El juez admitió que no sabe si la chica está viva o muerta
A un año de la desaparición de la joven Fernanda Aguirre
El viernes la policía inspeccionó algunos aljibes con resultado negativo. Foto: Danilo Chiapello. 

El magistrado dijo que necesita un "golpe de suerte" para poder esclarecer el caso.

Paraná (Télam).-El juez de Paraná que investiga el secuestro de Fernanda Aguirre admitió que a un año del hecho no sabe si la joven está viva o muerta y dijo que le falta "un golpe de suerte" que le permita unir las evidencias que hay en la causa y esclarecer lo sucedido.

Ahora el magistrado, Héctor Toloy, quien tomó la causa tras declararse la incompetencia de la Justicia Federal, admitió desconocer el destino de la joven secuestrada el 25 de julio de 2004 en la localidad de San Benito, cuando tenía 13 años.

¿Viva o muerta?

"No hay ningún elemento que lleve a alguna de las dos conclusiones posibles: que esté con vida o no. En la causa no hemos llegado a determinar con precisión qué es lo que pasó con Fernanda tras su secuestro, eso quiere decir que la chica puede estar viva o no", expresó el juez.

Según Toloy, se está "cerca de todo", aunque dijo que apela a un "golpe de suerte" para aclarar debidamente lo ocurrido.

El último dato aportado a la causa fue descartado ayer luego de que la policía y peritos confirmaran que el cuerpo de Fernanda no estaba en un aljibe señalado el viernes último por un hombre a la televisión local.

Una detenida

El magistrado manifestó que aguarda aún algunos peritajes ordenados en el marco de la causa, en la que sólo hay una persona detenida, Mirta Chávez, sindicada como la autora de las llamadas extorsivas realizadas a la familia de Fernanda para que pagara un rescate de dos mil pesos.

Chávez es la viuda de Miguel Angel Lencina, un delincuente condenado por dos crímenes, al que se le atribuye el secuestro de la chica con fines sexuales, y que murió ahorcado en agosto pasado cuando estaba detenido en una seccional entrerriana por el hecho.

Mensaje en madera

El magistrado explicó que uno de los estudios pendientes es el de un mensaje que pudo haber sido escrito por Fernanda en un trozo de madera encontrado en el partido bonaerense de Morón en enero último, pero recién llegó a manos del fiscal hace pocos días.

Esa evidencia, dijo Toloy, fue enviada a cotejar con cuadernos escritos por Fernanda, que están en poder de peritos del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos (STJ).

El magistrado dijo que ese mensaje es de difícil estudio, ya que la estructura de madera donde fue escrito no permite analizar algunas precisiones caligráficas.

El juez también espera para los próximos días el resultado del estudio realizado a cabellos hallados en el auto de un familiar de la esposa de Raúl Monzón, un primo de Lencina que estuvo detenido en la causa y que actualmente está libre con falta de mérito.

Esos cabellos, según Toloy, "son morfológicamente iguales a los de Fernanda, es decir, que la cutícula, el grosor y el color son iguales a los que proporcionó la madre de la chica", por lo que se enviaron a peritar al laboratorio del Servicio de Huellas Digitales y Genéticas de la Facultad de Bioquímica y Farmacia de la Universidad de Buenos Aires (UBA), a cargo de Daniel Corach.

Teléfono al rojo

Finalmente, el magistrado se refirió al análisis de 75.125 llamadas telefónicas realizado por la Unidad Especial para la Investigación del Crimen Organizado de la Policía bonaerense, que aún trabaja en su entrecruzamiento.

"No vamos a dejar ninguna llamada ni dato sin verificar", dijo Toloy, al tiempo que aseguró que trabaja intensamente para esclarecer lo sucedido con Fernanda y muestra de ello, aseguró, son los tres cuerpos de expediente en los que consta la búsqueda de la chica, al que se suman varios más que elaboró la Justicia Federal, inicialmente a cargo de la causa.

Fernanda Aguirre fue secuestrada cerca de las 16 del 25 de julio del año pasado, cuando caminaba desde el puesto de flores de sus padres -cerca del cementerio de San Benito- a su casa, en momentos en que las calles estaban vacías porque, además de ser domingo, se jugaba un partido de fútbol entre Argentina y Brasil.

A horas de su captura, sus padres recibieron llamados en los que pidieron 2.000 pesos a cambio de la liberación de la joven, lo que nunca sucedió a pesar de que la familia entregó el rescate.

