La decisión del gobierno de dejar sin efecto el acuerdo prestado para la designación del obispo castrense Antonio Baseotto quedó formalizada hoy con la publicación del decreto 220/2005 en el Boletín Oficial, e iba a ser comunicada oficialmente a través de una nota a la Nunciatura.
Con la firma del presidente Néstor Kirchner y del canciller Rafael Bielsa, la norma dispuso la anulación del acuerdo a Baseotto como obispo castrense y, además, la suspensión de la "vigencia del decreto 1084 de fecha 14 de septiembre de 1998, en lo que hace a la remuneración mensual total de 5 mil pesos".
En los considerandos del decreto, el Ejecutivo consideró que los dichos de Baseotto respecto del ministro de Salud, Ginés González García, "lejos están de aportar a la paz y la armonía o al cuidado espiritual de las Fuerzas Armadas".
El 17 de febrero pasado, Baseotto le envió una carta al ministro de Salud en la que, citando un pasaje bíblico, sugirió que habría que colgarle una piedra al cuello y tirarlo al mar por su posición sobre el aborto y por la política oficial de reparto de preservativos a jóvenes.
Bielsa iba a ser hoy el encargado de comunicar la decisión al delegado del Papa en la Argentina, el nuncio apostólico Antonio Bernardini y trató de poner un tono medido al conflicto desencadenado.
La decisión del gobierno argentino no le quita a Baseotto su categoría de obispo castrense, que fue otorgada por El Vaticano, sino que deroga la relación de dependencia con el Estado argentino que le pagó un salario de 5 mil pesos mensuales, por su rango equiparable a un subsecretario.
Por ese motivo, Bielsa fue muy puntilloso al aclarar que la determinación sobre Baseotto "no afecta su libertad pastoral" tal como había afirmado el vocero del papa Juan Pablo II, Joaquín Navarro Valls, y confió en que "se designe un reemplazante" y no se afecte la relación con la Iglesia Católica.
"Esta situación no es asimilable a otras, porque no hay un conflicto previo con la Iglesia. Se trató de una expresión inadmisible para el cargo que tenía monseñor Baseotto, que no tiene antecedentes de disputas entre la Iglesia y el gobierno y no va a tener correlato posterior", confió.
En declaraciones formuladas a radio Del Plata, Bielsa insistió en señalar que se trató de una "decisión administrativa", en sintonía con los dichos de ayer del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, cuando apuntó que el presidente Kirchner hubiera tomado una decisión similar con cualquiera de sus funcionarios.
Bielsa remarcó que la frase de Baseotto es "inaceptable" y en función de eso, se resolvió su remoción como ordinario militar, "no como obispo".
Por eso, señaló que cuando la Iglesia contesta que no hay razones "de derecho canónico" para remover al dignatario, se incurre en "una enorme confusión".
"Es lo mismo que si preguntara la hora y le contestaran que hoy es domingo. Nadie pidió la remoción como obispo, sino que se trata de confundir una decisión administrativa con un debate que la sociedad deberá dar en algún momento", explicó.
El canciller agregó que "es una falacia que el gobierno cuestione la posición de Baseotto sobre el aborto. No tiene nada que ver: la Iglesia la expresa a diario y no pasa nada, porque tiene toda la libertad del mundo de opinar".
En ese punto, volvió sobre el argumento central al sostener que "no se cuestiona su posición sobre el aborto, sino su declaración de atar una piedra al ministro González García y echarlo al mar".
Rosario (C).- El presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Rosario, Eduardo Mirás, defendió esta mañana la situación del vicario castrense Antonio Baseotto en el conflicto surgido con el gobierno nacional. Aunque el religioso invitó a olvidar el incidente, al que consideró un episodio, remarcó que "se ha desatado una campaña contra los cristianos y contra los católicos".
Mirás no disimuló su enfado cuando le recordaron que el comentario que Baseotto utilizó para cuestionar al ministro de Salud de la Nación, por su posición en favor de debatir la despenalización del aborto, fuera parangonado con el exterminio de personas durante la dictadura militar. "Esto es una absoluta mentira. El citó una frase de Cristo que es, simplemente, una parábola", dijo esta mañana, consultado en el Arzobispado.
