EFE
La obra Don Quijote de la Mancha sólo puede entenderse si se acepta que Miguel de Cervantes "era un kristiano muevo", afirma Moshé Shaúl en "Aki Yerushalayim", la revista de la centenaria comunidad judeoespañola de Jerusalén.
En la última edición de la revista, escrita en ladino, Shaúl comenta sobre recientes investigaciones centradas en la figura de Miguel de Cervantes, en las que se especula sobre la posibilidad de que el autor tuviera antecedentes judíos.
En el siglo XVI existía una gran tensión en España, debido a la conversión de muchos judíos para evitar la expulsión del país y las persecuciones que llevaba a cabo el tribunal de la Inquisición, dice Moshé Shaúl en un artículo titulado "Cervantes: desendiente de konversos?".
Explica que para ser aceptado socialmente había que demostrar la "pureza de su sangre", es decir no tener antecedentes judíos, por ello muchos de los conversos se dedicaban a profesiones como la medicina, el comercio o al cobro de tasas.
El hecho de que el padre de Cervantes fuese cirujano y el escritor se dedicara a cobrar tasas durante 20 años pueden ser considerados, según algunos investigadores, como signos válidos para probar su identidad conversa.
La revista recoge las tesis del profesor Leandro Rodríguez, autor de obras como "Miguel, judío de Cervantes" y "La vía de Don Quijote en Sanabria", quien afirma que el caballero refleja los sentimientos de los cristianos nuevos en esta época, sólo que lo hace de "manera velada" por "espanto de la Inkizision".
Rodríguez afirma también que el autor no nació en la localidad madrileña de Alcalá de Henares, como se creyó hasta ahora, sino que proviene de Sanabria (norte de España), donde vivieron muchos judíos, debido a los posibles apuntes biográficos y similitudes geográficas que aparecen en sus obras.
En la región de Sanabria hay "un kazal yamado Cervantes", así como otros lugares que "sus nombres son identikos kon los de algunos lugares mensionados en el livro".
Además es posible que el autor buscara ocultar su lugar de nacimiento para no revelar su pasado converso.
Según Rodríguez, "Don Quijote" es la odisea de la "djente de Sanabria", y en cada línea del Quijote hay "una Sanabria tan eskondida i olvidada komo la verdadera sinyifikasion del Ingenioso Hidalgo".
Dulcinea, según esta interpretación, sería una metáfora de la "Shehina", la presencia Divina en la religión judía, y por ello Don Quijote insiste en que las personas que encuentra en su viaje "rendan omaje a la ermozura de Dulcinea, malgrado ke no la konosen i no la vieron nunka".
Otro estudioso que sostiene esta tesis -según "Aki Yerushalayim"- es el profesor Kennteh Brown, de la Universidad de Calvary, en Canadá, quien afirma que tuvo acceso a un documento del siglo XVII que considera el Quijote como "uno de los livros de martirolojia djudia", esto es libros que describen las persecuciones de los judíos.