De médicos y medicina (segunda parte)
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El siglo XX produjo, entre otros cambios, una revolución en el área de la salud y la previsión social, que estuvo marcada por los principios consagrados en la Constitución de Weimart (Alemania), los cuales pronto fueron considerados en Santa Fe -al instalarlos en la Constitución de 1921- si bien no tuvieron vigencia hasta 1933.
En forma paralela a la generación de leyes que consolidaron el estado de bienestar en la amplia clase media, la ciencia producía notables progresos que redundaban en un creciente aumento de la media de vida y la disminución de índices de mortalidad, tales como el infantil, el de parturientas, etc.
Las universidades de Córdoba y del Litoral, más tarde Universidad Nacional de Rosario, producían en sus Facultades de Medicina un número en permanente aumento de médicos, en un franco proceso de especialización, lo cual llevó a la desaparición del médico generalista o el médico de familia. De estos egresados, un porcentaje importante se radicaba en Santa Fe. Desde el año 2000 se inicia una experiencia conjunta entre la Universidad Nacional del Litoral y la de Rosario para, que los alumnos de medicina de esta ciudad y la región concluyan sus estudios prácticos en una unidad del Hospital Cullen. En el 2002 ello fue perfeccionado y por un convenio al cual adhirió, además de las universidades, el Ministerio de Salud de la provincia, existe la posibilidad de estudiar medicina en Santa Fe.
Este fenómeno estuvo acompañado por la instalación en la ciudad de centros privados para la internación, tales como los Sanatorios Santa Fe, Rivadavia, Mayo, San Miguel, Garay, Finocchietto, San Jerónimo y el Instituto del Diagnóstico. Mientras tanto crecían y se hacían más complejos los servicios mutuales como los del Hospital Ferroviario, el Hospital Italiano y el Sanatorio Rawson.
La acción del Estado, especialmente a partir de los años 30, generó mejoras en el viejo Hospital de Caridad que recibió el nombre de José María Cullen; instaló el Iturraspe aprovechando áreas del antiguo Hospital Municipal, el Hospital de Niños y el Psiquiátrico Mira y López.
En los últimos años se descentralizaron ciertos servicios con el objeto de satisfacer las necesidades en áreas más próximas a los barrios, de una ciudad que se expandía hacia el norte y el este, y es así como aparecen los Policlínicos del Barrio Centenario y de la vecinal Salvador del Carril y los Centros Asistenciales: Guadalupe y Oratorio San Lorenzo y los Comunitarios: Altos del Valle, Cabaña Leiva, Cristo Obrero, Club Quilmes, Padre Cobos, San Martín, Barranquitas Oeste, Capilla San José y Mendoza Oeste.
En lo que respecta a los profesionales de la medicina y su proceso de asociación, en el primer lustro aparecen las Sociedades y Colegios por especialidades.
La atención en consultorios, que inicialmente están instalados junto a la casa de familia, comienza a desplazarse a ámbitos profesionales, apareciendo clínicas por especialidad, centros, institutos y otras denominaciones similares.
A partir de los años '30 los progresos en materia de salud en Santa Fe tuvieron dos motores que en muchas circunstancias funcionaban juntos: el permanente aumento de profesionales y la fuerte presencia de las instituciones rectoras en materia ética y científica ya mencionadas. En otro orden, se da la aparición de las obras sociales sindicales o mutuales y la asociación a las empresas sanatoriales, garantizando un sistema equilibrado de servicios médicos y asistenciales con importante alcance a buen número de habitantes.
Esta situación se proyectó con relativo éxito hasta los años 80, pero luego comenzó su deterioro, a medida que la relación se volvió más competitiva por el mayor número de profesionales y de oferta sanatorial ello vinculado con la paulatina disminución de recursos de las obras sociales, tanto por el incremento de afiliados como por la caída de los aportes de las afiliaciones originada en la pérdida de valor de los salarios. Sumado a ello, una diversificación en el destino de los fondos como consecuencia de una mayor oferta de servicios de otro orden, por ejemplo el turismo social. A esta situación se le agrega el desarrollo tecnológico que mejora el diagnóstico pero genera costos mayores de los servicios, si bien significaba una atención médica de mayor calidad.
