De la Redacción de El Litoral
Con una convincente actuación, el Seleccionado Argentino derrotó a su par de Escocia por 39 a 7, logrando un meritorio quinto puesto en el
En cuanto al título de campeón quedó en poder de Sudáfrica, merced al triunfo logrado ante Australia por 24 a 20. La emocionante final se disputó en el estadio Malvinas Argentinas de la capital cuyana, ante unos 28.000 espectadores, con el referato del francés Christophe Berdos. Tuvo un trámite impregnado de intensidad y equilibrio, en el que los sudafricanos lograron prevalecer en los momentos determinantes.
Por su parte, en el restante match cumplido en ese ámbito, Nueva Zelanda (bicampeón mundial de la categoría) derrotó a Francia por 47 a 21, debiéndose conformar con el tercer puesto final.
Además, Inglaterra se ubicó en el séptimo lugar al derrotar a Gales por un expresivo 57 a 32. Por su parte, Irlanda fue noveno, tras superar a Samoa por 34 a 17; mientras que Canadá quedó undécimo, tras hacer lo propio con Italia por 33 a 30.
Como digno corolario de un certamen organizado y desarrollado en forma impecable, Argentina se lució ante los escoceses y con el quinto puesto alcanzado, mejoró su última participación en la competición de la International Rugby Board.
Ante más de 4.000 espectadores que colmaron las instalaciones del Mendoza Rugby Club, el conjunto albiceleste fue notoriamente superior a los europeos, estableciendo diferencias nítidas desde el mismísimo arranque.
Tras un parcial favorable por 20 a 0, la supremacía argentina se prolongó en el complemento, permitiendo que los coaches Eduardo Fernández Gil y Eduardo Viazzo implementaran numerosas variantes, que no resintieron el rendimiento.
El match fue refereado por el australiano Paul Marks y las alineaciones fueron las siguientes.
Luca; Michael Adamson (Scott Wright) y Alasdhair McFarlane; John Beattie, Neil Cochrane (capitán) y Colin White (Scott Forrest); Ian Nimmo (Eddie James) y Sean Tomes; Moray
Low, Ross Ford y Stuart Fenwick (Stuart Corsar).
El párrafo final debe direccionarse hacia la enorme satisfacción provocada por la presencia de dos santafesinos en el plantel argentino que obtuvo la quinta ubicación final.
Uno de ellos, Pablo Mollerach, se dio el gusto de jugar su segundo Mundial, ya que había tenido el honor de disputar el de Menores de 19 años, dos temporadas atrás, vistiendo la casaca de Los Pumitas.
El otro, Nicolás Bruzzone -medio scrum del Club Universitario- accedió a su primera competición ecuménica; tras haberse consagrado campeón sudamericano M21 (al igual que Pablo), en el certamen de la categoría cumplido en Asunción del Paraguay.