Las hermanas sean unidas
Desde la descendencia compartida hasta el amor por Gardel, y desde la cooperación científica hasta el encuentro de los parientes, los hermanamientos entre ciudades del mundo son la base de un vínculo que no conoce fronteras.

En enero de 2003 y como cada año para esa época, Avellaneda -en el norte santafesino- se vistió de fiesta. Pero esta vez, la celebración no sería solamente por el cumpleaños de la comarca ni por el camino recorrido en esos 124 eneros, había casamiento en la ciudad y la boda era especial.

Julieta Rodríguez, desde que el padre Agustín Poier lo declarara en nombre de la Iglesia, iba a pasar a ser la esposa de Michele Dapit, un joven italiano que conoció a la avellanedense en un intercambio cultural y decidió quedarse con ella para siempre. Tal vez, como le sucedió a sus antepasados del Friuli cuando vieron por primera vez el verde de una Avellaneda que -aún sin nombre-, esperaba recostada sobre el Paraná a los colonos que harían fértil su tierra.

Algún romántico dirá que fue el destino quien cruzó las vidas de la chica avellanedense y el joven italiano, y puede ser. Pero, el acuerdo firmado entre los alcaldes de Avellaneda y el de Gemona en 2000, para que las ciudades natales de ambos fueran hermanadas y en mutua cooperación, usó la birome de Cupido.

Los hermanamientos entre ciudades son convenios que se realizan en todo el mundo. Al parecer, todo comenzó en 1956, cuando el entonces presidente de los Estados Unidos de América, Dwight Eisenhower, con el propósito de evitar las guerras, pensó que lo mejor era que la gente se conociera. Al abrigo de esta esperanza, impulsó el proyecto Ciudades Hermanas. Hoy, la ONG Sister Cities International se ocupa de unir lazos entre ciudades norteamericanas con pares extranjeras de todo el mundo. Actualmente cuenta con 3.500 comunidades inscriptas en un total de 137 países.

Con el tiempo, esta forma de vincular pueblos, gente, historias, presentes y futuros, se dispersó por otros lugares del mundo, aunque no hay registros únicos de estos hermanamientos.

Pero, �por qué se hermanan las ciudades? En Santa Fe, sin ir más lejos, hay decenas de ciudades y localidades hermanadas. Tal es el caso de Sunchales con la italiana Rivarolo Canavese o nuestra Humboldt con Birmerstorf, del Cantón de Argaus suizo; San Guillermo con Cumiana o Vila con Scalenghe, ambas italianas.

Rafaela tiene por lo menos dos ciudades hermanas. Una es Fossano, de Italia, y la otra es la tierra que vio nacer a su fundador, Guillermo Lehmann: Sinmaringendorf. El hermanamiento de nuestra Perla del Oeste con esta comuna alemana se produjo el 24 de octubre de 1981, fecha en que se celebró el centenario rafaelino.

A la vanguardia

La historia común es una de las grandes razones que hermanan a las ciudades. Las raíces comunes de los pueblos invitan a celebrar este tipo de vinculaciones que en la mayoría de los casos traspasa la cuestión romántica de los recuerdos y el álbum de la abuela inmigrante, para llegar a establecer acuerdos de intercambio comercial, estudiantil y hasta de tecnología.

El hermanamiento de Fossano y Rafaela data del 24 de octubre de 1996 y está estrechamente vinculado con las raíces piamontesas de muchos habitantes del oeste santafesino. Obtuvo como primer resultado un convenio de intercambio de estudiantes secundarios (fossanenses y rafaelinos), que entre uno y dos meses realizan pasantías en distintas escuelas de Fossano. La vinculación se mantiene a través de una comisión formada a tal efecto por la Sociedad Italiana, la Escuela Dante Alighieri, la Asociación Piamontesa, la Sociedad Rural, el Centro Comercial e Industrial, la Municipalidad de Rafaela y dos entidades educativas.

La ciudad que acunó a Lehmann también mece los sueños de rafaelinos y alemanes. Desde 1993 a noviembre de 2002, el hermanamiento Rafaela-Sinmaringendorf abrió las fronteras a 49 estudiantes alemanes que realizaron prácticas en empresas rafaelinas y 26 estudiantes rafaelinos que trabajaron en Alemania. La Municipalidad de Rafaela actúa como ente coordinador del programa, manteniendo la relación formal del mismo con las entidades educativas alemanas, y siendo el nexo entre los demás integrantes del mismo en ciudad: la Universidad Tecnológica Nacional, el Instituto Superior del Profesorado N° 2 Joaquín V. González, el Centro Comercial e Industrial de Rafaela y el Instituto Argentino Germano.

El aprendizaje y el intercambio de experiencias es continuo. Ya se realizaron trabajos de implementación de programas de calidad ISO 9000-HCCP, apertura de mercados para empresas rafaelinas, una tesis de un estudiante alemán sobre "Macrologística del Área Rafaela", trabajo importante en términos de planificación estratégica para la ciudad, visitas a empresas de nuestro medio por parte de estudiantes rafaelinos con la finalidad de comentar cuál es la metodología de trabajo en Alemania o la incorporación en forma definitiva de pasantes en empresas alemanas y rafaelinas, como técnicos de áreas específicas.

