El recuento de votos proseguía lentamente hoy en Irak tras el cierre anoche de los colegios electorales, que registraron una afluencia en apariencia alta en el norte kurdo y el sur chiíta, pero baja en el centro sunita.
Según los portavoces de la Comisión Electoral Independiente, ocho millones de iraquíes ejercieron su derecho al voto, lo que supone alrededor del 60 por ciento de los algo más de 14 millones de potenciales votantes.
La comisión no ofreció índices por grupos étnicos y religiosos, aunque todo indica que la afluencia fue bastante masiva entre los kurdos y los chiítas, cuyos partidos más representativos animaron al voto y presentaron listas conjuntas.
Líderes de los principales países de occidentes expresaron su satisfacción por el desarrollo de los comicios. Desde los Estados Unidos, George Bush calificó de "éxito rotundo" el proceso, mientras que su gobierno advirtió a Irán para que no se entrometa en el trabajo que realizarán las autoridades que resulten electas en Irak.
Distintos gobiernos árabes esperan que las elecciones del domingo en Irak traigan calma y soberanía a ese país, mientras que la prensa destaca las noticias de los comicios y señala al pueblo iraquí como el principal ganador.
Las frases de felicitación fueron acompañadas, sin embargo, por llamamientos a favor de la retirada de las tropas extranjeras de Irak y de una reconciliación de las diferentes comunidades y etnias iraquíes para garantizar el éxito del proceso democrático.
El "fin de la ocupación", así como la "integridad territorial" de ese país" y "el diálogo inter-iraquí" son los puntos que destacó hoy el secretario general adjunto de la Liga Árabe, Ahmed Bin Heli, quien calificó los comicios de "un paso en la dirección correcta".
El organismo panárabe, integrado por 22 países, incluido Irak, también elogió la afluencia de los iraquíes a los colegios electorales que, según Bin Heli, mostró que "el pueblo de Irak actúa con voluntad para superar los momentos difíciles que atraviesa su país".
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, y el rey Abdalá II de Jordania, dos los principales aliados árabes de EE.UU. en Oriente Medio, figuran entre los primeros que telefonearon al primer ministro interino de Irak, Iyad Alaui, para felicitarle por la celebración de las elecciones.
Según la oficina del propio Alaui, Mubarak consideró que la votación representó "el primer paso hacia la restauración de la estabilidad en Irak", mientras que Abdalá II dijo que el domingo "fue el día más brillante en la historia contemporánea" de ese país.
(INTERNACIONALES).