Los sospechosos tienen 12, 16 y 17 años de edad

Matan a palazos en su casa a dos ancianos para robarles


El crimen se dio en un contexto de miseria extrema, en la zona noroeste de Rosario. Uno de los menores detenidos es analfabeto y lo encontraron en un rancho donde vivía solo.

Rosario (C).-El barrio Nuevo Alberdi Oeste es una franja de casas precarias y achaparradas, un vecindario habitado por personas de futuro negado, arrasado por la miseria. En una vivienda de dos ambientes levantada con ladrillos sin revocar ayer a la mañana fue encontrada una pareja de ancianos brutalmente asesinada. Estaban tendidos en una cama, con sus cuellos atravesados a puntazos y hematomas provocados por la descarga de golpes con un garrote. Los testimonios de vecinos llevaron a la policía hacia dos chicos que fueron detenidos por el doble homicidio en apariencia motivado por el robo. Uno tiene 16 años y el otro 12. Hay un tercer muchacho, de 17 años, que está prófugo.

La situación del menor de 12 años es una pintura del desamparo. La policía lo encontró acurrucado en un rancho de piso de tierra donde vive solo, ya que sus padres están hospitalizados. Es analfabeto, de físico muy menudo, bajito para su edad. Según la policía, contó con lujo de detalles cómo junto a dos chicos mayores que él habían entrado a la casa tras saltar un tapial. Una vez allí, sus dos acompañantes atacaron a los ancianos con una rama de árbol de un metro y medio de longitud y un cuchillo hasta causarles la muerte.

150 pesos

Las víctimas del arrebato son Miguel Martino, de 81 años, y su esposa María Rosa Sánchez, de 76, atacados en su casa de Luzuriaga 2600. Ambos presentaban fuertes golpes en la cabeza y heridas de arma blanca de las que brotó mucha sangre. La mujer estaba desnuda de la cintura abajo, lo que generó suspicacias que fueron desterradas por la autopsia, que no encontró ningún vestigio de ataque sexual.

Los ancianos cobraban 150 pesos de una pensión y se presume que les robaron ese ingreso o una parte. Según los vecinos, ambos eran blanco constante de pillaje de chicos del barrio. Adentro de la casa precaria había cosas revueltas. La policía encontró allí un cuchillo de cocina de tipo dentado de 20 centímetros de hoja utilizado para los ataques.

Sobre las 10.30 de ayer algunos vecinos, que no habían visto salir a los ancianos, se preocuparon y llegaron hasta la casa. Tras descubrir el cuadro llamaron a la policía.

Las sospechas

En el lugar surgieron voces que orientaron hacia los responsables del hecho. Primero llegaron hasta el pequeño de 12 años, que vive tres casas al sur de las víctimas. Luego a otro adolescente, de 16, cuya casa está a una cuadra y media. Este chico negó estar involucrado en el hecho.

El más chiquito estaba en una situación desesperante: solo, sin comida y desharrapado. Ayer durmió en la Jefatura de Policía y esta mañana lo debía recibir en Tribunales el juez de Menores Nº 1, Jorge Zaldarriaga, para tomarle declaración. Según averiguó la policía, los padres del chico son indigentes que están en el Hospital Clemente Alvarez: la madre por un accidente cerebrovascular y el padre con una afección en una pierna. Los oficiales de la Brigada de Homicidios ubicaron a un hermano de unos 20 años del pequeño que se dedica al cirujeo y no vive con él. El chico demorado carga un presente de constante olvido y es emergente, por este caso, de una situación de absoluta desprotección que lo excede. "Desde muy chicos en este barrio los jóvenes aspiran pegamento, asaltan a la gente, se meten en las casas. Este lugar es un desastre y como tenemos la desgracia de vivir acá nadie nos ayuda: vivimos denunciando que nos roban, pero la policía no nos escucha y no se mete", bramaba una vecina.

Abandono

Uno de los referentes del barrio Nuevo Alberdi es el sacerdote Daniel Siñeriz. "Estamos asistiendo a las consecuencias del abandono del Estado a la población. La mayoría en el barrio es gente laburante: se ven carritos, caballitos para cirujear por todos lados, gente que trabaja en la construcción. Gente que la pelea. Pero hay horarios en los que no se puede uno mover con tranquilidad producto de que a muchos le falta lo elemental", agregó. Este ancianito que mataron hizo varias denuncias de robo que ni siquiera fueron registradas. Si sienten que son descuidados, los vecinos se arman y anuncian que cuando tengan un problema van a tirar", remarcó.