Debe citarse que a lo largo del siglo XX se crearon numerosas instituciones destinadas a apoyar desde la comunidad la acción en materia de salud, tal como venía haciéndolo la Sociedad de Damas de Beneficencia desde el siglo anterior. Padel, Alpi, Cordic son algunas de ellas.
Los 90 implicaron la caída del sistema, evidenciada en el cierre por quiebra de varias de las empresas sanatoriales y la salida de aquel gran número de afiliados quienes, al salir del mercado de trabajo, perdieron también su afiliación a la obra social, incrementando la población que deben atender los hospitales.
También los 90 instalan una modalidad distinta de acceso a los servicios médicos, las llamadas prepagas que cubren un sector de la población de recursos medios a altos.
En 1932 se creó la Dirección General de Higiene que procuró centralizar la tarea sanitaria en un director designado por el P.E. Le competía, además, la ética profesional y las sanciones en caso de infracción y la matriculación profesional. Siete años después, la Dirección se transformó en Departamento de Salud Pública, que bajo la dirección del Dr. Abelardo Irigoyen Freyre, entre otras importantes tareas, elaboró un plan general de construcciones hospitalarias por un monto de $ 6.300.000.
Por ley del 5 de julio de 1941, el organismo sanitario se transformó en Ministerio de Salud Pública y Trabajo. Años más tarde, tomaría la denominación de Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social.
El Dr. Abelardo Irigoyen Freyre, un santafesino descendiente del Protomédico Manuel Rodríguez y Sarmiento, fue el primer ministro de Salud Pública de la provincia y del país, ya que es Santa Fe donde, por primera vez en la Argentina, se elevó al rango ministerial el cuidado de la salud pública.
El 12 de mayo de 1922 se llevó a cabo en el local de la Asistencia Pública, hoy sede del Ministerio de Salud, la asamblea constitutiva de la Sociedad Médica. Participaron los Dres. Alfredo Balma, Luis Barletta, Francisco Beltramino, Nicolás Bello, Bernardo de Diego, Abel Furno, Angel Garcilazo, Ricardo Garolini, Julio Gollán, Alfredo Magdalena, E. Martínez Zuviría, Vicente Molinari, Federico Montyn, Luis Niklison, Pío Pandolfo, Carlos Pensotti, Juan Rebecchi, J. Regis Mallorquín, Luis Reggiardo, Amadeo Repetto, Pedro Saurit, Emilio Sormenkabb, Miguel Trucco, Angel Cámpora, Julio Hiver, Domingo Pujato, Juan Rulemán.
Sus fines eran: primero, ético profesional; segundo, defensa de los intereses profesionales, y, tercero, fomento científico.
A partir de ello se elaboraron y aprobaron estatutos y se eligió la primera comisión directiva, cuyo presidente fue el Dr. Pedro Saurit.
Algunas vicisitudes complicaron su continuidad por renuncias de miembros de la comisión directiva, lo que llevó a que el Dr. Beltramino asumiera la presidencia. En ese período, la institución se suscribió a numerosas publicaciones científicas y se llevaron a cabo importantes conferencias, como la del Dr. Antonio Martínez sobre Parálisis General y Malarioterapia, y la del Dr. Francisco Menchaca sobre vacunación antituberculosa, entre otros.
En enero del año 1931 se elevó el trámite de solicitud de personería jurídica al Ministerio de Gobierno, que la otorgó el 12 de marzo del mismo año.
Desde 1932 contó con una publicación científica trimestral llamada Revista de la Sociedad Médica de Santa Fe, que llegó a editarse por más de una década.