El arzobispo rosarino señaló que con aquella frase Jesucristo indicaba la gravedad de lo que es el escándalo. "El escándalo significa obligar a otro a que peque, a que actúe contra Dios. Jesucristo dice que es tan grave esto que mejor sería que le ataran una piedra de molino al cuello y lo tiren al mar. Es un modo semita de indicar la gravedad del hecho, no es un deseo de que ésta sea la realidad", planteó. "Que no haya acertado a la frase es otro problema. Pero nadie tiene derecho a mentir. A decir que Baseotto dijo lo que no dijo".
Para el titular del Episcopado, que el viernes consideró en un documento "apresurada y unilateral" la decisión del gobierno de retirar su confianza, no debe "darse más vueltas" sobre este tema. "Pese a todo lo que esto ha supuesto, porque se ha desatado una campaña contra los cristianos y contra los católicos, echemos un manto de olvido encima lo acontecido. No tiene más importancia que haber sido un episodio", subrayó.
"Son alegorías de connotaciones muy fuertes en la República Argentina, que recuerdan los llamados vuelos de la muerte, reivindican los métodos de la dictadura y apoyan a los ejecutores de tales crímenes". Calificación de los dichos de Baseotto, en los fundamentos del decreto de remoción.
"El tema se ha manejado de una manera absolutamente desmesurada y poner en crisis las relaciones con el Vaticano es una cosa que no tiene ningún tipo de sentido. Esta era la oportunidad para renegociar con la Santa Sede, y decir no tengamos más ese Tratado, porque no es bueno para una necesaria diferencia e independencia entre la Iglesia y el Estado ". Elisa Carrió, líder del ARI.
"Los dichos de Baseotto rememoran y exaltan conductas genocidas de trogloditas que durante la dictadura militar pregonaban la alianza de la cruz y la espada.
Es lamentable que la jerarquía eclesiástica actúe corporativamente en defensa de uno de sus miembros, máxime cuando sus conocidas expresiones pastorales discriminan a otra comunidad religiosa". Leopoldo Moreau (UCR), recordando declaraciones de Baseotto contra la comunidad judía cuando se desempeñaba como obispo de Santiago del Estero.
"La defensa del derecho a la vida, desde la concepción hasta la muerte natural, para mí fue siempre y sigue siendo un principio irrenunciable que, por lo demás, se apoya en la número 14 de las 20 Verdades Peronistas, en cuanto dice que el justicialismo es una nueva filosofía de la vida, simple, práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humana. De ahí que este enfrentamiento del gobierno con la Iglesia sea una muestra más de que quienes hoy ocupan el Poder Ejecutivo Nacional, así como se dijeron peronistas sin serlo, se dicen católicos sin serlo". Carlos Menem, candidato a senador por La Rioja.
"Como católico, creo que también hay violación de la libertad religiosa cuando se quiere imponer a todo el mundo la ley del Vaticano. Los judíos creen que el alma entra al cuerpo con el nacimiento. Los protestantes recuerdan que la Biblia no condena el aborto y hay católicos para quienes el aborto es una cuestión entre la mujer y Dios". Rodolfo Terragno (UCR).
"La prudencia que pueden pedir los obispos al gobierno tiene un valor recíproco. Todos ponemos un poco de nosotros para que no haya exabruptos". Guillermo Olivieri, secretario de Culto.
El canciller Rafael Bielsa afirmó que el obispo castrense Antonio Baseotto tiene "libertad total" para realizar su actividad pastoral, aunque advirtió que las celebraciones religiosas serán a título gratuito porque el Estado argentino retiró su salario.
"Puede cumplir con sus obligaciones pastorales, pero gratis, porque no es funcionario del Estado", sostuvo Bielsa al rechazar que el gobierno argentino pueda "impedir" que Baseotto "cumpla con su ministerio pastoral".
El obispado castrense había convocado para mañana a la misa crismal, con motivo de la Semana Santa, que debía presidir Baseotto en la iglesia castrense Stella Maris.