China invertiría U$S 20 mil millones
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China está dispuesta a invertir casi 20 mil millones de dólares en el país, en los próximos diez años. Las inversiones estarán destinadas a viviendas e infraestructura, servicios ferroviarios de pasajeros, hidrocarburos, comunicaciones y tecnología satelital.
El monto comprometido es igual al que semanas atrás dejó trascender el gobierno, aunque en ese momento se anunció como una inversión definitiva y que llevó al presidente Néstor Kirchner a atribuir la versión a una "novela de los medios", luego del malestar que hizo trascender el gobierno chino.
La voluntad de invertir exactamente 19.710 millones de dólares fue el resultado sobresaliente del primero de los dos días de la visita oficial que realiza al país el presidente de China, Hu Jintao, y que finaliza hoy en Bariloche.
Pero por otro lado quedó sin definición la intención de Argentina de lograr la exportación de alimentos, como carne vacuna y pollo, que quedaron postergados para su discusión en el "grupo de trabajo" que se decidió crear ayer.
Como incógnita a develar en las próximas horas, quedó pendiente si Argentina reconocerá a China como economía de mercado, tal como solicitó el mandatario chino en la reunión que mantuvo anoche a solas con Kirchner. Ni el presidente en su discurso en el Salón Blanco de la Casa Rosada, ni el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, hicieron referencia alguna a la cuestión.
De Vido fue precisamente quien encabezó la firma de cartas de intención (no de decisiones de inversión) con tres empresas chinas por aquel monto. Esos compromisos de inversión prevén:
- 6.000 millones de dólares para la construcción de 300 mil viviendas populares y la realización de obras de infraestructura en los próximos cinco años.
- 8.000 millones de dólares para los servicios ferroviarios urbanos e interurbanos de pasajeros durante la próxima década. Las obras incluidas son la electrificación de tres líneas de Capital y Gran Buenos Aires, la extensión de otra línea hasta el aeropuerto de Ezeiza, el restablecimiento del servicio Buenos Aires-Rosario-Córdoba y la compra de material rodante.
- 5.000 millones de dólares en los próximos cinco años para proyectos conjuntos con la estatal Enarsa para todos los trabajos relacionados con áreas off shore e inversiones gasíferas conjuntas en terceros países.
- 450 millones de dólares para nuevos emprendimientos en comunicaciones durante los próximos cinco años.
- 260 millones de dólares en tecnología satelital para el próximo quinquenio.
Los acuerdos fueron suscritos por De Vido con los máximos representantes de las tres empresas involucradas: China Beiya Excom International Limited (comunicaciones), Sonangol (hidrocarburos) y China Construction (vivienda e infraestructura). Con sede en China la primera, en Angola la segunda y en Portugal la tercera, son empresas creadas hace tres años por China para proyectos de inversión en países que pueden proveer de materias primas al gigante asiático.
El hecho de que sean "cartas de intención" hace que a partir de ahora se abra un período de negociaciones sobre los detalles de cada proyecto para poder concretar la inversión de casi 20 mil millones de dólares.
El propio ministro de Planificación Federal así lo admitió durante la firma de las cartas de intención. Se trata ahora de "impulsar la gestión" de las inversiones que China está dispuesta a hacer. "El objetivo de toda la comunidad y la sociedad argentina debe ser que el gobierno tenga éxito", agregó.
Antes de la firma de las cartas de intención, los presidentes firmaron un acuerdo marco para cooperación técnica bilateral en el espacio ultraterrestre y cuatro memorandos. Entre éstos el más importante es el de facilitación del turismo, por el cual China reconoce como destino a Argentina; los restantes tienen que ver con cooperación en el sector ferroviario, entendimiento a nivel educativo y creación del grupo de trabajo para "el estudio de la complementación económica y comercial bilateral".
A la hora de los discursos, Kirchner y Hu dejaron sentado el compromiso de profundizar la relación bilateral y el trabajo conjunto en temas internacionales y respaldaron los reclamos de soberanía argentina sobre Malvinas y de China sobre Taiwán, aunque sin mencionarlos.
Kirchner reclamó, además, cooperación para reglamentar las barreras sanitarias en el comercio bilateral, "a veces mayores que las arancelarias". Es que China recurre frecuentemente a ese tipo de barreras no arancelarias para obstaculizar el comercio.
La coalición Izquierda Unida realizó un acto contra la visita a la Argentina del presidente chino, por ser el "representante de quienes asesinaron al pueblo en la plaza de Tiananmen".
El acto tuvo lugar a las 19 en Santa Fe y Esmeralda, de Capital Federal y durante su transcurso la diputada porteña Vilma Ripoll sostuvo que el presidente chino representa "a un gobierno dictatorial que asesinó a su pueblo en Tianamen y mantiene trabajo esclavo".
Mientras tanto, las organizaciones piqueteras "duras" intentaron llegar a Plaza de Mayo, pero fueron detenidas por los vallados policiales instalados en las zonas cercanas a la Casa de Gobierno, a la misma hora en que el presidente Néstor Kirchner recibía a Hu Jintao.
Ese no fue el único impedimento que atravesaron en la nueva jornada de protestas, ya que antes habían visto frustrados sus intentos de cortar el puente Pueyrredón, que une la ciudad bonaerense de Avellaneda y Capital Federal.
