y los sobrevivientes sostienen que el elevado número de muertos se debió a que las puertas estaban bloqueadas. Las causas que provocaron el incendio, que ocurrió ayer poco después del mediodía en el supermercado Ycuá Bolaños, aún no fueron esclarecidas. Esta mañana continuaban encontrando cadáveres entre los restos del local siniestrado.

Asunción. - Paraguay amaneció hoy, el primero de los tres días de luto nacional, conmocionado por la tragedia del incendio de un supermercado en Asunción que causó más de 340 muertos y cerca de 300 heridos.

El fuego, originado ayer en el restaurante de uno de los supermercados de la cadena Ycuá Bolaños (Pozo Bolaños), causó el mayor siniestro en la historia del país por la decisión, presuntamente de los responsables del centro, de cerrar las puertas de acceso para evitar el saqueo.

La trampa en que se convirtió el supermercado, que no disponía de salidas de emergencia, ocasionó al menos 340 muertos y otras tantas heridas (las listas -actualizadas cada 30 minutos- están publicadas por Internet), entre ellas un ciudadano argentino, en el gigantesco incendio, dijo hoy el fiscal general de Estado paraguayo, Oscar Latorre.

El funcionario dijo que "la cantidad de muertos rondaría los 330 ya que se contabilizaron 285 personas fallecidas, pero en el lugar de la tragedia todavía quedarían otros 70 cadáveres, o más".

En tanto, el embajador argentino en Paraguay, Félix Córdova Moyano, informó que el argentino herido "se trata de Luis Alberto Cardozo, empleado de la empresa siniestrada" pero que "está fuera de peligro".

SIGUEN SACANDO CADÁVERES

Los equipos de socorro seguían sacando cadáveres calcinados esta mañana del interior del local siniestrado, por lo que la cifra de fallecidos podría aumentar en las próximas horas.

El capitán de los bomberos, Hugo Onieva, declaró que la tragedia pudo haberse evitado si el local no hubiera sido bloqueado.

La fiscalía paraguaya ordenó la detención del propietario del hipermercado, Juan Pío Paiva, ante la posibilidad de que se haya incurrido en un delito de "homicidio culposo, lesión grave y otros hechos punibles".

El presidente de Paraguay, Nicanor Duarte, envió un mensaje a la nación en el que decretaba tres días de luto nacional y la suspensión de todas las actividades en las instituciones públicas, excepto de aquellas que prestan servicio a las víctimas o sus familiares.

Duarte agradeció la labor de los equipos de socorro, la solidaridad internacional, y la llamada de los gobiernos de la región y de los países que ofrecieron su ayuda para asistir a los supervivientes.

"Agradezco a los gobiernos y pueblos amigos que pusieron a nuestra disposición profesionales e insumos para la recuperación de los compatriotas sobrevivientes de este luctuoso hecho", dijo.

Igualmente indicó que el gobierno respaldará las investigaciones que se llevan a cabo para determinar las causas del incendio, y descartó que la causa del siniestro haya sido un atentado.

El fiscal Latorre adelantó la llegada de especialistas de Colombia y Brasil para determinar las causas del incendio.

"LLOVÍA FUEGO"

"Llovía fuego cuando ya estaba en la caja y terminaba de pagar", relató un sobreviviente del incendio. "Por un milagro yo salí antes de que cerraran las puertas. Después, ya nadie pudo hacerlo", relató el joven Juan Morinigo, un estudiante de 23 años, en declaraciones a la prensa.

"Yo estaba en el patio de comidas. Había mucha gente. Salí corriendo", dijo, aún visiblemente conmocionado tras el incendio.

Rosa Resquín, una mujer que también sobrevivió "por el azar de la vida", según admitió, relató entre sollozos de desesperación e impotencia que los responsables del local ordenaron cerrar las puertas para que nadie saliera.

"íCierren, cierren", escuchó gritar imperativamente a alguien a quien no pudo identificar. "Nadie sale de acá sin pagar", dice la mujer que escuchó.

