Se enteró desde la Argentina que quedó fuera.
Delfino merecía mejor trato
En declaraciones realizadas al periodista Miguel Romano del diario La Nación, el santafesino se mostró muy ofuscado

De la redacción de El Litoral

Según describe el periodista del diario La Nación, Miguel Romano, con el mismo tono de voz pausado de siempre y una absoluta predisposición, Carlos Delfino afrontó desde su residencia en Detroit una situación poco frecuente entre los deportistas de elite: atender la requisitoria periodística en un momento nada propicio, seguramente menos soportable que una gran derrota. Una de los peores para él.

Transcripción

El jueves, a media tarde, el santafesino se enteró de que había quedado fuera de la lista de los play offs que Detroit Pistons entregó a la NBA por comentarios que le llegaron desde la Argentina y que luego fueron confirmados por su agente.

Hasta el momento de la conversación telefónica con La Nación, el jugador no había recibido ninguna comunicación oficial de su equipo, pese a que la propia NBA ya había difundido la noticia a los medios.

"Esto no tiene explicación ni justificación. Creí que el enojo de Larry

Brown (el técnico) había pasado. Después de que me insultó en un partido -me dijo "huevón', en inglés, claro- y yo le devolví la "gentileza', había mejorado el diálogo. Antes ni me saludaba, era como que no existía, pero en los últimos tres partidos me hizo jugar mucho -41 minutos contra Atlanta-, habló bien de mí y hasta me felicitó delante de mis compañeros", señaló con tranquilidad el escolta campeón olímpico.

"Por eso, estoy sorprendido y muy caliente. Que no me hayan avisado y que me entere por ustedes es como mínimo una falta de respeto. Me siento basureado y estafado por Detroit. �Qué necesidad de usarme así tenían? �Para qué me hicieron jugar tanto tiempo? Ya sé que erré mucho, pero tomé montones de rebotes y di muchas asistencias. Además, Brown me dijo que a él no le preocupaba lo que hiciera en ataque, que iba a mejorar cuando tomara ritmo. Y yo estaba contento. Ilusionado. Veía que el sacrificio de entrenarme el doble que el resto, pese a la hinchazón de mi rodilla operada, estaba teniendo efecto. Me lo reconocían", continuó, con indignación, el relato de Delfino, de 22 años y debutante en la NBA tras su paso triunfal por Italia.

Se quiere ir

"Sinceramente, estoy envenenado. Es el peor año que he tenido. Ojalá Detroit prescinda de mí. Yo acá no juego más. Y para Brown, nunca más en la vida. Si me quedo en Detroit será porque la ley (tiene contrato por tres años) me obliga. Ya le dije a mi agente que vaya pidiendo a los Pistons que me cambien de equipo o que me echen. Sé que es un momento de calentura, pero no creo que cambie de idea. Y que no venga Dumars (Joe, el presidente de la franquicia) a hacerme promesas porque ya me hizo muchas y no cumplió. Cuando llegué me dijeron que iba a jugar varios minutos..." Para el escolta argentino, sus declaraciones fueron como una catarsis.

"Me arrepiento de haber venido acá. No pienso volver. Tienen algo personal en contra de mí, más allá de que sé que todos somos un número en la NBA: si rendís está todo bien y te dan lo que pidas, de lo contrario no existís. Quisiera irme ya a Santa Fe, a pescar por ahí. Ahora -por el el jueves por la noche- hay una cena de equipo previa a los play offs; por supuesto que no iré. �Para qué? Si no me respetan, si de la exclusión me enteré por terceros. Ya jugué en la NBA. Cumplí un sueño, es lo único rescatable. Ahora empiezan mis vacaciones pagas...".

"Calentura del momento"

En diálogo con El Litoral, Carlos Delfino (padre) comentó que "fue una calentura del momento, en la que uno dice cosas que después se arrepiente. Las cosas hay que analizarlas fríamente y ver qué decisión tomar. A nadie le gusta enterarse por terceros de importantes decisiones, como lo fue dejarlo afuera de los play offs. Pero, bueno, la actitud fue esa. En principio, él se va a quedar allá y entrenará. En caso de que le den permiso, vendrá a Santa Fe para continuar con la recuperación total de la rodilla, junto al médico y kinesiólogo y entrenar. Juntos vamos a planificar la próxima temporada. Un tropezón no es caída, pero duele".