20 años atrás era un baldío. Pero pacientemente los vecinos de Guadalupe Oeste, con la ayuda del municipio, la convirtieron en una plaza que se bautizó como de los Niños. Es un espacio verde ubicado en Rivadavia 7.500, entre 12 de Infantería y Ayacucho, que el domingo fue escenario de un crimen brutal en horas de la noche.
El hecho colmó la paciencia de los vecinos, sobre todo de los que escucharon los tres disparos de arma de fuego que terminaron con la vida del joven Marcelo Núñez. Indignados, decidieron contar ayer cómo la plaza dejó de ser para los niños y ahora se transformó en tierra de nadie.
"La última vez que vino la Municipalidad plantó árboles y nosotros le dijimos al intendente que este espacio se había transformado en cualquier cosa menos en una plaza", explicaron.
Eso fue cuando se celebró el Día del Niño, y todavía los vecinos no vieron ninguna mejoría, por lo menos en cuanto al deficiente sistema de iluminación, que favorece la presencia "de delincuentes y drogadictos", aseguraron.
Una vecina cuya vivienda limita con la plaza sostuvo que ha visto "cosas increíbles. Ya no puedo subir a colgar la ropa en la terraza porque la parte de atrás de la ermita de la plaza es un motel. Incluso los travestis vienen a ofrecer sus servicios aquí en horas de la noche", dijo.
"Nosotros tenemos miedo por nuestros hijos, porque hay días en que a la plaza viene gente que no es del barrio y la utilizan para drogarse. Queremos que la policía se ocupe de la seguridad o que se coloque a una persona que pueda vigilar la plaza", reclamaron.
Lo llamativo para los vecinos es que muy cerca de ese espacio verde reside un funcionario policial "que ni siquiera se preocupa por la situación que se vive aquí".