AFP
El primer ministro británico, Tony Blair, fue blanco de nuevos ataques, tras terminar la formación de su gabinete y en vísperas de la primera reunión, mañana, de la Cámara de Diputados.
Los reproches al líder laborista -cuya victoria en las elecciones de la semana pasada en Gran Bretaña ha sido sino amarga, al menos agridulce- se centraron en su nuevo gabinete, particularmente en el polémico nombramiento de uno de sus colaboradores, Andrew Adonis, en un importante puesto en el Ministerio de Educación.
Estrecho colaborador de Blair en los temas educativos, Adonis, de 42 años, fue el artífice de una de las política más impopulares de Blair, que consistió en una importante alza de la matrícula universitaria, de 3.000 libras (unos 5.800 dólares, 4,320 euros).
Además de la guerra de Irak, el pago de la matrícula universitaria fue uno de los factores que hizo perder votos a los laboristas en las elecciones generales de la semana pasada, principalmente entre los jóvenes, que critican mucho esa medida.
Adonis, quien tiene además fama de no llevarse bien con numerosos ministros en el seno del nuevo gabinete, que Blair concluyó de formar anoche, fue nombrado por Blair en la Cámara de los Lores, donde tendrá un gran peso en la política educativa del nuevo gobierno.
"Este es el peor nombramiento de todos", declaró el martes a la radio BBC Phil Willis, responsable de Educación del partido Liberal Demócrata, la tercera fuerza del país.
Según Willis, Adonis es alguien que "nunca sostuvo un diálogo con educadores, ni con los padres, ni con otras organizaciones, sino que ha tenido un poder imprecedente, tomando ideas directamente de Estados Unidos e implantándolas en el sistema educativo británico".
Adonis "ha sido el secuaz de Tony Blair en el departamento de Educación, dirigiendo la política educativa desde el número 10" de Downing Street, sede oficial del gobierno británico, agregó Willis.
Comentaristas han señalado que al formar su nuevo gabinete, sin escuchar a los críticos, el primer ministro demuestra una posición desafiante.
"En su tercer mandato, el primer ministro está diciendo `No me importa lo que los críticos digan, voy a poner alrededor mío en los puestos claves a gente cercana, en la que confío"', estimó el analista político Andrew Marr a la BBC.