Es bueno saberlo: el niño Facundo Sarupo no fue secuestrado, sino que fue retirado del hospital Iturraspe por funcionarios judiciales y ahora, por disposición de la Jueza de Menores, se halla al cuidado de una "familia de tránsito", nos aseguró una fuente oficiosa.
La madre del menor Facundo Sarupo había visitado este diario para denunciar públicamente la desaparición de su bebé -de tres meses de vida-, en medio de circunstancias harto confusas: su versión fue ofrecida a los lectores en la edición de ayer.
Los hechos, tal como fueron referidos por Miriam Sarupo, no permitían entender claramente quién y por qué motivo se había apropiado del niño, aunque por sus palabras se podía sospechar la intervención de la Justicia en el lugar de internación de la criatura, es decir, en el hospital Iturraspe de nuestra ciudad.
Las fuentes consultadas dijeron que, según evaluaciones realizadas a Miriam Sarupo, ésta no se hallaría en condiciones de atender debidamente a esa criatura, aunque nada dijeron respecto de si lo está para ocuparse de sus otros hijos de 3, 6 y 9 años de edad, con quienes vive en su casa del barrio Estanislao López.
De todos modos, cuando aún nada se ha dicho sobre este delicado asunto en forma oficial, lo anticipado por fuente oficiosa alcanza para saber que fue la Justicia de Menores la que tomó la decisión de retirar al niño del nosocomio para confiarlo al cuidado de una "familia sustituta".
El relato de la denunciante permitía diversas lecturas, entre otras: que las explicaciones ofrecidas por el personal hospitalario -cuando preguntaba por el paradero de su hijo- no eran veraces o que la policía no había actuado debidamente ante la situación planteada, pero ahora se puede ver que los funcionarios siguieron instrucciones de la autoridad judicial, en todo momento.
Así como denunció públicamente la situación que la aflige, Miriam Sarupo también dijo lo suyo ante el Centro de Denuncias de la Secretaría de Estado de Derechos Humanos.
En la Secretaría, la mujer fue escuchada por los funcionarios, que iniciaron los trámites de rutina, es decir, comenzaron a hacer averiguaciones en los centros de salud por los que pasaron Miriam y su bebé, en la escuela a la que asisten sus otros hijos y en otros ámbitos que frecuentan.
Se tiene entendido que -sin pretender interferir en un asunto que está en manos de la Justicia- la Secretaría de Derechos Humanos podría producir y elevar a la autoridad competente un informe y hasta alguna sugerencia, con la sola intención de preservar escrupulosamente los derechos que asisten tanto a la madre como al niño.
José Luis Pagés