Después de 16 años, los docentes de la provincia de Santa Fe que aspiraban a cubrir cargos directivos tuvieron la oportunidad de presentarse a concurso, luego de que la cartera educativa lo resolviera en enero de 2003.
Diez mil docentes se presentaron para ocupar cerca de mil vacantes. Los resultados publicados oficialmente ayer en Rosario, exponen lo sucedido en un área que representa el 50 por ciento de los aspirantes a casi la mitad de los cargos.
De los 4.248 docentes que se presentaron en la ciudad sureña, sólo la mitad aprobó los exámenes escritos, y ninguno logró alcanzar los 30 puntos que representaban la máxima calificación. Estos resultados, más los antecedentes académicos, son los aspectos que se tendrán en cuenta para cubrir unos 390 cargos directivos en escuelas de EGB en aquella jurisdicción.
Los datos, aparecidos en el diario La Capital, vuelven a poner en debate la problemática de la educación pública, en una de sus posibles dimensiones de análisis.
Aún cuando estas cifras convocan necesariamente una reflexión seria y urgente, la cuestión abre el debate con relación a los sistemas de evaluación, a la selección de los indicadores de calidad educativa, la multifunción y la inexistencia de concursos periódicos para cubrir cargos en la docencia provincial.
Según consigna el medio rosarino, el 54 por ciento alcanzó los 12 puntos necesarios para aprobar las evaluaciones escritas (casi el 25 por ciento sobre los 10 mil que se presentaron al concurso), con docentes que entregaron la hoja en blanco, o no lograron siquiera los 3 puntos de los 30 en disputa.
Si bien seis de cada diez docentes aprobaron las evaluaciones propuestas para la dirección de escuelas de 2da. y 3ra. categorías, en el caso de las de 1ra. y 4ta. sólo pasaron la prueba cuatro de cada diez aspirantes. Para la dirección de colegios con mayor cantidad de alumnos el máximo fue de 27 puntos, para las de 2da. y 3ra. categorías superó los 29; pero en ninguno de los casos se lograron los 30 puntos.
La comisión directiva del gremio Amsafe remarcó que los resultados muestran valores históricos en este tipo de pruebas de ascenso, adelantando que en otras sedes -donde se está desarrollando la apertura de sobres-, también se repitieron estos guarismos.
Consideran los representantes gremiales que la evaluación de la calidad educativa no pasa por tomar exámenes a los docentes, ya que "se los debe evaluar en su formación, en las capacitaciones y en su tarea diaria".
Insistieron en que las falencias en la formación docente permanente son muchas, pero en ello tuvo que ver la aplicación de la Ley Federal de Educación, que convirtió a la carrera docente en una "pugna por la confección de carpetones llenos de certificados que en la práctica poco aportan a las realidades de nuestras escuelas desbordadas por las demandas sociales y la falta de condiciones de trabajo".
Destacaron que los docentes tuvieron que estudiar en medio de sus actividades escolares, debiendo resignar en aquel momento hasta el presentismo. "Lo cierto es que los temarios de estudio entregados a los docentes fueron de gran amplitud y exigencia, incluyendo bibliografía sobre aspectos legislativos, materiales incompletos en las bibliotecas. Esto indica que el perfeccionamiento docente debe ser sostenido económicamente por cada uno de los agentes".
Sin intenciones de encontrar excusas, para los representantes gremiales "queda claro que se evaluó de acuerdo a los parámetros establecidos por los gobiernos que son responsables de la actual situación, e intentan desplazar sus fallas sobre los docentes".