Aumenta la reacción por suba de combustibles

Shell encabezó el aumento de precios. Insisten en la convocatoria para que se abstengan de comprarle. FOTO: Agencia AFP.. 

Esso y Ancap también incrementaron los precios. Los incrementos en Esso son de 2,1%/3,5%. Las empresas sostienen que el incremento está ligado al alto valor del petróleo. Se complica la relación con las petroleras.

El resonado boicot contra las estaciones de servicio Shell impulsado por Kirchner no sirvió para frenar nuevos aumentos. Anoche, la petrolera norteamericana Esso anunció una suba de precios en las naftas y el gasoil de un mínimo de 2,1% y un máximo de 3,5% que rige desde hoy.

La compañía dio una explicación similar a la dada por Shell el día miércoles. Fundamentó que este aumento surge como consecuencia del "impacto que están generando las condiciones globales del mercado y del actual precio del petróleo crudo que se encuentra próximo a su récord histórico". Ayer, el barril cerró a 54,51 dólares en el mercado de Texas.

Por otro lado, la uruguaya Ancap, que opera las estaciones de servicio Sol, decidió tomar la misma medida y subir sus precios. Esta determinación seguramente llamará la atención del presidente, ya que se trata de una petrolera estatal de un gobierno amigo, el del recientemente asumido Tabaré Vázquez.

Tanto Shell como Esso son petroleras que operan en el país únicamente en los rubros de refinación y comercialización (compran el crudo que procesan a otras compañías), a diferencia de las denominadas integradas, como es el caso de Repsol YPF y Petrobrás, que en la Argentina también desarrollan la actividad como productoras del crudo. Esto les permite un mayor margen de maniobra al considerar toda su ecuación económica.

La suma de estas cuatro petroleras representa la casi totalidad del mercado local de los combustibles.

El miércoles, Repsol YPF y Petrobrás comunicaron que no tienen previsto aumentar el precio de sus combustibles en el mercado interno, pero siguen atentamente la cotización internacional del crudo.

Shell, centro del debate

Ayer, Kirchner arremetió con mayor vehemencia contra la petrolera Shell al asegurar que esta empresa lidera el ranking de las diez peores del mundo e infirió la retirada de la firma de la Argentina y su reemplazo por Enarsa o Pdvsa.

Al respecto, el presidente señaló que "los medios no reflejan que esta petrolera encabezó ranking a raíz de los casos de fraude, abuso de precios, contaminación, envenenamiento y maltrato del personal. Queremos que vengan muchas inversiones, pero no nos interesa que lleguen las peores del mundo", se explayó para defenderse de las críticas de los dueños de las estaciones de servicios Shell, a quienes les aseguró que "podrán tener la patente de Enarsa o Pdvsa".

Ante este escenario tan polémico y politizado, el presidente de Shell en la Argentina, Juan José Aranguren, contestó diciendo que no se esperaba "esta reacción" del presidente. "Si somos o no la peor empresa del planeta, eso tienen que decidirlo los consumidores. Si fuera así, �por qué Shell tiene los clientes que tiene? Pero está bien, es su verdad relativa", se defendió.

En otro orden, Aranguren afirmó que Shell "estuvo revisando el valor de su negocio en la Argentina (donde cuenta con 900 estaciones de servicio entre propias -160- y de terceros, y comercializa el 20% de las naftas y el 15% del gasoil total) y ratificamos nuestra decisión de seguir en el país".

Algunas razones

Shell emitió un comunicado en el que puntualizó que la suba de precio se concretó básicamente porque "la industria petrolera en la Argentina se desenvolvió, desde la declaración de la emergencia económica, en un contexto de negociación permanente entre refinadores y productores, con la participación de las autoridades nacionales, para minimizar el impacto que tanto el incremento del valor del crudo en los mercados internacionales como la devaluación de la moneda local tuvieran sobre los precios de los combustibles. La suba del valor del barril de petróleo a escala mundial atenuada en el mercado local por el impacto de las retenciones a las exportaciones, hacía inviable sostener el negocio en la Argentina sin una modificación en los precios de los combustibles", remarcaron.

Para esta petrolera, "el aumento de los precios en las naftas y el gasoil anunciado por Shell responde estrictamente a factores del mercado global, ya que esta empresa en la Argentina es refinadora y comercializadora de combustibles". Por lo tanto, "el precio final de estos productos a nivel local sufrió el impacto del alza en el valor internacional del crudo".

Además, "en los últimos tres meses, el costo de la materia prima para Shell aumentó un 9,6% en promedio, mientras que el traslado que la compañía realizó a los precios finales de sus combustibles fue sólo del 3,9%". (DyN/CMI).

Detrás de las cifras

Shell especificó que el aumento en el precio final de 5 centavos en la nafta súper implica que la petrolera retiene 2,5 centavos (50%), el estacionero 0,5 centavos (10%), y el fisco 2 centavos (40%). En tanto, en el caso del gasoil (se incrementó 6 centavos), Shell retiene 3,3 centavos (55%), el estacionero se queda con 0,4 centavos (7%) y el fisco obtiene 2,3 centavos (38%).

El boicot divide las aguas

Los economistas y expendedores de combustibles polemizaron contra los legisladores, Cámaras Pymes y la CGT sobre el llamado de Kirchner a boicotear a la petrolera Shell por aumentar sus precios.

Por un lado, el economista José Luis Espert consideró que "el presidente está para otra cosa", y el titular de la Confederación de Expendedores de Combustibles, Raúl Castellanos, advirtió que esta medida perjudicará a los dueños de estaciones de servicio. Por el otro, los partidos de la oposición, como el ARI y el socialismo, manifestaron que esta medida (el boicot) contó con algún grado de respaldo.

Sin embargo, junto con el empresario Pyme, Osvaldo Cornide, remarcaron que el gobierno tiene herramientas legales para hacer que la empresa vuelva sobre sus pasos.

A su turno, Javier González Fraga, ex presidente del Banco Central, remarcó que esto "es la punta de un iceberg que encubre un proceso inflacionario. El impacto del boicot no lo sufre la Shell, que le vende a las estaciones de servicio, lo sufren los expendedores".

Paralelamente, Eduardo Macaluse (ARI) señaló: "El gobierno debería recurrir a las medidas de que dispone para controlar los precios". Mientras tanto, Héctor Polino (socialista) mencionó que "resulta muy difícil no estar de acuerdo con el pedido del presidente". Sin embargo, se preguntó: "Por qué no aplica el artículo 13 de la ley 25.561 de Emergencia Económica y obliga a la empresa a retrotraer los precios existentes al día anterior a los aumentos?" (DyN).

Habría mayor facilidad para importar gasoil

A la par de castigar nuevamente a Shell, Kirchner dio luz verde a un proyecto reclamado por las petroleras, el cual facilitará la importación de gasoil para que no falte durante la cosecha que está a punto de comenzar.

Según se destacó en el diario Clarín, ayer, a última hora de la noche, en la Casa Rosada dejaron trascender un dato que dio cierto alivio al sector petrolero. "El próximo miércoles, el Congreso tratará el proyecto de ley para bajar los impuestos a la importación del gasoil", destacaron en el matutino nacional.

Esa ley fue impulsada por la Secretaría de Agricultura. Elimina el Impuesto a la Transferencia de los Combustibles para la importación de gasoil, con un cupo de 400.000 metros cúbicos, que podrían ampliarse a 500.000 metros. Entre 500 y 600 mil metros cúbicos es lo que los petroleros estiman que será el gasoil que falte desde ahora hasta julio próximo para levantar la cosecha.