Harry, hijo del príncipe Carlos de Inglaterra y de la fallecida lady Di, arribó hoy a la Argentina donde prevé visitar algunas estancias en la provincia de Buenos Aires.
El nieto de la reina Isabel II llegó a bordo de un vuelo de la empresa Brithish Airways que aterrizó en el Aeropuerto de Ezeiza a las 9.38.
El príncipe permaneció en una sala VIP de la aeroestación y después de que el personal de la Fuerza Aérea le realizó los trámites para ingresar al país, abandonó el aeropuerto a bordo de un vehículo que lo estaba esperando en la pista.
Lamentablemente, durante su estancia en nuestro país el joven príncipe no podrá cumplir con su deseo de perfeccionarse en la práctica del polo a causa de una lesión de rodilla, según indicó ayer un portavoz de Clarence House, su residencia oficial.
"Su reciente entrenamiento de rugby ha agravado la lesión (contraída hace varios meses). Está bien, pero los médicos le han recomendado que no monte a caballo", afirmó el portavoz de Clarence House.
El portavoz real no quiso desvelar en que estancia argentina descansará el joven príncipe, de 20 años, aunque los medios especulan con que podría ser la de la familia Tomlinson, cuyo hijo, Luke, amigo personal de la familia real, tomó recientemente parte en una sonada protesta en los Comunes a favor de la caza del zorro.
Otro rumor recogido por los diarios sensacionalistas británicos es que el hijo menor de Carlos de Inglaterra quiere refugiarse en Argentina para olvidar su reciente pelea con un paparazzi, al que le partió un labio de madrugada, nada más salir de una discoteca londinense.
Clarence House señaló simplemente que el príncipe Enrique ayudará en esa finca en labores como cepillar los animales y mantener los establos.
El díscolo príncipe comenzará el 9 de enero próximo su carrera militar en Sandhurst, la academia castrense más prestigiosa del Reino Unido, donde le espera una vida más disciplinada de la que parece estar acostumbrado.