Las costumbres ancestrales se mantienen entre sus descendientes

Los mayas, hombres de sangre y maíz

Retrato de piedra de un noble maya de más de dos mil años de antigüedad, expuesto recientemente en una muestra en Nueva York. Foto: Archivo El Litoral. 

Constituyeron el grupo aborigen más numeroso e importante asentado en territorio americano y desarrollaron una cultura que todavía sorprende por su complejidad y refinamiento. Su decadencia comenzó con la conquista española.

Los mayas fueron un extenso grupo uniforme, conformado por 28 etnias con diferentes lenguas, costumbres y trayectoria histórica. Todas compartían determinadas características físicas (rasgos mongoles), lingüísticas y culturales, que hicieron que se consolidaran como un solo pueblo.

La evolución en el sitio de su lenguaje implica que los mayas eran los habitantes originales permanentes de esta región y da a entender que los dos millones de mayas que viven actualmente comparten probablemente una muy antigua raíz genética común.

Crearon en la parte central del continente americano una extraordinaria cultura, que surgió, se engrandeció y declinó a lo largo de más de tres milenios, desde la fundación de los primeros poblados, hacia 1800 antes de Cristo, hasta el sometimiento gradual a la monarquía española, que se dio de 1524 a 1697 después de Cristo. La base del pensamiento maya se erigió en la armonía: creatividad y receptividad, cielo y tierra, vida y muerte, día y noche, masculino y femenino, bien y mal.

Se asentaron en un territorio continuo de casi 400.000 km2, que abarcaba los actuales estados mexicanos de Yucatán, Campeche, Quintana Roo y partes de Tabasco y Chiapas, así como los países centroamericanos de Guatemala y Belice, y porciones occidentales de Honduras y El Salvador.

Organización política

Los mayas primitivos se agrupaban en pequeños caseríos, distantes unos de otros. Posteriormente fueron erigidos algunos centros ceremoniales. La vida de estos primeros habitantes del área maya dependía enteramente de los elementos naturales y del cultivo y recolección de sus cosechas.

Con la vida sedentaria y la práctica contínua de la agricultura primitiva, surgió lo que al principio fue el culto sencillo de la naturaleza y de los elementos ligados a la siembra, tales como el sol, la lluvia, el viento, las montañas, el agua, etc.

Habría que imaginar que las sencillas ceremonias eran oficiadas y dirigidas por el jefe de la familia.

Posteriormente, con la tecnificación incipiente de la agricultura, la práctica religiosa fue organizada en forma más compleja y surgieron los primeros sacerdotes profesionales.

Los sacerdotes se convirtieron en los depositarios de la ciencia y adquirieron un poder político creciente, que los transformó en una casta dominante. A ellos se debió el perfeccionamiento del calendario, la cronología y la escritura jeroglífica.

En el siglo IV de nuestra era, la cultura maya se había establecido sólidamente en el norte y en el centro del Petén. La religión maya se había convertido en un culto sumamente desarrollado y complejo.

Sociedad y cultura

A medida que la agricultura se hace más compleja, creándose sistemas de riego e incluyendo el cultivo de productos comerciales, como el cacao y el algodón, aumenta la población y empiezan a surgir centros ceremoniales, asimismo, se consolida la jerarquización de las clases sociales, que resulta de la división del trabajo.

En los centros ceremoniales y ciudades, que se multiplican durante la época clásica y cuyo gobierno fue de tipo teocrático, habitaba la clase dirigente, ocupada en funciones intelectuales, como la planeación socioeconómica, la proyección de obras públicas, la organización política, la creación de conocimientos científicos. Los especialistas (constructores, artistas y artesanos), así como los sirvientes, residían también en las ciudades, mientras que los campesinos, habitaban cerca de las siembras. También se realizó comercio a gran escala, constituyéndose los comerciantes en otro grupo social.

Bajo ellos, estaba el pueblo, los hombres sin grandeza o Ah chembal uinicoob (hombres inferiores), quienes se dedicaban a la construcción, a las artes, artesanías y a labrar la tierra.

También existieron esclavos (pentacoob), que eran delincuentes, prisioneros de guerra, huérfanos e hijos de esclavos; pero ellos no fueron numerosos ni jugaron un papel importante en la sociedad.

