Cartas a la dirección

Lucha en la Patagonia

Señores directores: En los comienzos de la segunda década del siglo XX, las condiciones de trabajo y de vida de los peones rurales en la Patagonia argentina eran insostenibles, y comenzaban los intentos de organizarse para reclamar el derecho a un trato más humano.

A pesar de la adversidad en esas inhóspitas y gélidas tierras, se fueron gestando las huelgas patagónicas, las cuales fueron interrumpidas en virtud de un acuerdo laboral suscripto por ambas partes, donde los patrones les prometían a los trabajadores cosas tan elementales como un paquete de velas para alumbrarse, un botiquín de auxilio con instrucciones en castellano (antes estaban en inglés), eliminar el hacinamiento en las viviendas, un lavatorio para poder higienizarse después de la jornada laboral, dar prioridad a los trabajadores con familia fomentando así el aumento de la población y engrandecimiento del país, y otras pequeñas exigencias de este estilo.

Este reclamo fue profundamente resistido e incumplido por los patrones de la época, que disponían a su favor de toda la estructura del poder, es decir: influencias políticas, medios de comunicación, policía, etcétera, lo que hizo recrudecer las huelgas.

Ante tal situación, el gobierno nacional, influenciado por las presiones del momento, decidió enviar las tropas del ejército, al mando del teniente coronel Varela, con la orden de terminar con las huelgas a cualquier precio, lo que provocó una de las más feroces y sangrientas represiones de la historia, costando la vida a más de 1.500 trabajadores rurales brutalmente asesinados. Luego, un anarquista se vengó matando a Varela en plena calle de Buenos Aires. Lo apresaron y lo mataron en la cárcel.

Uno de los más grandes personajes, víctima de esta barbarie, fue un heroico gaucho oriundo de Entre Ríos, llamado José Font, al que todos conocían con el apodo de Facón Grande. Este hombre extraordinario, respetado por todos, por su educación y hombría de bien, con naturales condiciones de líder y gran coraje, encabezó las luchas por la dignidad en el norte santacruceño.

Facón Grande logró conquistas y sumó adhesiones a la justa causa de los trabajadores, pero fue cobardemente traicionado y fusilado junto a 200 compañeros, en la localidad de Jaramillo, provincia de Santa Cruz.

Hoy, el Sindicato de Trabajadores Rurales reivindica la lucha de Facón Grande como un auténtico antecedente histórico de nuestra organización gremial, levantando sus banderas de ayer y de hoy por la dignificación del trabajador rural y su familia.

Martín Molinas

L.E. 3.335.529. Ciudad.

íOh!

Mi buen Jesús, / alma pura en tu razón, / �qué corona recibiste?// íLa mejor!// íLa de ser hijo de Dios!// Para este gran cargo, / el primero y único en el mundo.// Como hombre sufriste, / y la corona que hablo entonces, / se transformó en corona de espinas; / sangrando tu cabeza de sangre pura y virginal.// Yo aun viviendo en este mundo / lloro tu dolor, / porque no era el mundo soñado por ti.// Y aprovecho esta ocasión para limpiar mi / corazón de impurezas y así a tu lado / me pueda presentar, / ícon alma de bondad y mirar tus ojos / que reflejan piedad!

Publio Benuzzi

Ciudad.