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La boda marca el punto culminante de una historia de amor que, en 34 años, conoció todas las peripecias posibles.
El romance nació bajo tórridos auspicios. Camilla Shand -ése era su nombre de soltera- le propuso al príncipe heredero repetir la relación adúltera que había mantenido a principios del siglo XX su bisabuela Alice Keppel con el rey Eduardo VII, tatarabuelo de Carlos.
"¿No te tienta repetir la vieja historia familiar?", le sugirió tras conocerlo durante un partido de polo, en 1970.
Su relación se interrumpió en 1973, cuando Carlos se embarcó en la fragata "Júpiter" para dar la tradicional vuelta al mundo que pone término a los estudios navales, y Camilla se casó con Andrew Parker-Bowles, un oficial de caballería que había tenido un romance con la princesa Ana, hermana de Carlos.
La leyenda asegura que Camilla tomó esa decisión sabiendo que el Palacio de Buckingham había vetado su nombre como candidata a un posible casamiento con el heredero, debido a su "dudosa reputación".
Después de la boda de Camilla, los antiguos amantes mantuvieron su amistad, a tal punto que Carlos es padrino de Tom, el hijo varón de los Parker-Bowles. Y a fines de los años 70 volvieron a convertirse en amantes.
Camilla también le aconsejó al príncipe que se casara con la joven Lady Diana Spencer, convencida de que no sería un obstáculo para que ellos pudieran continuar su relación clandestina, según el escritor Andrew Morton y otros autores que investigaron la boda real.
Carlos se casó con Diana en julio de 1981, pero pronto la flamante princesa demostró que no estaba dispuesta a tolerar sus infidelidades.
La situación se deterioró progresivamente, a pesar del nacimiento de los príncipes Guillermo y Enrique, en 1982 y 1984.
Carlos siguió viendo a Camilla en secreto, mientras que Diana buscó consuelo en brazos de diversos amantes fugaces.
Finalmente, Carlos y Diana se separaron oficialmente en 1992 y cuatro años después obtuvieron el divorcio.
En 1994, durante una excepcional entrevista por televisión, Carlos rompió todos los tabúes de la monarquía al confesar públicamente por primera vez haber sido infiel y haber mantenido una relación con una mujer casada, Camilla Parker-Bowles.
Diana replicó en otro reportaje televisado, igualmente explosivo, en el cual reveló: "En ese matrimonio éramos tres".
El programa, presenciado por 23 millones de telespectadores, le aseguró la simpatía popular, mientras que Carlos se transformó en el "culpable" y Camilla pasó a ocupar el papel de "destructora de la fidelidad conyugal".
Camilla y Andrew Parker-Bowles se divorciaron en 1995.
A partir de 1996, tras romper definitivamente sus vínculos oficiales con sus respectivos cónyuges, Carlos y Camilla comenzaron a vivir bajo el mismo techo, de manera casi secreta.
La muerte de Lady Di, en agosto de 1997 en un accidente de tránsito en París, y la ola de simpatía popular "posmortem" hacia la princesa, obligó a la pareja a postergar sus esfuerzos de presentar la convivencia en forma más transparente.
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A partir de ese momento, Carlos -con un equipo de asesores- emprendió una gigantesca campaña de largo aliento para tratar de rehabilitar ante la opinión pública británica la imagen de esa mujer, considerada como la "bruja malvada" que hizo sufrir al "hada buena".
Esa operación de seducción fue confiada a un experto de comunicación, hábil y manipulador: Mark Bolland, que comenzó por cambiar el "look" de Camilla, dándole un aspecto más femenino y más refinado.
A través de prudentes apariciones públicas, se esforzó en acostumbrar al público a su presencia, tomando la precaución de no ofender a la reina, hostil a Camilla.
En todo caso, consiguió romper las resistencias que mantenía hasta ese momento la Iglesia Anglicana. Pero no consiguió modificar las reservas de la opinión pública y de una gran parte del "establishment".
La prueba de que aún subsistían resistencias se advirtió durante un acontecimiento social muy importante de la nobleza, en noviembre de 2004: el casamiento de una hija de los duques de Windsor, una de las principales fortunas de Gran Bretaña.
En los planos de ubicación, enviados junto a las invitaciones, Carlos aparecía ubicado en primera fila, mientras que Camilla fue alejada a otra ala de la iglesia. Para evitarle a Camilla esa humillación, Carlos decidió boicotear la boda.
Después de una relación de 34 años y de una intensa campaña de relaciones públicas para imponer a Camilla, el príncipe Carlos se dedicó a persuadir a la reina Isabel II.
Luego de varias reuniones tormentosas, Carlos obtuvo al parecer la bendición de su madre después de decirle que Camilla era "una parte no negociable" de su vida.
"Hay más de 2.500 periodistas", afirmó Paddy Harverson, jefe del servicio de prensa de Clarence House, la residencia londinense del príncipe Carlos.
La pequeña ciudad del condado de Berkshire, a 50 km de Londres, fue tomada hoy desde las primeras horas de la mañana por los masivos grupos de periodistas.
En los 200 metros que separan el castillo del ayuntamiento de Windsor, la cadena de televisión británica BBC había puesto más de 25 cámaras, y al menos otros 100 camarógrafos así como fotógrafos estaban instalados en los balcones de las inmediaciones del edificio en el que Carlos y Camilla contrajeron matrimonio tras 34 años de relación.
De todos modos, se esperaba que el acontecimiento de la realeza acaparara menos atención que el matrimonio de dos reconocidos personajes de una de las series de la televisión británica más populares, "Coronation Street".
Los responsables del Canal 4 estimaron en 13 millones el número de personas que siguió el capítulo donde los personajes Ken y Deidre Barlow contrajeron matrimonio.
Esta cifra podría ser superior a la de los telespectadores que vieron en sus pantallas, y transmitido en directo por la cadena pública británica BBC, la excepcional boda por civil en el ayuntamiento de Windsor.
Mientras la ceremonia civil, de unos veinte minutos, tenía lugar en el interior del ayuntamiento, en el exterior una banda de música compuesta por ocho adolescentes animaba al público con jazz y una versión moderna del concierto de Aranjuez.
La ceremonia estuvo a cargo de la superintendente del registro civil de Windsor, Clair Williams, en la sala "Ascot", que estuvo adornada con lilas procedentes de Highgrove, la residencia campestre del príncipe de Gales en Gloucestershire, oeste de Inglaterra.
La pareja eligió lilas porque en este país simbolizan el retorno de la felicidad.
Unos quince simpatizantes de la princesa Diana de Gales protestaron hoy, ante su antigua residencia del palacio de Kensington en Londres, contra la boda del príncipe Carlos y Camilla.
Los manifestantes, de un grupo llamado "Círculo de Diana", depositaron flores y fotos de Lady Di ante la verja del palacio, así como una imagen del rostro de Camilla superpuesto al cuerpo de un caballo.
Sin embargo, miembros uniformados de la plantilla del palacio retiraron la fotografía despectiva de la segunda esposa del heredero a la Corona.
Adorada por el pueblo británico, la princesa Diana, que murió en un accidente automovilístico ocurrido en 1997 en París, llegó a culpar públicamente a Camilla del fracaso de su matrimonio con el príncipe Carlos.