Con una solvente producción, el Seleccionado de Rugby de Italia venció anoche a su par de Argentina por 30 a 29, en el segundo test-match de la gira que efectúan por nuestro país.

De esta forma, el elenco azzurro no solo igualó la serie (había caído 35 a 21 el sábado pasado, en Salta), sino que logró superar por primera vez a su par albiceleste en la condición de visitante, nada menos que en el inicio de la flamante gestión del francés Pierre Berbizier, reemplazante del desplazado neozelandés John Kirwan.

Desde el kick-off quedó en claro que Los Pumas intentarían cambiar la opaca imagen dejada en el choque de la semana pasada, donde, más allá de la victoria, el rendimiento del equipo distó de ser el ideal.

Entonces, no extrañó que, aunque en forma algo desordenada, los anfitriones se situaran decididamente en territorio adversario, con la firme convicción de mantener la pelota viva y, con variantes no demasiado precisas, intentaran arremeter contra el ingoal visitante.

Sin embargo, ese lapso inicial también sirvió para descubrir un elemento que resultaría vital para el devenir de las acciones: la casi inexpugnable defensa de los europeos.

De allí que, en el primer cuarto de hora, tal predominio se reflejó únicamente por el 7 a 0 concretado merced a un try de Pablo Bouza (después de una lucida acción colectiva) y el pertinente goal del también rosarino, Federico Todeschini.

Sin embargo, en la primera ocasión en que Italia cruzó la mitad de cancha con pelota bajo control, irrumpió una de las figuras del match: el cordobés Ramiro Pez, quien, con tanta determinación como calidad, atravesó la endeble defensa argentina, apoyando el primero de los tres ensayos conquistados por connacionales que visten la casaca azzurra.

De inmediato, Los Pumas comenzaron a insinuar lo que finalmente sería un actuación decepcionante. Porque la extrañísima incapacidad defensiva provocó una indisciplina táctica que permitió que la certeza del sudafricano Gert Peens comenzara a sumar puntos decisivos (vía penales) para el histórico logro italiano.

Pero, además, hubo evidentes deficiencias colectivas e individuales: se tomaron decisiones equivocadas, falló notoriamente el nexo entre portador de la pelota y quienes llegaban en apoyo, hubo impericias en el rucking y también notorias dificultades en el line-out.

E, incluso, en las no pocas pelotas de las que dispusieron, quedó la sensación clara de que cada rugbier argentino pensó más en la próxima fase, antes que en la jugada que estaba desarrollando.

En ese contexto, llegaron dos nuevos tries de otros tantos argentinos que juegan por el elenco peninsular: el octavo Sergio Parisse y el inside Gonzalo Canale, merced a movimientos que desnudaron las señaladas dificultades albicelestes.

Como era previsible, Los Pumas salieron decididos a revertir el 13 a 27 del parcial. Y en los quince minutos iniciales lograron no sólo imponer condiciones, sino acotar el marcador a un único punto de diferencia: 26 a 27, a través del ensayo del bahiense Bernardo Stortoni (de floja actuación), más dos penales y un goal de Todeschini.

Sin embargo, bastó que retornara la desorientación casi generalizada para que irrumpieran un par de sin bin que dejaron al equipo con dos hombres menos, frente a una amarilla para la visita.

Algo que Italia aprovechó con creces, sumando a través de la certeza de Peens, pero, fundamentalmente, recuperando un protagonismo notable a través de un reposicionamiento defensivo brillante y un inteligente planteo táctico.

Amén de que Felipe Contepomi desvió por centímetros un penal que pudo haber cambiado el destino final del intenso y deslucido test-match, el histórico triunfo italiano resultó inobjetable.

De esta forma, el tradicional intercambio de salutaciones dejó sensaciones contrastantes en la fría noche cordobesa. Mientras que las huestes de Pierre Berbizier celebraron pletóricamente la conquista de un éxito inesperado, las de Marcelo Loffreda evidenciaron huellas inequívocas de una de las actuaciones más decepcionantes que se recuerden.

Algo que, seguramente, en no mucho tiempo más, Los Pumas se encargarán de revertir.

Argentina 29

Italia 30

El segundo test-match de la gira se disputó en el estadio del Club Atlético Belgrano de Córdoba, con el referato del sudafricano Mark Lawrence.

Argentina: Rodrigo Roncero, Mario Ledesma y Omar Hasan; Pablo Bouza y Patricio Albacete; Martín Schusterman, Juan Manuel Leguizamón y Gonzalo Longo; Agustín Pichot (capitán) y Federico Todeschini (Hernán Senillosa); Federico Martin Aramburu, Felipe Contepomi, Lisandro Arbizu, José María Nuñez Piossek y Bernardo Stortoni. Coach: Marcelo Loffreda.

Italia: Andrea Lo Cicero, Carlo Festuccia y Carlos Nieto; Santiago Dellapé y Marco Bortolami (capitán); Aaron Persico, Mauro Bergamasco y Sergio Parisse; Paul Griffen y Ramiro Pez; Antonio Mannato, Andrea Masi, Gonzalo Canale, Kaine Robertson y Gert Peens. Coach: Pierre Berbizier.

Primer tiempo: 13, try de Bouza y goal de Todeschini; try de Pez y goal de Peens; 21 y 30, penales de Peens; 24 y 33, penales de Todeschini; 33, try de Parisse y goal de Peens; 39, try de Canale y goal de Peens.

Segundo tiempo: 3, penal de Todeschini; 6, try de Stortoni y goal de Todeschini; 11 y 22, penales de Todeschini; 14, penal de Peens.

Desde la culminación de la V Rugby World Cup, desarrollada en 2003 en Australia, el Seleccionado Argentino de Rugby vivencia una lógica renovación, provocada fundamentalmente por el abandono de la actividad internacional de varios referentes de la etapa precedente.

Pero, además, la calidad de la tarea desarrollada permitió la rápida irrupción de innumerables jóvenes promesas. Desde ese momento, hasta la víspera, son 20 los rugbiers que han tenido el honor de vestir la preciada casaca de Los Pumas.

A saber: Federico Martín Aramburu, Francisco Bosch, Romagnoli, Pablo Henn, Juan Fernández Lobbe, Federico Genoud, Alvaro Galindo, Castelina, Fernando Higgs, Lucio López Fleming, Pablo Gómez Cora, Santiago Artese, Gonzalo Tiesi, Augusto Petrilli, Alberto Vernet Basualdo, Nicolás Ayerza, Manuel Carizza, Miguel Avramovic, Juan Manuel Leguizamón y Agustín Creevy.