Japón exige a China que deje de avivar el odio

EFE

El gobierno nipón exigió hoy a China que deje de avivar entre su población el odio a Japón y advirtió de que "tomará medidas" si son atacados de nuevo los intereses japoneses en el gigante asiático.

Tras los pobres frutos de la visita que concluyó ayer a Pekín el ministro de Asuntos Exteriores japonés, Nobutaka Machimura, los pesos pesados de la política nipona lanzaron hoy una nueva andanada de críticas a China por los violentos ataques sufridos por empresas y legaciones diplomáticas japonesas en ese país en los últimos días.

De nada sirvió el que la Administración china se ofreciera a pagar los daños causados a establecimientos nipones (comerciales y legaciones diplomáticas) por las multitudes enfurecidas en Pekín, Shangai y otras grandes urbes chinas.

Japón siguió requiriendo una disculpa formal por las que considera acciones poco acordes con un Estado de Derecho y así lo dejaron de manifiesto este martes tanto el primer ministro, Junichiro Koizumi, como el poderoso titular de Economía, Comercio e Industria, Shoichi Nakagawa.

"Para un país no puede ser positivo el alimentar entre su población un sentimiento hostil contra otro Estado", dijo Koizumi, dejando claro que el gobierno japonés ve la mano de la cúpula de Pekín tras las manifestaciones antiniponas ocurridas en China en las últimas dos semanas.

El titular de Economía fue si cabe más directo y dejó de manifiesto que la oleada de furor antijaponés desatada en China ha puesto en jaque las ya de por sí difíciles relaciones bilaterales.

"En el siglo XXI, se espera que la gente ofrezca disculpas y compensaciones económicas si dañan las propiedades de otras personas", aseguró el ministro japonés en una rueda de prensa.

Nakagawa llegó a requerir mayor madurez democrática al gobierno chino, pues "no podemos decir que un Estado está gobernado por la Ley si sus habitantes creen que pueden hacer lo que quieren a la mayor gloria del patriotismo".

El titular de Economía afirmó que, si continúa ese salvajismo antijaponés, China "puede perder ante la comunidad internacional su credibilidad como país gobernado por la Ley y como economía de mercado ante la Organización Mundial de Comercio" (OMC).

Nakagawa insistió en que las críticas contra la percepción japonesa de la historia "no pueden ser una excusa" para los actos violentos.

"Si China no garantiza la seguridad de los ciudadanos y establecimientos japoneses, tendremos que tomar medidas", advirtió el político, aunque no especificó qué tipo de acciones podría adoptar Japón.

La prensa nipona ha subrayado el malestar creciente entre la clase empresarial japonesa y la posibilidad de que, de continuar la presión china, cambie el destino de parte de sus ingentes inversiones en el gigante asiático, actualmente el primer socio comercial de Japón.