Ecos de la victoria en Caleta Olivia.
La hoja de vuelo de un Unión triunfador

Se pasó de revoluciones, Renzo Vera y por eso recibió la doble amonestación el sábado en Caleta Olivia. En su lugar, iría Cóceres. Foto: Gentileza Crónica de Comodoro Rivadavia.. 

Logró los tres puntos en la tierra donde la nafta cuesta 1,27, ante hinchas que hicieron 800 kilómetros desde Río Gallegos para verlo jugar.

A esta altura, uno ya no tiene que sorprenderse si, por ejemplo, observa que Unión juega un partido a 2.500 kilómetros de Santa Fe y tiene hinchas que lo acompañan. Así ocurrió con gente que vive en Caleta Olivia desde hace 20 años, con un paivense que se hizo casi 800 kilómetros desde Río Gallegos para verlo jugar y ganar al equipo, y con una joven de apellido Leno, que vivió en el barrio de Guadalupe y aprovechó para mandarle saludos a su madre.

Es gente que vive en la zona, o cerca de allí, y que aún hoy debe estar disfrutando. No tanto por la victoria, sino por la emoción de volver a ver al equipo de sus amores, el que juega a más de 3.000 kilómetros cada fin de semana, pero que lo tiene muy cerca en el sentimiento y la pasión.

Y respondió Unión. Como lo decía el "Indio" Bazán Vera (que no ocultó su temor a los aviones cuando aguardábamos en Buenos Aires y Comodoro los vuelos) después del partido: "Estoy feliz por la gente, a la que le debíamos desde hace tiempo una alegría. Y también por nosotros y por este técnico que tanto trabaja y al que no se le daban los resultados". Se lamentaba por no haber marcado en ese córner que le tiró muy bien Rosales, ya que "iba a ser calcado al gol que le hice a Tigre. Vi venir la pelota y cuando llegó se me desvió por el viento y por eso erré el cabezazo", resumió el "Indio", verdadero referente del grupo.

Un acontecimiento

Caleta Olivia es una ciudad de poco más de 30.000 habitantes, sin edificios, con rasgos pueblerinos y dos actividades excluyentes: el petróleo y la pesca.

"Acá, lo máximo que se vio fue un partido del torneo del Interior entre Estrella del Norte con un equipo de Bahía. Fue el escalón más alto de un equipo de Caleta, así que ya le dije a la patrona que manejo un par de horas más y me voy a la cancha", comentaba un "tachero" al enviado de El Litoral, sin ocultar su pasión futbolera, atendida casi exclusivamente por la televisión, ya que en "vivo y directo" sólo se dieron el gusto de ver el partido de ayer y otro que la CAI jugó el año pasado ante Atlético de Rafaela.

Lo lindo es entrar a una estación de servicio para estacionar el coche ante un surtidor. Es que el valor de la nafta súper a $ 1,27 es una invitación a cargar el tanque. Casi un 40 por ciento menos que en Santa Fe, aunque las distancias en el sur, se saben, no son las mismas. Río Gallegos, sin ir más lejos, está a 800 kilómetros de esta Caleta Olivia que se ubica en el extremo norte de la provincia del presidente.

Primera vez

No sólo Unión consiguió la primera victoria en el torneo y la primera como visitante en el historial ante la CAI, sino que, además, "debutó" con Bertinotti, este árbitro de 44 años con el que los tatengues nunca habían podido ganar hasta ahora.

A propósito, Bertinotti estuvo alojado en el mismo hotel que la delegación santafesina. Un verdadero lujo, a una cuadra del mar y en pleno centro de Comodoro. Allí, Miguel Ponce recibió la visita de amigos (su hermana vivió muchos años en Comodoro y ahora está radicada en Córdoba) y se consumieron las pocas horas desde la llegada (el viernes a la noche), hasta la partida (el sábado con partida demorada del vuelo), lo cual permitió un amplio y desmenuzado análisis en el propio aeropuerto con Néstor Craviotto.

Pompei, un personaje

"Muchachos, nos vemos el jueves, que la pasen bien", decía "Tito" Pompei, en broma, cuando los jugadores y dirigentes subían al micro que los aguardaba en la puerta misma de Aeroparque.

"¿Cómo el jueves si el lunes volvemos a entrenar, Tito?", reclamó Craviotto. "No, yo vuelvo el jueves. A la carita la pongo cuando nos putean. Hoy está todo bien, el triunfo tiene nombre y apellido: Néstor Craviotto y Rodrigo Anaya", decía -en broma, claro- Pompei, dirigiéndose a los dirigentes, que festejaban una vez más sus ocurrencias.

Sin dudas que más allá del aporte que hace al grupo de trabajo, como técnico alterno, Pompei debe ser un aporte valorable para la formación de un grupo unido, algo a lo que Craviotto aspira más allá de encontrarle la vuelta a lo futbolístico.

Cuando llegó el final del viaje, sin dudas que uno se encontró con dos sensaciones muy claras. La primera, que el triunfo trajo mucho alivio a todos. Y la segunda, que la unidad entre plantel, cuerpo técnico y dirigentes no es "verso". Se nota, se percibe en el ambiente. Y por allí se fortalece si los resultados empiezan a darse como todos quieren: sumando de a tres, como se logró el sábado en Santa Cruz.

Enrique Cruz (h)(Enviado Especial a Caleta Olivia)