Con el llamativo acuerdo que sellarán mañana, los ex mandatarios Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá solicitarán elecciones internas para normalizar el Partido Justicialista y buscarán conformar un polo de oposición que enfrente el implícito liderazgo de la alianza que forman Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde.
Tanto Kirchner como su aliado bonaerense prefieren por el momento evitar involucrarse en las internas partidarias y mostrarse ocupados y atentos en la resolución de temas relevantes de la gestión, como el canje de deuda, y el Mercosur y la Unión Sudamericana, en un año signado por las elecciones legislativas de octubre.
Esto no quiere decir que sigan de reojo el tema, ya que el cónclave entre Rodríguez Saá y Menem abre un interrogante para la vida interna del PJ. En principio, la idea que se manejaba entre los principales colaboradores del presidente, con la venia del líder del PJ bonaerense, era elegir autoridades del Consejo Nacional Justicialista luego de las elecciones legislativas de octubre.
Con ese escenario y sin un espacio actual representativo, Menem y el jefe del PJ puntano olvidaron la rivalidad que los llevó a intercambiar duras declaraciones durante la campaña proselitista de 2003, en las que el PJ presentó tres candidatos (el otro fue Kirchner) para asociarse y unificar demandas.
La reunión entre los ex presidentes se realizará mañana al mediodía en el hotel Cruz de Piedra de la localidad puntana de Juana Koslay, donde suscribirán un documento en el que pedirán la realización de internas, hecho que tendrá su corolario en un acto en una ciudad balnearia de Mar del Plata el 11 de febrero.
Si bien aún no hubo reacción alguna desde la Casa de Gobierno y de la mayoría de los gobernadores o caudillos provinciales, la alianza Menem-Rodríguez Saá no pasó desapercibida para Duhalde, quien pidió que se le prestara atención porque en las elecciones presidenciales ambos sumaron el 40 por ciento de los votos nacionales. En su reflexión, Duhalde sostuvo que si se toman en cuenta los votos que obtuvieron en los últimos comicios generales "sería una alianza significativa".
Sin embargo, hizo hincapié en la actualidad política de la Argentina y el lugar que ambos dirigentes ocupan en ella, y relativizó el acuerdo que van a protagonizar: "Por olfato, diría que hoy están muy menguadas las fuerzas de estos dos dirigentes y que es una suma que no suma", sentenció.
Hasta el momento es una incógnita la posición que adoptarán los gobernadores justicialistas a la hora de apoyar a alguno de los dos tándem.
Si bien algunos apoyos a una u otra dupla son obvios, como el del gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, o el del gobernador de Santa Cruz, Sergio Acevedo, otros, como el del cordobés José Manuel de la Sota, son una incógnita.
Pocos son los que dieron alguna señal: el vicegobernador de Salta, Walter Wayar, mano derecha del gobernador Juan Carlos Romero, quien fue compañero de fórmula de Menem, se alineó con la estrategia de Menem-Rodríguez Saá, al destacar la necesidad de fortalecer al justicialismo y para ello su normalización "es una materia pendiente de los dirigentes nacionales".
Por su parte, el gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, dejó en claro que Menem y Rodríguez Saá tienen "todo el derecho de reunirse", pero dejó en claro que la decisión del PJ de Entre Ríos es "jugar con Kirchner".
El flamante candidato del PJ a la gobernación de Santiago del Estero, José Figueroa, se preocupó en los últimos días por diferenciarse de Menem y pasó por la Casa de Gobierno, donde dialogó con el vicepresidente Daniel Scioli en busca del apoyo presidencial.
Con un escenario interno aún calmo, muchos gobernadores consideran prematuro hablar de internas y sostienen que es "una falta de respeto para la sociedad" hablar en este momento de cuestiones intestinas a los partidos. (Télam).