Dar una caminata. Pensar en positivo. Practicar técnicas de relajación. Dormir el tiempo necesario. Mantener contacto con la naturaleza. Reírse todo lo posible. Respirar adecuadamente.
Unos esfuerzos tan sencillos como éstos, pueden aportarle grandes beneficios, sin recurrir a entrenamientos físicos agotadores, dietas estrictas, sesiones de psicoterapia, fármacos "milagrosos" o libros de autoayuda impracticables.
Para mejorar su calidad de vida vaya incorporando, poco a poco, las "estrategias de bienestar" que proponen los médicos, naturistas, nutricionistas, entrenadores, y psicólogos.
No se dé prisa, ni trate de aplicarlas todas al mismo tiempo: comience por probar una táctica que le resulte sencilla y, cuando se haya convertido en hábito y haya disfrutado de sus beneficios, agregue otra, y así sucesivamente. Cuantas más estrategias incorpore a su vida, más aumentarán su bienestar y vitalidad.
Ricardo Goncebat (EFE)