Los efectos del huracán en EE.UU.

Los sobrevivientes regresaron a la devastada Nueva Orleans

Buscando a sus parientes. Miles de norteamericanos residentes en la zona afectada por el huracán Katrina seguían sin hallar a sus familiares, luego de la tragedia. Foto: AGENCIA EFE. 

Grupos de damnificados han comenzado a regresar a Nueva Orleans para ver lo que quedó de sus hogares tras el devastador paso del huracán Katrina.

AFP-EFE

Las autoridades de Nueva Orleans se preparan este martes para recibir una nueva oleada de residentes que aprovechando una autorización para volver a sus casas durante el día, retornan a la ciudad en ruinas con la intención de quedarse, a pesar de que equipos de socorro continúan buscando cuerpos.

Miles de ansiosos habitantes retornaron a la ciudad ayer, creando un embotellamiento de varios kilómetros sobre la única ruta en la que se podía circular, después de que un alto funcionario local indicara que era posible retornar provisoriamente para inspeccionar lo que queda de sus viviendas, luego del devastador paso del huracán Katrina por Louisiana, Mississippi y Alabama el 29 de agosto.

Portando motosierras, palas y botas de agua, los evacuados desatendieron las advertencias de las autoridades estatales y volvieron en automóviles, camionetas y camiones de alquiler y se dirigieron principalmente hacia el condado de Jefferson -carente de electricidad y servicios básicos- para tratar de recuperar algunas pertenencias.

"Esto hace mi trabajo más difícil. Hubiera preferido que aislaran el condado hasta que se hiciera lo necesario", lamentó Harry Lee, sheriff del Jefferson.

Las autoridades habían anunciado que los residentes podrían visitar sus casas durante el día hasta mañana, pero no podrían permanecer durante la noche, cuando se observa un estricto toque de queda para mantener a la gente fuera de las inundadas calles y evitar saqueos.

Líderes estatales y locales trataron de disuadir a los residentes que intentan volver a la ciudad, subrayando que la situación continúa siendo insegura y para no interferir con las tareas de ayuda y recuperación de cuerpos.

Buscan sobrevivientes y cadáveres

Los socorristas continuaban hoy la búsqueda de sobrevivientes y cadáveres, luego de que ayer el presidente George W. Bush visitara por segunda vez la región, declarando haber hecho "todo lo posible".

El general Russel Honore, a cargo de la coordinación de la ayuda, dijo que ayer quedaban en la ciudad "mucho menos de 10.000 personas". Antes de la catástrofe, Nueva Orleans tenía 485.000 habitantes, cifra que ascendía a 1.400.000 en toda el área metropolitana.

El balance oficial provisorio de muertos es de 230, de los cuales 152 en Mississippi, el Estado más afectado junto a Louisiana. En Nueva Orleans se registraron oficialmente 71 muertos, pero las autoridades creen que la cifra final sea de varios miles.

Camiones refrigerados o "morgues móviles", como las llamó el alcalde Ray Nagin, comenzaron a circular por las calles de la ciudad, aún anegada en un 80 %, para retirar miles de cuerpos arrastrados por el agua.

Decidido a revertir las críticas sobre la lentitud y los errores frente a la tragedia, Bush regresó ayer a las zonas devastadas.

"Mientras haya una vida en peligro, tenemos trabajo por hacer", estimó el mandatario, acompañado de la primera dama Laura Bush.

Un Plan Marshall

La gobernadora de Louisiana, Kathleen Blanco, pidió para su Estado un plan similar al Plan Marshall de reconstrucción de Europa lanzado por Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial.

De ese esfuerzo participan más de 50.000 militares y guardias nacionales y 23 naves de la Armada estadounidense.

Más de 2.800 soldados originarios de Louisiana, actualmente apostados en Irak, volverán a sus casas esta semana para ocuparse de sus allegados, víctimas del huracán, informó el Ejército.

Pero aunque la situación de seguridad mejora con la llegada de refuerzos policiales y militares, la violencia persiste. Dispuesta a imponer el orden, la Policía mató a dos de seis civiles armados que atacaron a unos contratistas del ejército mientras cruzaban un puente para hacer reparaciones en Nueva Orleans.

