El controvertido escritor y político italiano Gabriele D'Annunzio dejó preparada antes de su muerte, en 1938, una autobiografía que no llegó a ver la luz en su época y que sólo ahora, más de medio siglo después, ha sido publicada.
El volumen Il fastello della mirra ("El manojo de mirra"), un compendio de textos seleccionados por el escritor para narrar a través de ellos su vida, estuvo durante decenios acumulando polvo en los archivos de la villa del Vittoriale, en el lago de Garda, donde D'Annunzio pasó sus últimos años.
Gracias al estudioso italiano Angelo Piero Cappelo, que se percató de la importancia de la obra, la antología autobiográfica fue rescatada del olvido y publicada 78 años después de la fecha en que D'Annunzio pretendía verla editada.
Y es que fueron tantas las discusiones del carismático novelista, poeta y dramaturgo con quien era su editor florentino, Attilio Vallecchi, que la impresión de un borrador que estaba listo en 1926 nunca llegó a tener lugar.
"No puedo creer que un volumen de 500 páginas haya desanimado durante tres años a una oficina tan activa", escribía un irritado D'Annunzio en un telegrama enviado a Vallecchi a finales de 1925, en el que indicaba con ironía la posibilidad de que su obra se quedara en "un libro póstumo".
El escritor desconocía entonces lo profético de esas palabras, ya que aunque la "activa oficina" preparó un segundo borrador del libro con vistas a publicarlo en 1927, para entonces él había ya firmado un contrato con Mondadori, desligándose de la editorial de Florencia.
A partir de entonces, D'Annunzio, uno de los más fervientes partidarios del movimiento fascista de Benito Mussolini, perdió interés por el proyecto, y desde su retiro en el lago de Garda se dedicó a completar la segunda parte de su obra Le faville del maglio ("Las chispas del martillo"), publicada en 1928.
D'Annunzio falleció en su villa de Garda en marzo de 1938, a los 74 años, como uno de los intelectuales más respetados del fascismo. El propio Mussolini le había otorgado el título de Príncipe de Montenevoso y nombrado presidente de la Academia de Italia en 1937, en reconocimiento a su contribución al régimen a través de una obra que creó muchos de los elementos simbólicos del fascismo.
Il fastello della mirra quedó olvidado hasta que Cappello, con la colaboración de la presidenta de la fundación Vittoriale, Annamaria Andreoli, lo recuperó de los archivos y promovió su publicación, respetando fielmente el borrador elaborado por el dramaturgo.
La obra final, de más de 400 páginas, incluye parte de la correspondencia que mantuvieron D'Annunzio, su secretario y colaborador Eugenio Coselschi y el editor Vallecchi entre 1922 y 1927, con cartas relativas al proyecto editorial original del libro.
El volumen recorre la vida del escritor desde su infancia en la región de Abruzzo, en el norte de Italia, hasta su retiro, en quince capítulos en los que el escritor ha ordenado fragmentos de sus propias obras ligados por un desarrollo cronológico y biográfico.
El resultado es "la imagen que D'Annunzio quería dar de sí mismo", según Cappello, para el que la última obra del polémico poeta "mantiene, de algún modo, la distancia del régimen fascista".
De prosa brillante y apasionada, D'Annunzio es autor de novelas como "El placer" (1889), "El triunfo de la muerte" (1894), "El fuego" (1900) o "El martirio de San Sebastián", mientras que para el teatro escribió las obras "Gioconda" (1898), "Francesca de Rimini" (1902) y "La hija de Jorio" (1904).
Entre su producción poética destacan "Canto Nuevo" -el libro que escribió con 19 años y que logró romper con su anonimato como literato-, "Poemas de Isoteo" y "La Quimera".
Además de como escritor, D'Annunzio fue conocido por su implicación en la vida política (fue diputado en 1897), su participación en la Primera Guerra Mundial y su posterior alistamiento en el ejército transalpino, que lo convirtió en un héroe nacional de la época. (EFE).