"La verdad desnuda. Klimt, Schiele, Kokoschka y otros escándalos", exposición que se ha inaugurado en el museo Leopold de Viena y abierta hasta el 22 de agosto, plantea el desnudo y el erotismo en el centro del conflicto entre la sociedad burguesa y el arte.
Coincide con la muestra la colocación en el techo de la sala de fiestas de la Universidad de Viena de tres imágenes de Gustav Klimt con un tamaño de 340 centímetros por 300, que representan las alegorías de la Filosofía, la Medicina y la Jurisprudencia, en su versión de borrador en blanco y negro, y aluden a uno de los grandes conflictos entre el arte y la sociedad de principios del siglo XX.
Klimt (1862-1918) había recibido el encargo de realizar las tres imágenes, junto con Franz Matsch, autor menos conocido hoy y a quien se pidió que pintara la Teología, pero rompió el contrato y devolvió los honorarios porque su obra fue vetada y sancionada por las autoridades.
La discusión sobre las imágenes de las Facultades, piedra de escándalo en la sociedad vienesa en torno a 1900 y que acarreó debates sempiternos, se encendía en la representación naturalista de cuerpos desnudos que la sociedad consideraba una amenaza para su orden moral.
Los originales de las Facultades corrieron una suerte trágica: en los últimos días de la II Guerra Mundial, en mayo de 1945, se quemaron en el palacio de Immendorf, en la Baja Austria, adonde habían sido transportados para protegerlos de la destrucción, en un incendio probablemente provocado por las fuerzas hitlerianas de las SS a la llegada de las tropas soviéticas.
En una sala anexa de la Universidad se exponen al mismo tiempo dos reproducciones en color de la Medicina y la Filosofía, basadas en fotografías de los originales destruidos, que se realizaron para el filme sobre Gustav Klimt rodado por el director de cine chileno Raúl Ruiz a principios de año en Viena.
El escándalo persiste, señaló hoy el director del museo Leopold y renombrado coleccionista de obras de arte Rudolf Leopold, como se desprende, por ejemplo, del hecho de que los Transportes Públicos de Viena han rechazado una campaña de publicidad con un desnudo de Egon Schiele (1890-1918), que les pareció demasiado escandaloso.
"�Por qué la sociedad aceptaba las imágenes de cuerpos desnudos camuflados por un ambiente historicista pero las rechazaba -y las rechaza en parte aún hoy- cuando se deshacen de pretextos mojigatos?", pregunta Leopold.
La exposición en el Barrio de los Museos, con obras tan emblemáticas como "Danae", de Klimt (1907-1908), o los autorretratos desnudo de Schiele, refleja el radicalismo del mundo artístico de hace cien años, que llegó a destapar los estratos del subconsciente revelados por Sigmund Freud en la psicología y de las facetas de lo humano relegadas a la vida privada.
Por primera vez se expone la obra "escandalosa" de Schiele "Die Traumbeschaute" (1911), título que se podría traducir por "Mirada a una mujer y su sueño", propiedad del Museo Metropolitano de Nueva York.
La muestra se refiere expresamente a los conflictos en los que estuvieron implicados algunos grandes personajes del fin de siglo vienés.
Entre ellos figura Schiele, quien pasó veinte días en prisión preventiva acusado de haber secuestrado a una menor, hasta que se llegó a saber que la niña se había escapado de su casa, y finalmente fue condenado a tres días de reclusión porque se habían encontrado dibujos de niños desnudos en las paredes de su taller.
Otros casos fueron los de Oskar Kokoschka (1886-1980) y su musa Alma Mahler que le sirvió de modelo, tras haber fracasado la relación, para una muñeca de tamaño natural.
Un ejemplo del mundo de la arquitectura lo constituye Adolf Loos, con una casa situada en la plaza detrás del Palacio Imperial de Viena, que se granjeó la sorna de la opinión pública en 1910 por su fachada "desnuda".
La primera página del catálogo muestra "Nuda Veritas" de Klimt (1899), figura de una mujer desnuda con un espejo que lleva una cita del poeta alemán Friedrich Schiller, muerto hace doscientos años: "Si no puedes complacer a todos en tus obras y tu arte, acierta para unos pocos, porque gustar a muchos es despreciable".