Un joven de aspecto asiático fue muerto hoy a tiros por la policía en una estación de subte de Londres, un día después de que la capital británica sufriera una segunda ola de atentados en dos semanas, otra vez reivindicados por la red Al Qaeda, informó la policía británica.
"Podemos confirmar que poco después de las 10 de la mañana, oficiales dispararon y mataron a un hombre en la estación Stockwell del subterráneo", dijo un vocero de la Policía Metropolitana (Scotland Yard), citado por la cadena BBC.
Una fuente policial no identificada dijo a la cadena de noticias británica ITV que el hombre muerto era "uno de los autores de los ataques de ayer" contra tres subtes y un ómnibus de Londres, pero la información no fue confirmada oficialmente.
La policía dijo que los cuatro hombres que perpetraron los atentados de ayer huyeron luego de que sus detonadores fallaron, causando pequeñas explosiones, y no accionaron las bombas. "Yo estaba sentado en el subte leyendo mi diario", dijo un testigo, Mark Whitby, a la BBC.
"Escuché un ruido fuerte, gente que decía ísalgan, bajen!", prosiguió. "Vi a un joven asiático correr hacia el tren perseguido por tres policías de uniforme regular", señaló Whitby, quien agregó que el hombre no llevaba mochila pero "se veía fuera de lugar", pues vestía un abrigo de invierno cuando en Londres es verano.
"Uno de ellos llevaba una pistola negra que parecía una automática. Lo tiraron al piso, se amontonaron sobre él y le descargaron cinco tiros", relató Whitby.
La estación de Stockwell, ubicada en el sur de Londres, y toda la línea Northern, a la que pertenece, fueron evacuadas y cerradas por la policía, que además acordonó una zona de 200 metros en torno al lugar. Varias ambulancias y un helicóptero médico fueron enviados a la estación.
El episodio ocurre un día después de que cuatro explosiones de bajo poder se registraron en tres subtes y un colectivo de dos pisos de Londres, sin provocar víctimas fatales, en una repetición escalofriante aunque menos letal de los atentados contra esos mismos medios del 7 de julio pasado, que dejaron 56 muertos.
La red fundamentalista Al Qaeda, que había reivindicado los ataques del 7-J, reivindicó hoy también los atentados de ayer.
"Nuestro ataque en el corazón de la capital infiel británica no es otra cosa que un mensaje a todos los gobiernos europeos de que no nos detendrán hasta que las tropas infieles dejen Irak", dijo un comunicado publicado en Internet y firmado por las Brigadas Abu Hafs Al Masri de la red Al Qaeda.
"Esta es una advertencia a todos los que siguen la política del presidente de la América (Estados Unidos) infiel", agrega el texto, en alusión al presidente norteamericano, George W. Bush.
Las Brigadas Abu Hafs Al Masri -División de Europa, que llevan el nombre de un jefe de la red de Osama Ben Laden muerto en la guerra de Afganistán en 2001-, ya reivindicaron los atentados en Londres del 7 de julio, que dejaron 56 muertos, en un comunicado difundido también por Internet.
En los atentados del 7 de julio el grupo amenazó con intensificar los ataques "en los próximos días".
"Anunciamos que los próximos días estarán marcados por las mayores manifestaciones de la Yihad (guerra santa) contra los que declararon la guerra al Islam y a los musulmanes", se podía leer en el texto.
"No nos calmaremos hasta que la seguridad sea una realidad en tierra del Islam y para los musulmanes en Irak, Afganistán y Palestina", advirtió el grupo, retomando unas palabras atribuidas a Osama Ben Laden.
"El comienzo fue en Madrid y Estambul. Hoy es Londres y mañana los muyahidines volverán a expresarse", advirtieron las Brigadas Abú Hafs al Masri.
Al Qaeda amenazó el pasado 16 de julio a los países europeos que tienen tropas en Irak con una guerra sangrienta si en un plazo de un mes no retiran a sus soldados del país.
"Este mensaje es el último que enviamos a los Estados europeos. Les damos un plazo de un mes para hacer salir a sus soldados de la tierra de Mesopotamia (Irak)", afirmaba el comunicado.
Pasado este plazo, que expira en principio el 15 de agosto, "no habrá más mensajes, sino acciones y palabras que quedarán marcadas en el corazón de Europa", agregaba el texto.
La Policía británica difundió hoy imágenes de cuatro hombres sospechosos de intentar hacer estallar este jueves otros tantos artefactos en tres estaciones de metro y un autobús de Londres. En una rueda de prensa, el subcomisario de Scotland Yard, Andy Hayman, reveló también que los artefactos que explotaron parcialmente el jueves eran "de fabricación casera" y estaban guardados en "bolsas o mochilas oscuras".
La primera de las imágenes de los cuatros sospechosos muestra a un hombre que viste una camiseta en la que se lee en letras grandes "New York" y que corre por un pasillo de la estación de Oval, en el sur de Londres, donde ocurrió una de las explosiones.
Otro individuo, que lleva barba, perilla y un gorro, aparece en la parte superior del autobús objeto de otra de las deflagraciones.
El tercer individuo porta una mochila y una gorra con visera, y su imagen fue tomada en la estación de Shepherd's Bush, en el oeste de la capital, donde también estalló parcialmente un artefacto.
El cuatro sospechoso es un hombre de tez morena cuya imagen captó una cámara de seguridad en Warren Street, otra de las estaciones del metro atacadas el jueves.
La casa donde vivía uno de los autores de los atentados del 7 de julio pasado en Londres fue incendiada hoy por desconocidos que arrojaron bombas molotov contra la vivienda, informó la policía británica.
El área lindante a la vivienda del hombre -un británico nacido en Jamaica y llamado Lindsay Jamal-, ubicada en la calle Northern Road, en la localidad de Buckinghamshire, al norte de Inglaterra, debió ser acordonada por la policía.
La esposa de Jamal, Samantha Lewthwaite, no se encontraba en la vivienda en el momento de los ataques, dijo la policía.
Los efectivos policiales informaron que varias personas arrojaron al menos dos bombas caseras contra la vivienda, y que los vecinos fueron evacuados mientras era contenido el incendio.
Lindsay, de 19 años, se inmoló el 7 de julio pasado en la línea Piccadilly del metro londinense, matando con él a 26 personas, en una serie de atentados al subte de Londres y un micro, que causaron 56 muertos y 700 heridos.
La semana pasada, la policía pidió "calma" y evitar cualquier tipo de ataque "revanchista" contra la población musulmana del país, que sin embargo denunció en los últimos días al menos 500 ataques vandálicos, racistas o sectarios.
AFP/EFE/Télam