Los mayas desarrollaron el sistema de escritura más completo de todos los pueblos indígenas americanos. Con él escribieron todo tipo de textos.

Crearon un calendario muy preciso, con un año de 365 días. El año solar (haab) tenía 18 meses de 20 días cada uno y otro más de sólo cinco días.

En matemáticas rayaban con la brillantez. Utilizaban un sistema de numeración vigesimal posicional. También tenían un signo para representar el cero, y así poder realizar operaciones matemáticas complejas.

El juego ritual de pelota

El juego de pelota representa entre las civilizaciones prehispánicas un importante rito, como lo demuestran las canchas situadas en centros ceremoniales.

El significado simbólico-religioso del juego es la lucha de contrarios cósmicos que hace posible la existencia. A veces simboliza la lucha del Sol contra la Luna o a veces la lucha entre los dioses del inframundo y los dioses celestes.

El juego se acompañaba de ritos de decapitación (tal vez prisioneros de guerra) que buscaban propiciar la fertilidad; la cabeza simboliza el astro o una mazorca de maíz, y en el juego está representado por la pelota.

La forma más común de jugar era integrando los dos equipos, cada uno de los cuales jugaba en una mitad de la cancha; realizar el servicio con la mano, desde el fondo de la cancha, e impulsar la pelota con la cadera. Sólo se permitía un bote y se marcaba un tanto cuando los contrincantes no contestaban el saque y la pelota golpeaba contra los muros del fondo de la cancha, o bien si pegaba en los marcadores. Pasar la pelota a través de los anillos constituía una marca extraordinaria pues rara vez se lograba.

La caída del imperio

Cuando el español Hernández de Córdoba descubrió la Península de Yucatán en 1517, la civilización maya era sólo la sombra de la gloria anterior.

Nadie sabe realmente por qué fueron abandonados los centros ceremoniales en Chiapas y Guatemala, pero los estudiosos en la materia sostienen la teoría de que los mismos mayas tuvieron algo ver con su caída. Sin duda la presencia de invasores como los toltecas y posteriormente los guerreros itzáes, jugaron un papel importante en la decadencia de la civilización maya. Nuevas culturas fueron adoptando el enfoque arquitectónico y religioso. La guerra inevitablemente estalló entre grupos rivales. Las tensiones entre la población también tuvieron que ver en la caída de la civilización maya. Conforme fue creciendo la población también creció la presión sobre los campesinos. En el sur de Yucatán, por ejemplo, se estima que había literalmente cientos de personas por kilómetro cuadrado que dependían de la tierra para su sustento.

La sequía, el fracaso de la cosecha, las enfermedades, la discordia por la diferencia de clases cada vez mayor entre la elite y campesinos, fueron también factores que contribuyeron a la caída. No obstante, los mayas y sus descendientes no fueron gente que se rendía fácilmente. El primer ataque por parte de los españoles fue en 1519, pero hasta 1546 no conquistaron la mayor parte de la península. Aún después de la conquista, los mayas se siguieron resistiendo el dominio español.

Su última fortaleza fue Tayasal, a orillas del Lago Petén Itzá, en profundidades de la selva Guatemalteca. Aunque Tayasal cayó en 1697, hubo revueltas en Yucatán y Chiapas durante todo el período. La Guerra de Castas que estalló después dejó a miles de personas sin hogar y dio como resultado la destrucción de grandes áreas de tierra. Después los mayas se refugiaron en las selvas de Quintana Roo de donde sostuvieron una especie de guerrilla que duraría 50 años.

Los mayas actuales

Conforman el grupo más importante de indios americanos al norte de Perú. En la actualidad existen unos dos millones de mayas, que viven en las mismas zonas de México, Guatemala, Belice y las lindes occidentales de Honduras y El Salvador, donde moraron sus antepasados durante el apogeo de su civilización. A pesar de los cambios que han experimentado las civilizaciones, los mayas han mantenido su identidad cultural. Incluso sus rasgos físicos difieren muy poco de los de las imágenes talladas en las paredes de los templos.

Creo que esta civilización tiene muchos secretos que contar, su tiempo aún no ha llegado.

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