El conocimiento, el intercambio de información y de cerebros, también propició el vínculo entre Esperanza y Bastía, otra ciudad italiana, que contó con el visto bueno y el apoyo de la Universidad Nacional del Litoral.

Los Carlos

Alicia Falkowski Morchio, de la Subsecretaría de Relaciones Institucionales de la Cancillería de la Nación, inició hace unos meses un trabajo de hormiga para confeccionar un registro de los hermanamientos. Aunque reconoce que es una tarea lenta y que requiere de la cooperación de los municipios, un dato con el que ya cuenta es que entre Italia y Argentina hay, por lo menos, 63 hermanamientos.

Uno de los más significativos es el "Gemellagio" que unió en hermandad a las ciudades de San Carlos Centro, de Santa Fe (Argentina) y San Carlo Canavese, de Torino (Italia). En una visita a esta hermosa ciudad del departamento Las Colonias, el recorrido lo llevará indefectiblemente a la Plazoleta de la Hermandad, emplazada en la intersección de Belgrano y San Lorenzo, inaugurada el día de la firma del acuerdo de este lado del océano, el 8 de noviembre de 1997. En Italia, el vínculo quedó formalmente constituido en agosto de 1998, cuando una delegación sancarlina encabezada por el intendente Jorge Placenzotti viajó para firmar el acuerdo.

Desde entonces, las ciudades homónimas estuvieron comprometidas con la difusión de ambas culturas, pero también producto de este hermanamiento, según nos comentó la oficina de prensa municipal, Canavese hizo importantes contribuciones de bien público a la ciudad, como fue, en 2002, una donación para el Centro de Encuentro y Trabajo para Personas con Capacidades Diferentes con el fin de que se destine a la continuación de las obras de construcción del edificio propio de esa institución. Los U$S 13.240 fueron el resultado de una colecta realizada en el pueblo italiano para este destino específico.

En febrero de este año, en solidaridad con una joven sancarlina de diecisiete años de edad, que sufre -desde los ocho años- de aplasia medular, el gobierno de San Carlo Canavese le suministró una bomba de infusión para extraer el exceso de hierro.

De la mano

Reconquista y Albacete, de España, firmaron su hermanamiento el 12 de setiembre de 1997 en la Península Ibérica y el 2 de abril de 1998 en el norte santafesino.

El diálogo se inició porque algunos ex reconquistenses que residen en Albacete integraban las filas del Rotary, y a través de la institución se fue dando el contacto. Se integraron los clubes y generaron los primeros lazos; a partir de ahí comenzaron los acuerdos.

Hace poco tiempo, fue entregado al hospital de Reconquista material enviado por el Ayuntamiento de la ciudad de Albacete. En un breve acto que tuvo lugar en la sede rotaria, los integrantes del nosocomioo recibieron un cargamento completo venido directamente desde España para el hospital Central.

En aquella oportunidad, Raúl Castets, integrante del Rotary, mencionó: "No queremos pecar, pero vamos por más y, en este sentido, ya tenemos la palabra empeñada en conseguir un microscopio para el Hospital. A las notas formales las presentó el Dr. Mogni, quien está en España, y lo único que requerirían es que aquella persona que maneje este instrumental haga un curso en este país para poder manejarlo".

Cooperación, topónimos, raíces o educación. Los motivos pueden ser múltiples, pueden ser todos o sólo la promoción de la paz entre los pueblos, que no es poca cosa. Y es cierto que no andan bien las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba, pero sin embargo desde que Las Vegas y Banes se hermanaron, diecinueve ciudades de uno y otro país siguieron el ejemplo, mientras otras trece de cada lado andan preguntando cómo es la historia.

Sin celos

Las dos ciudades más importantes de la provincia también tienen hermanas y son varias. Rosario tiene diecisiete en total y está en tratativas con Berna, la capital suiza.

Santa Fe no se queda atrás. Según fuentes de Ceremonial del municipio, esta ciudad firmó acuerdos de hermanamientos con Ipacaraí, de Paraguay, en 1978; Tetuán, de Marruecos, en 1987; con Afula, de Israel, en 1994; con Encontrado, de Brasil, en 1996; con Montevideo, Uruguay, en 1996; y con Cuneo, de Italia, en 1998.

Según la ex secretaria de Cultura municipal, también existe un hermanamiento promovido por la Alianza Francesa con la ciudad gala de Rouen y dos trámites pendientes con otra comuna italiana y con Santa Fe de Granada, aunque ésta ya se hermanó con Rosario.

A nivel provincial, recientemente el ministro coordinador santafesino Julio Barberis, dijo que "quedó tendida una cantidad importante de acciones posibles" de intercambio, entre las que mencionó un "hermanamiento" entre Santa Fe y la provincia china de Jiangsu.

Araceli B. Retamoso