En tanto, un grupo de piqueteros que responde al liderazgo de Rául Castells y de ahorristas seguidores del cómico Nito Artaza, se reunieron al mediodía ante el Palacio de Tribunales.
Al grito de "piquete y cacerola, la lucha es una sola", la esposa de Castells, Nina Peloso, arengó al centenar de manifestantes reunidos sobre el ingreso principal de la calle Talcahuano.
Los ahorristas reclamaron vivamente la devolución de sus depósitos en la moneda originaria y fustigaron el fallo de la Corte que avaló la pesificación.
La segunda y última jornada de la visita oficial al país del mandatario chino, Hu Jintao, estuvo signada por la Asamblea Legislativa que se realizó en el Congreso Nacional para rendirle homenaje a su presencia en Argentina.
La actividad del mandatario chino arrancó hoy a las 8.30 en el Hotel Hilton, en la zona de Puerto Madero, donde recibió a unos 30 empresarios argentinos para analizar propuestas de intercambio comercial con el país asiático, en un encuentro del que también participó el ministro de Economía, Roberto Lavagna.
Tras esa reunión, fue el turno del jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, quien visitó al mandatario chino en el mismo hotel, para declararlo visitante ilustre de la ciudad de Buenos Aires.
La tercera actividad fue en la Plaza San Martín, del barrio porteño de Retiro, donde depositó una ofrenda floral en honor al Libertador General José de San Martín.
Desde allí se dirigió al Palacio Legislativo, donde poco antes de mediodía fue recibido por una Asamblea Legislativa que exhibió al Palacio Legislativo en todo su esplendor, como así también al recinto de la Cámara de Diputados a pleno.
De hecho, en los últimos días hubo arduos trabajos dentro de la histórica sede del Poder Legislativo que incluyeron arreglos especiales en los recoletos salones del Senado y en el recinto de sesiones de Diputados.
Tal fue el despliegue para la ocasión que se dispusieron mil equipos de traducción simultánea inalámbrica y siete cámaras televisivas del Senado para cubrir el evento y retransmitirlo en directo a los medios nacionales y a 612 compañías de cable del interior del país.
También hubo en el recinto de sesiones 6 camarógrafos de la delegación china que cubren las actividades del presidente de ese país, mientras que los 65 periodistas chinos debieron cubrir las alternativas junto a la gran cantidad de medios nacionales que se acreditó de todo el país.
Para atender a los diplomáticos chinos e invitados especiales hubo 50 packs de agua mineral y 50 kilos de café, solicitados por el Protocolo de China.
En las primeras horas de la tarde, Hu Jintao partió hacia Bariloche, donde pasarán la noche para viajar mañana a la capital chilena, para participar de la reunión del foro Asia-Pacífico de cooperación económica. (Télam).
Luis Changui Cáceres resaltó las posibilidades que abre la relación con China, lamentó la "poca seriedad" con que se encaró la difusión del tema y rescató los pasos dados en la materia durante gestiones radicales.
"La primera negociación con China se dio durante el gobierno de Illia. Hasta ese momento, lo que se reconocía como gobierno chino era Taiwán, que tenía 11 millones, contra China que tenía 960. Y sin embargo, reconocíamos a la isla como gobierno y eso nos cerraba las posibilidades comerciales. En el gobierno de Illia se hizo la primera venta importante de granos hacia China y se abrieron las puertas del comercio, que después no se cerraron", señaló.
El dirigente santafesino, que realizó diez viajes a China -el último en 2000, invitado por el Partido Comunista- recordó que "incluso durante la fallida gestión de la Alianza, De la Rúa recibió la primera visita de un presidente chino a la Argentina y cerró un acuerdo marco que, por falta de tiempo y por las razones conocidas, quedó ahí".
Cáceres subrayó "la importancia estratégica de ésto para el desarrollo de nuestro país. No es sólo un mercado de 1.300 millones de habitantes, lo que ya de por sí es importante. Es una visión de qué camino tenemos que tomar los argentinos para nuestro desarrollo. Generalmente, Argentina ha mirado hacia el Imperio y no ha hecho nada que no sea de acuerdo a las decisiones que venían de allá o a los acuerdos que pudieran lograrse desde ahí. Y, por supuesto, el tema de Europa, que seguirá teniendo un valor significativo. Pero lo que desde hace mucho pensamos es que las posibilidades de desarrollo para nuestro país están en lo que, también en un gobierno radical, empezó a tomar forma como Mercosur. Hacernos fuertes desde lo regional, para soportar presiones y generar un mercado interesante. Apoyarnos espalda contra espalda, porque la dependencia del Imperio, lo único que trae es más dependencia".
El radical rememoró que "en el 2000, el país estaba inundado de mercadería china. Pero en la balanza comercial, el flujo que aparecía era muy pequeño. Porque eso figuraba como importación desde Estados Unidos o Panamá, porque entraba por esa vía. Y ya en ese tiempo empezamos a hablar sobre cómo cambiar eso. Había disposición del gobierno chino, pero faltaba visión desde Argentina y la región. Perdimos años y posibilidades, y tengo miedo de que eso vuelva a pasar", advirtió.
Horacio Serafini (CMI)