La ley 3.950/50 dispuso la creación de Colegios Profesionales del Arte de Curar, uno por cada profesión, con el fin de llevar el registro de la matrícula profesional, otorgar títulos de especialistas, combatir el curanderismo y toda práctica ilegal del arte de curar, realizar el control ético del ejercicio de cada uno de los médicos, etc.
El Colegio de Médicos de la 1a. Circunscripción fue creado en Santa Fe en mayo de 1952, con el objeto de defender la dignidad del médico y de su capacitación profesional, para que la salud de los ciudadanos estuviera respaldada.
Desde hace más de una década, inaugurado el 3 de diciembre de 1991, cuenta con un interesante Museo del Médico que, organizado por el Dr. Jorge Ma. Taverna Irigoyen, reúne instrumental donado por varios médicos locales.
La fundación de la institución tuvo una asamblea inaugural realizada en el domicilio particular del Dr. Antonio Georgetti, en el año 1850.
Se constituyó así la primera comisión directiva, presidida por el Dr. José Berli, y con el Dr. Guillermo Kestens como vicepresidente, y los Dres. Eduardo Ramírez, Dr. Lionel Chiavarini y Dr. Luis Mastandrea como tesorero, secretario y vocal, respectivamente. Los estatutos fueron aprobados el 26 de diciembre de 1951. Fue éste el primer Colegio de Odontólogos de la Argentina.
El acta constitutiva de la Sociedad de Farmacéuticos es del 7 de agosto de 1917 y está firmada por: K. Schoening, J.V. Parpal, L. Rapacioli, M. Irigoyen, D. Videla, L.N. Colli, C.A. Montyn, L. Leguizamón, J.R. Beleno, J.M. Soler, P.J. Benet, L. Naibo, C. Blanchard y J. Más.
A comienzos de la década del '40, se decía que el Ospedale Italiano di Santa Fe e Colonie, fundado por la colonia italiana como institución mutualista en 1889 e inaugurado el 18 de diciembre de 1892, tendía a convertirse en centro de estudio e investigación científica, como es el caso del Centro de Alergia que se había creado por entonces.
Con más de 37.000 socios que abonaban una modesta cuota mensual, y por entonces, bajo la dirección del Dr. Vicente Molinari y la secretaría del Dr. Bernardo A. Ramírez, ofrecía servicios tales como: clínica quirúrgica, clínica médica, ginecología, otorrinolaringología, oftalmología, dermatología, urología, etc.
Contaba con la Comisión de Damas del Patronato del Hospital Italiano que se dedicaba a hacer conocer los servicios y allegar fondos para subvenir las necesidades del nosocomio.
Actualmente cuenta con servicios de alta tecnología y ha sido incorporado al sistema de salud gestionado por la provincia.
El Centro Nacional de Lucha Antituberculosa, ubicado en Recreo, Santa Fe, que desde 1992 se denomina Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Dr. Emilio Coni, fue creado durante la gestión gubernamental del Dr. Carlos Sylvestre Begnis y el Ministerio del Dr. José Lobianco por decisión de una reunión de los principales tisiólogos del país, lo que fue ratificado por el Consejo Confederal de Control de la Tuberculosis, reunido en La Rioja en 1960.
Sus directores fueron los Dres. Justo López Bonilla, Victorio Chiesa, Eduardo Balestrini, Alberto Marchese y Elsa Zerbini.
Desde 1991 se ocupa de gerenciar el Programa Nacional de Tuberculosis, pero sus actividades incluyen también el estudio de las infecciones respiratorias agudas, enfermedades diarreicas y las prevenibles por vacunación. Además de estudios especiales sobre micosis broncopulmonares, hepatitis, Chagas, etcétera.