"Los saqueadores y todo criminal violento será tratado con toda la fuerza necesaria", advirtió el subjefe de Policía de la ciudad, Warren Riley.

Dique reparado

El dique más importante de Nueva Orleans, que cedió durante el huracán y provocó las masivas inundaciones, fue reparado, dijo el portavoz del departamento de Transportes y Desarrollo de Louisiana, Cleo Allen.

Cada vez más ciudades estadounidenses se movilizan para recibir a las más de 273.000 personas que perdieron sus hogares. Fueron instalados 679 albergues en 16 Estados, de los cuales Texas es el principal destino, según datos del Departamento de Seguridad Interior divulgados ayer.

Alrededor de 127.000 personas fueron desplazadas hacia Texas, señaló un responsable de la Agencia Federal de Control de Emergencias (Fema), que pidió el anonimato.

La comunidad internacional también canaliza su ayuda hacia Estados Unidos.

El ex presidente George Bush, padre del actual mandatario, aseguró no estar sorprendido por la oferta de ayuda de países con los que Washington no mantiene buenas relaciones como Venezuela o Cuba para las víctimas del huracán, porque es "el tipo de cosas que conmueve a los pueblos".

Cambiará la distribución demográfica

Katrina ha obligado a cientos de miles de personas de raza negra a emigrar de sus residencias en Louisiana y Mississippi, lo que ha creado un éxodo que las autoridades entienden que va a modificar el mapa demográfico de EE.UU.

Aunque todavía es pronto para adivinar qué van a hacer en el futuro cientos de miles de familias negras de bajos recursos que ahora se encuentran en centros de acogida en otros Estados, muchos han manifestado ya que si encuentran trabajo no volverán, por ejemplo, a Louisiana.

Así se explicaba recientemente Willy, un afroamericano que se encuentra en el Astrodome de Houston, después de haber vivido la agonía del estadio Superdome de Nueva Orleans. "Si encuentro trabajo por aquí, no vuelvo", aseguraba, resumiendo el pensar de muchos de los que le acompañan en esta aventura obligada por la devastación que el huracán Katrina ha causado en los Estados del Delta del Mississippi.

Con esta realidad sobre la mesa, los analistas analizan ya lo que pronto creen que será una realidad: se va a modificar el mapa demográfico de EE.UU.

Por razones históricas no ajenas a la esclavitud, la comunidad negra de Estados Unidos se concentra sobre todo en los Estados del sureste, es decir, Louisiana, Arkansas, Mississippi, Alabama, Georgia y Carolina del Sur.

Según datos oficiales, a principios del siglo XX, el 85 % de los negros de EE.UU. vivía en los Estados del sur, pero los cambios económicos de después de la Segunda Guerra Mundial produjeron una gran redistribución de la población, motivada sobre todo por el "boom" industrial.

En esa ocasión se calcula que fueron unos cinco millones de afroamericanos los que se trasladaron a Estados industriales como Michigan -con sus empresas automovilísticas-, Illinois y, por supuesto Nueva York y estados aledaños, como Nueva Jersey.

El movimiento de los derechos civiles de los años 60 y las revueltas que se produjeron en el sur durante esta etapa de rebelión contra la discriminación racial, obligaron también a un éxodo hacia ciudades como Washington, donde actualmente la población negra supera el 60 por ciento de la población capitalina.

Las circunstancias ahora son muy distintas, pero las consecuencias pueden ser similares.

Los desplazados no pueden esperar un año para rehacer sus vidas y, el que más y el que menos, buscará la forma de establecerse, probablemente, en el Estado en el que llegó como desplazado.

Ayuda lenta

La gobernadora de Louisiana, Kathleen Blanco, dijo hoy que "la ayuda del gobierno federal fue lenta". "La ayuda del gobierno federal ha sido lenta, y yo no sé por qué", declaró Blanco en una entrevista.

Mientras continúan aumentando las críticas a la administración del presidente George W. Bush por su respuesta a la crisis causada por el huracán, parte de las querellas giran en torno de quién tiene la responsabilidad por la movilización de recursos, y quién coordina las actividades.

Blanco explicó que, durante su entrevista el viernes pasado con Bush, éste le ofreció la opción de "federalizar" la operación militar, lo cual implica que todas las fuerzas de seguridad quedarían bajo la autoridad de Washington.