Nuevo capítulo de la revolución informática
Japón anunció hoy una supercomputadora
El gobierno japonés anticipó que revolucionará el mundo de la informática de aquí a cinco años con una supercomputadora que tendrá una velocidad 76 veces mayor que la máquina más rápida que existe hoy.

De acuerdo con el Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología de Japón, la computadora más rápida del planeta trabajará a una velocidad máxima de diez petaflops, es decir a diez mil billones de operaciones de punto flotante por segundo.

Éstas son operaciones que se emplean para hacer cálculos numéricos de forma más rápida y en ellas la localización del punto decimal se almacena separadamente en una unidad llamada "exponente".

El flop es una medida del rendimiento de las computadoras y equivale a una operación de punto flotante por segundo.

En estos momentos, la computadora más rápida es la estadounidense Blue Gene/L, desarrollada por IBM y el gobierno norteamericano, que tiene una velocidad máxima de 136,8 teraflops.

Un petaflop equivale a un millar de teraflops (cada uno de los cuales representa un billón de operaciones de punto flotante por segundo), de ahí que la computadora que pretenden diseñar los científicos japoneses exceda cualquier término comparativo con las capacidades que existen actualmente.

Estas computadoras hiperveloces son necesarias para simular experimentos que son casi imposibles de llevar a cabo en la vida real o que requieren de demasiado tiempo para su conclusión.

Primeras utilidades

Los investigadores nipones que preparan este "Gran Hermano" de las computadoras señalan que podrá ser empleada para simular experimentos de nuevos medicamentos y estudiar sobre modelos virtuales la formación y evolución de las galaxias.

En el caso de Japón y del este de Asia, su utilidad puede ser muy grande, puesto que con tal capacidad y rapidez de análisis se puede determinar con gran exactitud la trayectoria posible de los tifones y tormentas tropicales que anualmente causan terribles destrozos y pérdidas humanas en el Pacífico Occidental.

También se pueden estudiar las temperaturas oceánicas y los movimientos de la corteza terrestre con el fin de predecir posibles catástrofes naturales, como por ejemplo los tsunamis u olas gigantes provocadas por terremotos.

El maremoto ocurrido el pasado diciembre en Sumatra, que dejó centenares de miles de víctimas y damnificados por toda la cuenca del océano Indico, fue una de las razones por las cuales Japón decidió acelerar sus investigaciones para desarrollar un mecanismo capaz de interpretar la ira de la corteza terrestre a tiempo.

Alta inversión

El gobierno nipón no quiere escatimar en gastos para llevar a cabo entre 2006 y 2010 este proyecto, cuyo costo previsto podría alcanzar los 100.000 millones de yenes (unos 900 millones de dólares) Estados Unidos también planea construir una supercomputadora hacia el año 2010; según los expertos, esta rivalidad tecnológica, como ya ocurrió en el pasado, permitirá si cabe adelantar más las investigaciones y avanzar hacia cotas más altas de inteligencia artificial.

La carrera será muy ardua, pero Japón cuenta con la ventaja psicológica del deseo de revancha de sus científicos, que han sido actualmente dejados en una honrosa pero insuficiente cuarta plaza en lo que se refiere al desarrollo de computadoras omnipotentes.

Con un rendimiento de 35,9 teraflops, el computador nipón Earth Simulator, fue el artefacto informático más rápido hasta septiembre de 2004, cuando fue superado por los inventos norteamericanos en el sector.

Según las estadísticas de junio pasado, actualmente el Earth Simulator está por detrás, no sólo del Blue Gene/L, sino también de los sistemas estadounidenses Columbia y BGW.

Blue Gene/L es usada para la recreación de modelos climáticos y predicciones del tiempo, y puede reproducir huracanes a un costo no muy elevado gracias a su operatividad con el programa Linux.

Esta computadora está compuesta por 130.000 microprocesadores de nueva generación de IBM.

El Earth Simulator japonés, capaz de hacer más operaciones matemáticas por segundo que estrellas tiene nuestra galaxia, costó al erario nipón unos 350 millones de dólares, es decir poco más de la tercera parte del precio del nuevo proyecto.

A pesar de los esfuerzos de Japón por convertirse en el pionero del desarrollo de supercomputadoras, los norteamericanos están empeñados en emplear todos sus recursos para ganar esta carrera.

Así, a la cabeza de la investigación de computadoras con velocidades increíbles, aparecen la Agencia de Investigación para Proyectos Avanzados de Defensa (Darpa), la Agencia de Seguridad nacional, la Nasa y el Departamento de Energía de Estados Unidos, con presupuestos multimillonarios que no desmerecen de los nipones.

Es la Darpa, con el Pentágono detrás, la que encabeza en EE.UU. este interés por las supercomputadoras y la que pondrá más difíciles las cosas al proyecto japonés gracias a las múltiples aplicaciones militares, que atraen, precisamente, las inversiones más jugosas.

Juan Antonio Sanz (EFE)