El 13 de marzo de 1940, un grupo de enfermeros y enfermeras de hospitales y sanatorios de Santa Fe dejaron constituida la asociación profesional que tenía como propósito la solidaridad y defensa gremial, mejorar técnica y culturalmente a los asociados por medio de cursos, la creación de una biblioteca especializada y de la escuela de enfermería. Este último proyecto se cristalizó el 16 de mayo de aquel mismo año, instalándose la escuela en la sede de la Universidad Obrera de Santa Fe, bajo la dirección de los Dres. Abraham Dolinsky y Luis Reggiardo, y con una matrícula inicial de 55 alumnos.
La asociación funcionaba en épocas de su fundación en Obispo Gelabert 3334 de nuestra ciudad.
Fundado el 17 de octubre de 1936 en el Club del Orden, a instancias de la presidenta de la institución nacional, Da. Hersilia Casares de Blaquier, se eligió la primera comisión directiva encargada de encarar la redacción de los estatutos. Por entonces se designó, como presidenta: Emma Ureta de Guastavino; secretarias: Blanca Candioti de Cotta y Matilde Trucco de Gollán, y tesorera: Hurí Iturraspe de Sarsotti. La nómina de asistentes a esa reunión constitutiva se completó con otras 90 damas.
La personería jurídica fue obtenida como Patronato de Leprosos, filial Santa Fe, el 27 de julio de 1937.
Posteriormente, en 1945 nuevamente se reunieron en el Club del Orden las Sras. Esmeralda Rodríguez Galisteo de Pujato, Blanca Cabral de la Viña de Mulhmann y Flora Crouzeilles de Betemps, entre otras, con el fin de reformar aquellos estatutos, que fueron sucesivamente modificados en 1958 y en 1965.
La entidad, que llegó a contar con unos 500 asociados, tenía como propósito colaborar en la lucha contra la lepra y auxiliar en lo posible a los que padecían la enfermedad con medicamentos, ropa y alimentos y en algunos casos, otorgándoles un subsidio mensual para el pago del alquiler de un lugar donde habitar durante el tratamiento del mal de Hansen.
Gracias al aporte de los santafesinos pudieron adquirir un terreno de 22 hectáreas en Recreo, y con ayuda de los gobiernos nacional y provincial levantaron el Hospital de Tránsito y dispensario, hoy Hospital Protomédico Manuel Rodríguez.
Ubicado en Bv. Pellegrini entre San Jerónimo y San Martín, el primer sanatorio privado inauguró su nuevo local en 1935, dotado con los adelantos que, en materia de establecimientos médicos quirúrgicos, se exigía por entonces.
Con forma de T, las dependencias administrativas se desarrollaron en el sentido horizontal, mientras en el vertical se instalaron los pabellones interiores; desde la calle podían ingresar las ambulancias y luego ascensores de grandes dimensiones conducían a los enfermos a una de las tres plantas del edificio donde se encontraban salas de operaciones, rayos x, diatermia, etc. La primera contaba con instalaciones de luz artificial científicamente distribuida y graduable de acuerdo con las necesidades. Asimismo, por primera vez en Santa Fe, se utilizó un sistema de luces de cuádruple encendido sobre la cama del enfermo, en la puerta de la habitación, en la guardia y en la administración, lo que permitía controlar el tiempo que permanecía encendida.
Unos años antes, jóvenes y ya prestigiosos médicos santafesinos tales como A. J. Balma, L. M. Nicklison, B. De Diego, J. Mas Lasaletta, A. T. Tiscornia y A. Rebecchi habían establecido el sanatorio en calle San Luis entre Crespo y Suipacha.
Posteriores traslados lo llevaron a su actual emplazamiento de Belgrano al 3000.
La construcción de la Casa de Aislamiento comenzó el 20 de junio de 1896 a "extramuros de la ciudad", en bulevar Pellegrini, entre las avenidas Córdoba (hoy Freyre) y Paraguay. Varias comisiones que se sucedieron una a otra llenaron fielmente su cometido y a sus gestiones se deben varios ensanches.
