Con motivo de conmemorarse el 15 de junio el Día del Libro, el Departamento de Literatura de la provincia recordó la institución de la celebración, en 1908, con motivo de la entrega de premios literarios que hizo el Consejo Nacional de Mujeres.
"Cuando Sumerios y Babilonios comenzaron sus grabados en tablillas de arcilla secadas al sol no imaginaron, seguramente, los caminos que recorrerían con esta actividad", inicia una reflexión alusiva Graciela Aranda, de dicho Departamento.
"Le siguió la tecnología... El papel ingresado por los árabes comercialmente al mundo occidental. La imprenta... y hoy, la revolución multimedia y la internet son los nuevos soportes de las letras, puestas al servicio del lector. Al libro se lo puede leer o no. Se puede optar por seguirlo, criticarlo o incorporarlo. Pero lo innegable es que este apretado compendio del saber es documento histórico y geográfico. Es ruta que acompaña el paso del viajero.
Es el reflejo de pasiones y miserias. Es cultura. El libro es irreemplazable y es presencia".
"Cuando regales un libro a un amigo -niño, joven o adulto- le abrirás las puertas de un mundo maravilloso y harás que el lector se interne en el campo de la fantasía o de la ciencia".
"Cada edad tiene sus intereses. Por eso el niño antes de los cinco años prefiere los libros con imágenes, con pocas palabras, y en la quietud de su casa o salita de jardín prefiere que los mayores se los lean.
"A los siete años sigue muy interesado en la narración de cuentos y al mismo tiempo se reserva momentos para la lectura personal. Gusta de los libros sobre plantas, recetas de la familia, de cocina y animales. Comienza a hojear diccionarios y enciclopedias.
"A los doce años, es la edad para guiarlos en la lectura de periódicos, aunque su imaginación vuele con las creaciones fantásticas, con novelas de amor o biografías noveladas.
"Cuando ya es un joven recibe con ganas libros de autoayuda, descubrimientos científicos, viajes, deportes, arte, etc. Recordemos que el hábito por la lectura es imitable.
"Dediquemos un tiempo libre para leer con los chicos en familia, y si el docente lee también en la escuela con sus alumnos, seguirá viva la relación libro-lector".