Ahora, sentados en la mesa del comedor de un hotel céntrico, a poco más de dos horas para que vuelvan a subir al escenario en Santa Fe, el miércoles 22, Tito Fuentes (guitarra y voz), Paco Ayala (bajo y voz) y Randy "El gringo loco" Ebright (batería) -faltaba Micky Huidobro (bajo y voz)- los Molotov, parecen tranquilos muchachos de barrio, lejos del enérgico cuarteto que hace furor en Latinoamérica. Los tres primeros, oriundos del DF (capital de México) y el baterista nacido en Itaca y criado en New Orleans, acaban de cenar y se aprestan a descansar un rato antes del show en el estadio Tecnológica. Pese al agotamiento (hace meses que se encuentran de gira, han tocado en Rosario -el día anterior- y vienen de probar sonido y hacer una conferencia de prensa), los músicos se muestran amables y prestos al diálogo.
Como otros casos notables, los cuatro Molotov componen y cantan. Quizás allí resida parte del secreto de una banda que, a puro escándalo y controversia, pero también a raíz de una propuesta musical original y poderosa, ha sabido desgranar desde el 97, con "Dónde jugarán las niñas", un sólido camino que confirmó en "Apocalipshit" (99) y "Dance and Dense Denso" (03).
Lo que sigue es una síntesis de esa conversación.
-�Cómo se dio esto de tocar en Santa Fe nuevamente?
-Ayala: No sabemos bien, pero igual para nosotros es una prioridad un país como Argentina... Lo pasamos muy bien la vez pasada y lo que queremos es... ir a lugares donde lo pasas bien (risas).
-Fuentes: Son buenas plazas y es importante "trabajar" los lugares desde cero.
-�El uso del "spanglish" (mezcla de inglés y español) en sus canciones: se debe a una decisión de ustedes o es muy común en México?
-Ebright: De donde venimos no se habla tanto con spanglish (sic), son cosas que surgen cuando escribimos las canciones. Es como otra arma más.
-�Es difícil congeniar las cuatro personalidades al momento de componer?
-Ayala: No hay una fórmula básica. Hay canciones que se hacen por separado, otras entre dos, otras en grupo. Pero cada uno tiene la libertad de meterle algo de su cosecha. Es más bien como un taller de trabajo. A veces simplemente decimos: "hagamos lo que caiga" y bueno, por suerte han salido buenas canciones.
-�Han tenido períodos en que no "caían" canciones, o momentos de poca productividad?
-Fuentes: Sí, por ejemplo, de gira no servimos para nada (risas).
-Ayala: es que las giras desgastan.
-No hay energías ni tiempo material...
-Fuentes: Yo creo que la tensión más cabrona es la que tienes que ponerle a tu grupo. Nos llevamos bien, a veces somos trece personas viajando en diferente "sintonía", pero es parte del juego.
-Después de una gira larga, �qué les gusta hacer?
-Ebright: No hemos tenido descanso en mucho tiempo. Estamos sacando un disco, tenemos que hacer presentaciones, promociones...
-Su nuevo material es de
-Ebright: Había una sugerencia para hacer uno `Unplugged' (acústico), pero sentíamos que podíamos ser un poco más creativos y trabajar con otro concepto.
-Además, tienen una visión muy particular para hacerlos: son versiones muy propias...
-Ayala: Sí, de hecho lo primero que hemos grabado fue la versión tributo a Queen ("Rapsodia Bohemia"). Va a haber temas de Falco, Misfits, Beastie Boys y otros.
-De la Argentina, �qué músicos los han influenciado?
-Todos: Babasónicos, Soda Stereo ("fue el primer grupo en castellano que escuché", dice Ebright), Divididos, los Kuriaky.
-Fuentes: La música argentina nos ha dejado una influencia fuerte para activar la pila (sic) de la música en México. Y ahora casualmente, venimos a tocar de México a Argentina, cuando en los últimos 15 años fue al revés la historia.
-�De dónde proviene su permanente alusión a lo político, con críticas a Bush y a la política mexicana?
-Ayala: Si tienes la posibilidad de ser escuchado por mucha gente, es importante que tengas cierta coherencia o inteligencia. Hay chingo de artistas del pop (sic), que venden muchísimos discos diciendo pendejadas. Si tienes tu ideología, en las canciones puedes hacer catarsis y decir lo que necesitas. Igual, tenemos nuestra parte seria y nuestra parte desmadrosa.
Estanislao Giménez [email protected]