La edificación fue costeada con fondos de la Lotería de Beneficencia Nacional y aportes comunales y fue recibida por la Intendencia del Dr. Rozas el 8 de enero de 1911. El 26 de diciembre de 1912, por ordenanza municipal, se cambió la designación por la de Hospital J. B. Iturraspe, en razón de la donación de terreno efectuada por herederos de tal santafesino.
Este hospital pasó más tarde a la esfera provincial para su gestión.
El intendente municipal de Santa Fe de la Vera Cruz Francisco Bobbio, preocupado por los problemas sanitarios y de hospitalización en el Municipio, solicitó al por entonces director de la Administración Sanitaria y Asistencia Pública, Dr. A. Irigoyen Freyre, que continuara estudiando el proyecto del Hospital de Niños en cuanto a ubicación y financiación de la obra, que se calculaba tendría un costo de $1.000.000,00. El gobierno nacional, por el presupuesto para 1938, aportó $400.000,00 para el inicio de las obras.
Sin embargo, se llegó a 1947 sin haberse resuelto el problema; en ese año fue expropiado el edificio del por entonces Sanitario Meana, propiedad de los Dres. Teófilo Meana y Pascual Zamora.
Esta estructura edilicia contaba con diversos aspectos constructivos de avanzada. Su proyecto había merecido un premio en el Congreso Internacional de Arquitectura, realizado en Lima en 1944.
El edificio -actualmente Monumento Histórico Provincial- fue inaugurado el 7 de diciembre de 1947 por el gobernador Waldino Suárez y recibió el nombre de María Eva Duarte de Perón. La homenajeada participó de los actos llevados a cabo en la oportunidad.
Después del derrocamiento de Juan Domingo Perón se le cambió el nombre por el de Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez. El primer director fue Francisco Menchaca y los jefes de Servicios los Dres. Federico Milia, Juan Carlos Gagneten, Carlos Vera Candioti y Camilo Corti.
El hospital se trasladó: desde 1991 funciona la Fundación del Hospital de Niños siendo su primer presidente el Dr. Orlando Alassia, cuyo nombre se le asignó al nuevo hospital inaugurado en 1999 en un nuevo edificio construido con fondos del Banco Mundial según diseño del Arq. Mansur y colaboradores, con notables incorporaciones arquitectónicas y tecnológicas, las que están superando los avatares de la inundación de 2003.
La puesta en marcha la coordinó el director médico Dr. Santiago Luis Paviotti. Abarcó 12.000 metros cubiertos.
Al promediar el siglo XX se produjeron en el mundo grandes epidemias de poliomielitis que afectaron a numerosos niños.
En Santa Fe, los años 1946 y 1956 fueron especialmente muy críticos. El combate inicial, revestido de ingenuidad, lo daban los padres poniendo a sus niños bolsitas con pastillas de alcanfor, esperanzados de que así los protegerían de la pandemia.
En enero de 1946 fue creada en Santa Fe la filial local de la Asociación para la Lucha contra la Parálisis Infantil, al impulso del Dr. Carlos Vera Candioti. Su objetivo principal era la rehabilitación del lisiado poliomielítico y luego se haría cargo de las campañas de vacunación con Salk al principio y con la Sabin más tarde, con exitosos resultados.
Hoy continúa apoyando al Instituto de Rehabilitación Vera Candioti, instalado en calle Monseñor Vicente Zazpe 3738, prestando importantes servicios a inválidos de gran parte del país e incluso de Hispanoamérica, con el diseño del aparato ortopédico adecuado a la necesidad del paciente.
Organizado por la Asociación del Magisterio Católico, en octubre de 1935 se inició el curso libre de Primeros Auxilios a iniciativa del Dr. Raúl Pujato y el apoyo de los Dres. Gaggiamo, Bonet Da Forno y Acosta que luego, en 1937, se sistematizó como Escuela de Enfermería.
Con la dirección de Da. Blanca Cabral de la Viña de Mühlmann, el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública de la Nación la autorizó para que funcionara de acuerdo con el plan de estudios de la Cruz Roja Argentina y en el Colegio Nacional.