El sospechoso

Desde el inicio de la pesquisa, Lencina fue el principal sospechoso del hecho, ya que un sobrino suyo se quebró y lo acusó de haber atrapado a la chica en la calle para hacerlo tener a él su debut sexual en una tapera situada a pocos metros de su casa.

El delincuente fue detenido a poco del secuestro de Fernanda, aunque en los primeros días de agosto fue encontrado ahorcado con una frazada en la celda que ocupaba en la seccional quinta de Paraná, en lo que la Justicia consideró un suicidio.

Su esposa, Chávez, fue detenida por el secuestro y, a pesar de que declaró muchas veces como imputada ante la Justicia, jamás reveló el paradero de Fernanda.

No obstante, aseguró que la joven está muerta, ya que supo por su marido que había sido atada a un árbol y que murió estrangulada cuando intentó zafarse de las ataduras.

Para los pesquisas, el hecho de no haber encontrado el cadáver no permite descartar que la joven esté viva y creen que, de ser así, puede estar en manos de una banda dedicada a la trata de blancas que la cambia permanentemente de lugar.

La desaparición de Fernanda generó en su momento gran conmoción en la sociedad, especialmente la entrerriana, por lo que el propio gobernador Jorge Busti siguió inicialmente de cerca los pasos de la pesquisa, no obstante lo cual nunca pudo avanzarse demasiado.

"Fue tirada a un pozo"

Paraná (Télam).-Un hombre que pidió mantener en reserva su identidad afirmó que Fernanda Aguirre fue arrojada al interior de un pozo de agua situado a unos 40 metros de la casa donde vivía Miguel Angel Lencina, el sindicado autor del secuestro de la adolescente que terminó ahorcado en prisión.

No obstante, en un rastrillaje ordenado por el juez de instrucción de Paraná a cargo de la investigación, Héctor Toloy, la policía no halló ayer en el lugar indicado ningún rastro de la chica.

De espaldas a las cámaras y con la cabeza tapada por una gorra y una bufanda, el testigo brindó precisiones en la noche del viernes último a Canal 11 de esta ciudad, sobre el lugar donde dijo podrían estar los restos de la joven.

"Los datos que me han llegado desde el entorno de la familia Lencina y de gente que no quiere dar la cara por temor, me han asegurado que el cuerpo de Fernanda se encuentra a 30 ó 40 metros de la casa de los Lencina", dijo el hombre.

El testigo reveló que en ese lugar "hay pozos por los que la policía pasó por arriba sin darse cuenta o que no quisieron revisar".

Afirmó que esos pozos, utilizados antiguamente por los quinteros para el riego de sus cultivos, "están tapados con tierra y chapas" y que "hay uno que no es visible porque está cubierto por un árbol".

Según el testigo, en varios de esos pozos "los policías han pasado por arriba y no se dieron cuenta o no quisieron revisar".

El hombre admitió que reservaba su identidad por miedo a las represalias que podría recibir de parte del clan Lencina, otro de cuyos integrantes, Claudio, se encuentra purgando una pena de 20 años por la muerte del técnico naviero Alberto Koltunoff en 2002, quien apareció semienterrado a metros del patio de la casa donde "El Jorobado" tomaba mate con sus familiares.

Lo llamativo de la declaración de este testigo es que coincide con lo afirmado en sede judicial por Mirta Chávez, la mujer de Lencina, quien dijo que cuando visitaba a su marido en la cárcel, éste le dijo que los policías "eran unos inútiles" porque durante los rastrillajes en busca de Fernanda habían pasado por arriba de ella sin darse cuenta de que estaba allí.

Lencina se ahorcó en una celda de la comisaría quinta de la capital entrerriana pocos días después de ser acusado del secuestro, llevándose a la tumba el secreto de lo ocurrido con la adolescente.

Desconfianza

María Inés Cabrol, la madre de Fernanda Aguirre, cuestionó hoy la lentitud de los investigadores para resolver el caso, dijo que ya no sabe en quién confiar y aseguró que está dispuesta a pagar lo que sea para recobrar a su hija. Al cumplirse el primer aniversario de la desaparición de Fernanda, su madre expresó sentirse "muy mal" y estar desconcertada por no saber en quién confiar y en quién creer. Con lágrimas en los ojos, la mujer dijo que alberga esperanzas de que su hija esté viva, aunque se quiebra al pensar que no existe nada en la causa a esta altura de la investigación.