Cae el mayor cargamento de cocaína en Colombia

EFE

Las autoridades de Colombia decomisaron entre el jueves y viernes pasados en las costas del Pacífico casi catorce toneladas de cocaína, valoradas en unos 400 millones de dólares, que constituyen el alijo más grande en la historia.

"Este es el golpe individual más duro que se ha dado en el mundo. Una sola incautación, en un solo día, en un solo lugar, de 13,8 toneladas, no se había presentado nunca en el mundo", declaró el almirante Mauricio Soto, comandante de la Armada.

Colombia es considerado el primer productor mundial de clorhidrato de cocaína, con unas 600 toneladas al año, y sus autoridades aprehendían cargamentos cada vez mayores.

En los últimos dos años se empezaron a decomisar entre una y cuatro toneladas por operación, en muchos casos gracias a la cooperación de guardacostas de Estados Unidos y sólo en lo que va del año las fuerzas militares y la policía se han incautado de 32 toneladas de cocaína en el litoral Pacífico.

Pero esta semana la cantidad rompió todos los cálculos, al sobrepasar la decena de toneladas, con el mérito de que esta vez la operación, que se planeaba hacía cinco meses, se hizo con fuerzas totalmente nacionales.

Operación Mangosta

La armada y la policía de Colombia ejecutaron la Operación Mangosta, en la que cayeron cinco personas, nueve fusiles y ocho lanchas en las que la droga debía ser llevada por el Pacífico a algún punto de Centroamérica para su destino final: el ávido mercado de América del Norte.

La droga de alta pureza se hallaba en un verdadero centro de producción y acopio próximo al puerto de Tumaco, una localidad paupérrima situada 800 kilómetros al suroeste de Bogotá, cerca de la frontera con Ecuador.

La cocaína estaba distribuida en tres depósitos ocultos en los esteros y manglares del río Mira.

Por su lado, el general Jorge Daniel Castro, director de la Policía, aseguró que en ese lugar remoto de las selvas de Cabo Manglares supuestos rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y paramilitares de derecha vendían la droga a miembros del cártel del Norte del Valle.

"Por eso decimos que es un golpe muy duro a las finanzas de los grupos terroristas", manifestó Castro.

Tanto las guerrillas como los paramilitares reconocen que se financian en parte cobrando "impuestos" a la producción y tráfico de drogas, pero no se entiende cómo estos rivales acérrimos pueden compartir un complejo de compra y venta de drogas.

En Colombia se confiscaron en 2004 unas cien toneladas de cocaína y el primer gran decomiso de este año se registró el 18 de enero en el golfo de caribeño de Urabá y fue de dos toneladas.