La orden se produjo poco después de sobrevenir una gran explosión, a la que siguió otra, y otra, en el patio de comidas, según otros testigos, en la panadería.

Escenas dramáticas de impotencia se produjeron desde entonces con gente corriendo aterrorizada, sin rumbo.

Los techos de aluminio, mezcla de tergopol y madera se incendiaron y se apoderaron de casi todo el edificio.

El portavoz del Cuerpo de Bomberos Voluntarios, Roque González, confirmó que las puertas del edificio estaban cerradas cuando los bomberos llegaron al local.

Relató que personal de seguridad del supermercado disparó contra un bombero voluntario cuando intentó abrir la entrada principal.

"Soy Bombero", le dijo el funcionario, según González, "y le descerrajó otro tiro, pero no le alcanzó", afirmó.

El comisario Santiago Velazco, jefe de Relaciones Públicas de la Policía Nacional, dijo que "hay más de 20 testigos que afirman que los responsables del local cerraron la puerta. No permitieron que salga nadie y después desaparecieron".

"Desaparecieron los guardias privados del establecimiento. Eso es lo que dice la mayoría de los testigos", manifestó Velazco, visiblemente impactado por la magnitud del desastre.

"En mis 36 años de carrera no vi nada igual, gente muerta, como congelada, con rostros de desesperación, desesperada por salir afuera y salvarse", afirmó.

Dijo haber observado el cadáver calcinado de una señora embarazada de 7 a 8 meses y su criatura. "Se nota que la criatura nació antes de morir asfixiada", apuntó.

"Nos cerraron la puerta en la cara", dijo Patricia Benítez, una adolescente de 17 años, con quemaduras de segundo grado, hospitalizada en el estatal Instituto de Previsión Social.

"Desde afuera echaron (rompieron) la puerta de salida (de vidrio) y recién ahí pudimos escapar", afirmó.

CADENA DE SOLIDARIDAD

Mientras se analizaban las causas del siniestro que enluta a la población de este país, las cadenas de solidaridad no terminan en las radios asunceñas en búsqueda de dadores de sangre, vales de combustible, choferes o medicamentos para las víctimas.

Por las calles de la capital paraguaya se ven a familiares de desaparecidos recorriendo casas velatorias, verificando listas de internados en clínicas públicas y privadas o recurriendo a los medios para averiguar sobre la situación de amigos o parientes. (EFE-AFP-Télam/SNI)

Más información en Internet: www.ministeriodelinterior.gov.py y www.mre.gov.py.

El inicio del fuego

Todo comenzó con la explosión de una garrafa de gas en la cocina del restaurante de uno de los locales de la cadena de supermercados Ycuá Bolaños, y el fuego se propagó rápidamente al sector de las góndolas.

La mayoría de las víctimas quedaron atrapadas debido a que, según testigos y algunos de los supervivientes, el acceso fue cerrado por los guardias para evitar posibles actos de pillaje en medio del pánico y la confusión.

El presidente Nicanor Duarte afirmó hoy que los informes preliminares apuntan a esa teoría, ya que de otro modo no se explica la elevada cantidad de víctimas.

El episodio coincidió con dos fiestas populares en Paraguay, ya que ayer se celebraba el Día de la Amistad y una tradicional fiesta pagana "para alejar los males del mes de agosto".

800 ó 900 personas

Al momento de la tragedia "había unas 800 ó 900 personas" en el centro de compras de Asunción de Paraguay, informó hoy el viceministro de Seguridad de Paraguay, Humberto Núñez.

El funcionario dijo a los periodistas que entre los muertos hay "37 niños" y agregó que "de acuerdo con las primeras estimaciones el 80 por ciento de los empleados (del supermercado) falleció".

En palabras

"Es la tragedia más grande desde la Guerra del Chaco", cuando Paraguay enfrentó a Bolivia, dijo el presidente del Congreso paraguayo, Miguel Carrizosa.